ECONOMíA › DE VIDO PRESENTó EL PROYECTO ATUCHA III EN LA CUMBRE NUCLEAR

Central dedicada a los buitres

El ministro de Planificación buscó dejar en claro que el default selectivo dictado por las calificadoras no afecta los negocios con China y Rusia. Aseguró que el primer desembolso para la construcción de represas en Santa Cruz llegará antes de fin de año.

 Por Fernando Krakowiak

Página/12 En Austria

Desde Viena

“Estamos muy tranquilos y convencidos de que la cuestión de los holdouts no tiene un impacto global como la American Task Force quiere hacerlo parecer”, aseguró ayer a Página/12 el ministro de Planificación, Julio De Vido, luego de presentar Atucha III junto a la delegación china en la cumbre nuclear que se desarrolla en esta ciudad. El mensaje oficial es que si los dólares no llegan de Estados Unidos, empezarán a llegar de China y Rusia, donde hay empresas dispuestas a concretar negocios que sus pares estadounidenses podrían perderse debido al conflicto con los fondos buitre, fundamentalmente en el sector energético. “Cuando estuvimos en China con (Axel) Kicillof, el presidente del Consejo de la Reforma nos dijo que de ninguna manera lo que pase por fuera de la relación de los dos países va a condicionar los acuerdos firmados con la Argentina”, agregó el funcionario. Además, adelantó que el dinero para las represas llegará antes de fin de año. “Estamos en los últimos trámites previos al primer desembolso, trabajando en lo que hace a la póliza del seguro”, sostuvo.

La presentación de Atucha III se realizó en el stand que Argentina montó en el Centro Internacional de Viena, donde se está llevando adelante la 58ª Conferencia General de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA). Allí proyectaron un video que dio cuenta de la finalización de Atucha II y algunos detalles sobre lo que será la nueva obra, que aportará 800 megavatios y apuestan a que tenga un 65 por ciento de integración nacional. En el evento participaron el director general de la OIEA, Yukiya Amano; el embajador chino en Austria, Jingye Cheng; el titular de Nucleoeléctrica, José Luis Antúnez; la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Norma Boero, y el embajador argentino, Rafael Grossi, entre otros funcionarios. Más temprano, De Vido se había reunido con el vicepresidente de China National Nuclear Corp. (CNNC), Lu Hiaxang, empresa que participará de Atucha III. El gigante asiático aportará 2000 millones de dólares para financiar la compra de componentes importados. Además, la central demandará otros 32 mil millones de pesos (3800 millones de dólares) que se invertirán en bienes y servicios producidos en el país.

En diciembre de 2009, el Poder Legislativo declaró de interés nacional a través de la Ley 26.566 la construcción de una cuarta central nuclear, pero diversas demoras llevaron a que recién a comienzos de septiembre se cerrara un acuerdo comercial con CNNC en Beijing que permitirá financiar la obra. El paso previo fue la firma de un convenio de cooperación nuclear bilateral el pasado 18 de julio, durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Buenos Aires.

El reactor Atucha III será de uranio natural y agua pesada, para aprovechar la experiencia y los recursos que el país tiene en esa área. De hecho, Argentina tiene una planta de agua pesada en Neuquén y, si bien por ahora importa el uranio, controla el proceso de fabricación de los elementos combustibles. Además, varios componentes de la central podrían fabricarse localmente, lo que permitirá garantizar un alto porcentaje de integración nacional. No obstante, no será una obra como Atucha I y II, porque esas centrales las diseñó Siemens, firma ya retirada de la actividad nuclear. La empresa alemana sólo construyó con esa tecnología un prototipo de 57 MW de potencia, que operó en Alemania entre 1966 y 1984, y la Central Atucha I, de 357 MW. También había comenzado Atucha II en 1981, pero el gobierno de Carlos Menem la interrumpió en 1994 y cuando el gobierno de Néstor Kirchner reactivó su construcción en 2006 la multinacional alemana ya estaba prácticamente afuera del negocio nuclear. Entonces, la estatal Nucleoeléctrica fue designada para terminar la central, sin la asistencia del contratista original. En ese entonces era la única opción que quedaba si se quería concluir la obra, pero ahora que se va a construir un nuevo reactor desde cero se decidió trabajar con la tecnología Candú (Canadian Deuterium Uranium).

Argentina ya construyó un reactor Candú de 600 MW en Embalse entre 1974 y 1984. Desde entonces posee la tecnología y tiene autorización para replicarla en el país cuantas veces quiera. A su vez, los canadienses le pueden aportar las actualizaciones y la documentación de una central de referencia, que sería la china Qinsahn II, la última construida en el mundo con esa tecnología. La marca Candú pertenecía a la estatal Atomic Energy of Canada Limited (AECL), pero en 2011 la constructora Lavalin compró la empresa y la renombró como Candu Energy. Al igual que con Atucha II, Nucleoeléctrica estará al frente del proyecto. No obstante, el Gobierno no cuenta con recursos suficientes para financiar esa construcción y ahí es donde aparece China que aportará los fondos a través del banco ICBC. El asesoramiento nuclear lo llevará adelante CNNC, empresa que también será proveedora de piezas clave. José Luis Antúnez, titular de Nucleoeléctrica, confirmó a este diario que la construcción de Atucha III demorará unos ocho años. Por lo tanto, es una tarea que deberá emprender fundamentalmente el próximo gobierno.

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De Vido junto al vicepresidente de CNNC, Lu Hiaxang, empresa china que participará de Atucha III.
 
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