ECONOMíA › SIGUE LA VOLATILIDAD EN LOS MERCADOS, PERO EL DóLAR SE AFIANZA COMO RESERVA DE VALOR PARA LOS MINORISTAS

Huyen de la tormenta y se refugian en el verde

La demanda minorista y la política de administración del Banco Central ubicó el valor de cierre del dólar en 3,18 pesos. El colchón oficial evitó un impacto mayor, como el observado en Brasil y Chile. Escaso impacto del lockout agrario.

El megapaquete de 850 mil millones de dólares que, finalmente, se aprobó ayer, no alcanzó para restaurar la confianza en los mercados y el dólar siguió desempeñando su función de refugio frente a la incertidumbre. Con poca intervención del Banco Central, la moneda norteamericana subió 2 centavos, impulsada por la demanda de inversores y ahorristas, y cerró la semana en 3,18 pesos. Brasil y Chile experimentaron una apreciación del dólar contra sus monedas mucho más fuerte. Por su parte, el MerVal, que había arrancado la jornada arriba, terminó cediendo 0,53 por ciento. Frente a una mayor demanda de dólares por la turbulencia internacional, la entidad que dirige Martín Redrado no interviene demasiado, a diferencia del comportamiento que tuvo durante el lockout, donde demostró todo su poder. Así, la autoridad monetaria está permitiendo que lentamente el dólar recupere centavos que había cedido durante el conflicto sin que se genere una sensación de histeria generalizada.

Según el economista del Banco Credicoop Alfredo García, “si bien se está viendo una demanda de dólares minorista, no es tan grande. El Banco Central está interviniendo con muy poco dinero y está dentro de sus previsiones dejarlo subir”. Durante el conflicto agropecuario, la moneda norteamericana llegó a cotizar a 3,22 pesos, hasta que el Banco Central decidió intervenir mostrando todo su poder de fuego.

Frente a la escasez de divisas, por la poca liquidación de los exportadores de granos y aceite, y a una fuerte demanda del público por la incertidumbre, el Banco Central “disciplinó al mercado”. La autoridad monetaria operó tanto en el mercado a futuro como en el spot y dejó claro quién manejaba el tipo de cambio. La decisión de mantener el dólar a raya varios meses fue muy criticada por algunos economistas que consideraban excesivo y peligroso el atraso cambiario que producía en un contexto inflacionario.

Para muchos operadores de la city porteña el dólar sube a pesar de los esfuerzos de la entidad que dirige Redrado para contenerlo. “El Central estuvo vendiendo y no pudo parar la suba, pero lo quiere dejar ir un poco sin vender mucho, lo deja a cuentagotas. Hay mucha demanda, la gente quiere billetes y en su caja de seguridad”, señalaron desde el sector financiero privado. Por su parte, Alfredo García señaló a PáginaI12 que la actual apreciación “lleva al dólar a valores reales que dan a la economía una mayor competitividad. La decisión de la autoridad monetaria está amparada en una situación internacional donde todos buscan refugio en el dólar. Así el Central puede darle volatilidad con poco esfuerzo”.

Tras la intervención de ayer, las reservas internacionales del BCRA terminaron en 47.060 millones de dólares, sólo 9 millones menos que la jornada anterior. “El dólar se está moviendo dentro de la volatilidad que el Central está dispuesto a aceptar. El real, en cambio, se movió mucho más, se depreció por encima del 20 por ciento. En Argentina pasa lo mismo que en toda la región pero de una manera mucho más moderada”, señaló Miguel Kiguel, de Econviews, a este diario. Ayer el dólar en Brasil cotizó a 2,045 reales, lo que significó una pérdida de valor del 5,17 por ciento en una sola jornada (ver aparte). El economista considera que “por ahora no hay razones para preocuparse, el Banco Central está generando la idea de flotación administrada con un poquito de volatilidad” y además estimó que el posible efecto del nuevo lockout agropecuario “es de segundo orden”.

En el segmento mayorista el dólar escaló cerca de dos centavos, mientras empresarios, bancos e inversionistas siguen demandando dólares porque “prefieren estar líquidos, al menos hasta que pase el ojo de la tormenta”, comentó un operador. Así la moneda cerró la semana en 3,1620 pesos.

El impulso bursátil del jueves se extendió durante las primeras horas del viernes. La aprobación del megaplán de salvataje fue seguida de una fuerte toma de ganancias que terminó dando vuelta los resultados de los mercados de acciones alrededor del mundo. El MerVal llegó a estar 3,31 por ciento arriba, pero terminó con una pérdida de 0,53 por ciento. Por su parte, en Brasil, el Bovespa perdió 3,8 por ciento. El índice líder de la Bolsa porteña cerró en 1513 puntos y como sucedió durante toda la semana, en la plaza local las acciones más volátiles fueron las de los bancos y las petroleras. Las caídas más fuertes ayer las registraron Petrobras, que cedió 2,3 por ciento, y el Grupo Financiero Galicia, con una baja de 3,9 por ciento. Por su parte, el Banco Francés cayó 0,2 por ciento y el Patagonia subió 2,8 por ciento.

En renta fija el comportamiento también fue dispar. En promedio los bonos tuvieron un alcance del 1 por ciento, gracias a las compras de oportunidades. En el MAE, donde operan estos instrumentos, los bonos abrieron en baja y con reducido volumen, a la espera de la decisión del Congreso norteamericano. El Discount en pesos perdió 0,1 por ciento. Finalmente, los Boden 2012 y 2013 junto con el Bonar 7 cayeron 3,5 por ciento. El Bogar 2018 subió 1,4 por ciento.


Brasil sufre de iliquidez

El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, reiteró que su país no sufre problemas de solvencia, pero sí de liquidez bancaria, como consecuencia de la crisis financiera internacional. El ministro recordó que el Banco Central liberará parte del encaje bancario para que las entidades financieras, principalmente las pequeñas, tengan liquidez y se evite la escasez de crédito. La crisis causó una fuerte depreciación del real frente al dólar, que cerró ayer a 2,045 reales (una devaluación del 5 por ciento en un solo día). A su vez, Mantega señaló que Brasil moderará su crecimiento económico durante 2009. “Estamos en condiciones de mantener nuestro ritmo de crecimiento pero haciendo ajustes. El gobierno no puede quedarse de brazos cruzados y debe responder a los desafíos de la crisis”, indicó el ministro. Este año, el PBI de Brasil será del 5 por ciento. “Sólo por inercia, sin hacer nada, esa evolución garantiza un crecimiento cercano al 2,5 por ciento”, agregó Mantega, criticando a los “agoreros” que pronostican un enfriamiento de la economía. La Confederación Nacional de la Industria estimó para 2009 un crecimiento del 3,5 por ciento.

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La divisa continuó su lento ascenso, en una política consensuada por el Central. Durante el anterior conflicto, llegó a 3,22.
Imagen: Gustavo Mujica
 
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