EL MUNDO › SEGUNDO DíA DE HUELGA DE HAMBRE DEL PRESIDENTE BOLIVIANO EVO MORALES EN UN PAíS PARALIZADO

Té de coca y mucha agua a la espera de una ley

El mandatario intenta destrabar la aprobación de la nueva ley electoral, necesaria para convocar a elecciones generales en diciembre próximo, pero el Congreso no da quórum. Morales no interrumpió su agenda y siguió las negociaciones.

A base de té de coca, agua y nada más, el presidente boliviano Evo Morales esperaba anoche que los diputados y senadores de la oposición volvieran a sentarse en el Congreso. Una vez más, Bolivia se encontraba ayer paralizada a la espera de un acuerdo entre el gobierno y la oposición. Mientras el mandatario cumplía el segundo día de la huelga de hambre, su vice Alvaro García Linera intentaba destrabar la aprobación de la nueva ley electoral, necesaria para convocar a elecciones generales en diciembre próximo. Con el paso de las horas, los dos dirigentes perdieron su paciencia. “Tenemos que agotar las opciones, pero eso tiene un límite”, advirtió García Linera, cuando faltaba un par de horas para el plazo que había impuesto por la mañana para retomar la sesión parlamentaria. Morales fue aún más lejos y amenazó con sancionar a los legisladores que no asuman su banca. “Un parlamentario debe ser como cualquier otro obrero. Cuando uno abandona su trabajo, ¿no tiene una sanción?”, criticó, enojado y enérgico, el presidente.

Con casi dos días de ayuno encima, Morales no perdió su estilo frenético de trabajo. Tiró un colchón en el Salón Rojo del Palacio Quemado, pidió una frazada, mucha agua y hojas de coca, y empapeló las paredes con carteles que reclaman convocar a elecciones en diciembre “sí o sí”. Esa será su oficina durante las próximas horas, días o el tiempo que tarden los legisladores opositores en volver al Congreso y dar quórum para votar en detalle el nuevo Régimen Electoral nacional. Allí estuvo todo el día, acostado y tapado. Pero a pesar de su aparente inmovilidad, el mandatario no canceló ninguna de sus reuniones del día y hasta convocó a la prensa, local y extranjera, para conversar sobre la parálisis en el Congreso.

“Algunos quieren cansar a Evo Morales”, dijo, con una leve sonrisa. No es su primera huelga de hambre y se nota. Hace cinco años, el por entonces diputado y líder sindical no comió ningún alimento sólido durante casi 20 días en protesta por su expulsión del Congreso. “Es una persona de muchísima vitalidad; ayer se despidió a las dos y media o tres de la mañana, y a las cinco ya estaba despierto. Desde ese rato no ha pegado pestaña”, contó su vocero, Iván Canelas.

Según el funcionario, Morales siguió minuto a minuto los avances y retrocesos de las negociaciones que se dirimían a sólo unos pasos de allí, en el Congreso. Temprano, a la mañana, García Linera inauguró una nueva sesión bicameral sólo para llamar a un nuevo receso hasta la noche. Para entonces, deseó, la oposición habría retomado sus bancas. “Como presidente del Congreso agotaré las instancias a mi alcance en aras de permitir que esos diputados y senadores no huyan de su trabajo y defiendan aquí sus puntos de vista, aunque sea con gritos e insultos”, prometió el vice.

No tendrá un trabajo fácil. El principal partido de la oposición, Podemos, ya adelantó que no cederá hasta que Morales suspenda su huelga de hambre. Además, el senador opositor Carlos Borth señaló a la tarde que ni él ni sus compañeros tienen intenciones de rever su decisión pronto. “Es feriado, las personas tiene compromisos y seguramente están en sus prácticas religiosas y no es posible reinstalar. Parece que esto va hasta el día lunes”, pronosticó.

El gobierno no quiere esperar tanto. El plazo que da la nueva Constitución para aprobar el nuevo Régimen Electoral expiró el miércoles pasado y cada día que pasa refuerza la posibilidad de atrasar la elecciones de diciembre, en las que por primera vez el oficialismo podría quedarse con las dos Cámaras del Congreso, quitándole a la oposición su último bastión en La Paz.

Para Morales ésa es la verdadera razón por la que se retiraron de la sesión los legisladores opositores. Ayer, enojado y frustrado, denunció que detrás del boicot opositor se está gestando una ofensiva para sacarlo del poder. “Sé que están preparando un plan contra Evo Morales y contra el compañero Alvaro (García Linera), después de que fracasaron para sacarme con el voto del pueblo en el referéndum revocatorio, después de que fracasaron con intentos de desprestigio, de debilitamiento”, aseguró el mandatario desde su lugar de reposo.

Según Morales, en los últimos días el oficialismo y la oposición habían llegado a un acuerdo sobre los temas más difíciles. El MAS había aceptado el jueves reducir de 18 a 4 la cuota de bancas para las comunidades originarias, reconocidas legalmente por la nueva Constitución. Además, ambos bandos habían reconocido que era técnicamente imposible incluir el voto en el exterior para diciembre.

El último punto clave parecía haberse solucionado ayer, cuando el presidente de la Corte Electoral Nacional, José Luis Exeni, aceptó rever el empadronamiento de los 700 mil nombres cuestionados por la oposición. El magistrado había dicho que era imposible volver a hacer el padrón electoral nacional, compuesto por unos cuatro millones de bolivianos. Sin embargo, ante la tensión que se adueñó de La Paz en las últimas horas, accedió a revisar los casos más sospechosos, como los nombres repetidos, los número de cédulas de identidad iguales o los poco comunes, como 11111 o 22222.

Para el ministro de Autonomías las concesiones que tenían que hacerse ya se hicieron, ahora sólo hay reedición de la conocida disputa por el poder. “Los términos se han agotado, ahora vienen las decisiones políticas. Lo importante es que neutralicemos la politización exagerada que se ha hecho sobre la ley electoral”, advirtió Carlos Romero.

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Imagen: EFE
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