EL MUNDO › LA CRISIS CAMBIó LA TENDENCIA A FAVOR DEL Sí

Voto clave en Irlanda para la UE

 Por David McKittrick *

El voto en Irlanda sobre el Tratado de Lisboa de la Unión Europea (UE) pareció empezar lentamente ayer, a pesar de los pronunciamientos oficiales de que el resultado del referéndum “determinará la futura dirección de nuestro país”. Los votantes irlandeses tenían que optar por Ta (Sí) o Nil (No) sobre si el tratado, que tiene la intención de moldear el futuro de la UE, debería ser ratificado.

Los principales partidos irlandeses y el establishment europeo en general esperan ansiosamente que las encuestas de opinión que indican un voto Sí resulten exactas. Esto le daría el visto bueno a una revisión total sobre la forma en que la UE se maneja. Un voto negativo, por el contrario, se consideraría en Europa como una importante complicación para reformar sus instituciones.

El año pasado, la campaña del No ganó, ante la consternación de Bruselas, y se perdieron muchos meses planeando la actual segunda vuelta. Se dieron una serie de reaseguros con la esperanza de calmar los temores de los votantes, quienes se preocupaban sobre las implicaciones del tratado por temas como la conscripción militar y el aborto.

Esta vez todo el contexto cambió por el casi colapso de la economía de la república de Irlanda, que fue golpeada particularmente fuerte por la recesión global. El desempleo subió, como fue ilustrado por el hecho de que el ejemplo más llamativo de hacer cola en Dublín no era afuera de los centros de votación, sino en O’Connell Street, donde más de mil personas buscando empleo estaban paradas durante horas.

Muchos de ellos recientemente desempleados, esperaban conseguir un puesto temporario part-time para el período de Navidad en Marks & Spencer, cuya vocera describió la respuesta como “increíble”. Mil se presentaron el jueves y varios cientos más ayer. Contra este telón de fondo, puede ser que un buen número de votantes dé un viraje con el argumento de que Europa ya ayudó a la República en un momento de necesidad económica y no deberían correr el riesgo de perder amigos.

En la competencia del año pasado, muchos votantes sentían que tenían la libertad de oponerse al tratado sin sufrir ningún castigo tangible. Esta vez el país está en tal evidente necesidad de dinero y buena voluntad que el lado Sí parece beneficiarse. Un voto No sería visto con consternación en Bruselas. En Dublín, tal resultado podría derrocar al primer ministro, Brian Cowen, cuyas cifras en las encuestas de opinión son peligrosamente bajas. Ha dicho que no renunciaría ante ese evento, pero la mayoría de los votantes no están impresionados por sus antecedentes en economía –fue ministro de Finanzas antes de ser primer ministro– y su fracaso para lograr un voto Sí lo dejaría muy vulnerable.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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