EL MUNDO › LOS ATAQUES CAUSARON LA MUERTE DE AL MENOS 60 PERSONAS

Doble atentado mortal en Pakistán

 Por Andrew Buncombe y
Omar Waraich *

Desde Islamabad

El conflicto de Pakistán con militantes islámicos tuvo un abrupto giro ayer en el principal complejo de armas del país donde dos terroristas suicidas se detonaron, provocando la muerte de docenas de personas y cientos de heridos. El número de muertos oficiales era de 59, pero los médicos dijeron que creían que más de 70 habían fallecido por las explosiones en las dos puertas de la fábrica de armas en la ciudad de Wah, a 30 kilómetros de Islamabad. Los informes dijeron que los obreros estaban cambiando de turno cuando los terroristas atacaron.

Horas después de las explosiones, un vocero talibán reivindicó el atentado diciendo que los atentados habían sido cometidos como venganza por los ataques de las fuerzas militares paquistaníes al área tribal Bajaur, cerca de la frontera con Afganistán. Cientos de miles de refugiados se fueron del área en las últimas semanas mientras las fuerzas del gobierno bombardearon Bajaur con ataques aéreos en un intento de matar a los militantes.

Maulvi Umar, un vocero de Tehrik-e-Talibán Pakistán, un grupo militante que aglutina a diversos grupos, dijo que ataques similares se harán en Islamabad y en Karachi a no ser que el ejército detenga las operaciones. “Cuando el ejército paquistaní lleva a cabo ataques aéreos en Bajaur o Wah, sólo muere gente inocente”, dijo. Los bombardeos son el último episodio sangriento en el conflicto en curso que parece estar empeorando. El gobierno civil de Pakistán se comprometió a tratar de destruir a los extremistas en las áreas tribales y evitar que los combatientes crucen a Afganistán y ataquen a las tropas occidentales.

Por supuesto, tal compromiso es mucho más fácil de acordar que de llevar a cabo exitosamente. Las áreas tribales son remotas y peligrosas y el ejército sufrió muchos reveses. Occidente ha criticado los esfuerzos hechos por el gobierno civil paquistaní para actuar como mediador en un tratado de paz con los militantes. Pero hay mucha incertidumbre política en Pakistán, que no se vio favorecida por la renuncia esta semana de Pervez Musharraf, quien dijo que dimitía para evitar su propio juicio político. La coalición civil de gobierno, formada por el Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), liderado por Asif Ali Zarkari, y la liga Musulmana-N de Pakistán (PML-N), del ex primer ministro Nawaz Sharif, dijeron que lo acusarían de trastrocar la Constitución y de mal manejo económico.

Sin embargo, resulta claro que la relación entre los dos partidos no es totalmente feliz. Desde las elecciones de febrero, Sharif ha estado pidiendo la reincorporación del ex jefe de Justicia de Pakistán Iftikhar Chaudhry y otros jueces cesanteados por Musharraf. Zardari dejó en claro que está menos interesado en reincorporar a Chaudhry, pero los informes recientes sugieren que Sharif ha dicho que, si el PPP no se ocupa del tema pronto, dejará el gobierno. Habiendo inicialmente dicho que no estaba interesado en ser presidente, Zardari ahora parece haber cambiado de idea. Un vocero del PPP, Farzana Raja, dijo que la decisión de quién sería su candidato se anunciaría hoy.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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