EL MUNDO › COREA DEL NORTE DIJO QUE NO RESPONDERá A LOS EJERCICIOS MILITARES

Maniobras surcoreanas

Corea del Sur efectuó las maniobras militares que habían creado temores de escalada bélica en la zona, pero Corea del Norte renunció a cualquier represalia y tendió una rama de olivo al decir que estaba dispuesta a volver a las negociaciones sobre su plan uclear.

Los ejercicios militares con munición real en la isla de Yeonpyeong, bombardeada el 23 de noviembre por los norcoreanos que reivindican su soberanía, duraron menos de dos horas. Seúl los llevó a cabo, pese a las presiones de China y Rusia en el Consejo de Seguridad. Y Corea del Norte, que había dicho que las maniobras podrían provocar un “desastre”, afirmó finalmente que “no valía la pena replicar a esa despreciable provocación”, según informó KCNA, la agencia oficial del Estado comunista.

Pyongyang bombardeó el 23 de noviembre la isla de Yeonpyeong, en el mar Amarillo, cerca del límite marítimo fijado por la ONU tras la guerra de Corea (1950-1953). Cuatro personas, entre ellas dos civiles, murieron en ese ataque. Corea del Norte, que impugna esos límites por considerar que fueron trazados demasiado al norte, alegó que sus disparos respondieron a una salva de artillería de Corea del Sur durante maniobras militares.

China, único aliado importante de los norcoreanos –y única potencia que se abstuvo de condenar el ataque de noviembre—, lanzó ayer un llamamiento a la calma y criticó implícitamente a Seúl, al afirmar que “nadie tiene derecho de provocar o abogar por un conflicto”. Posteriormente, el embajador chino ante Naciones Unidas, Wang Min, instó en un comunicado a que ambos países ejerzan la “máxima cautela” para resolver la crisis. “Llamamos a las dos partes a ejercer la máxima cautela y actuar de manera responsable, y evitar aumentar las tensiones”, dijo Wang Min en un comunicado.

La diplomacia rusa, por su lado, juzgó que estas maniobras representaban una amenaza para la estabilidad de la península coreana. “La península estaba al borde de un conflicto armado (cuando las fuerzas norcoreanas bombardearon el 23 de noviembre la isla de Yeonpyeong), por ello todas las partes deben exhibir moderación y renunciar a cualquier acción que pueda generar una escalada”, indicó una fuente diplomática rusa, citada por la agencia Interfax.

Corea del Sur explicó su posición. “Como nación soberana, tenemos el derecho de realizar maniobras militares para defender nuestro territorio (...). Nadie puede entrometerse”, dijo el presidente Lee Myung-Bak, tras recibir el respaldo de Estados Unidos y Japón.

El régimen gobernado por Kim Jong Il tuvo otro gesto de apaciguamiento ante el ex embajador estadounidense y actual gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien ayer concluyó una visita de cinco días a Pyongyang. El enviado estadounidense indicó, al llegar a Seúl, que Corea del Norte había aceptado el retorno de inspectores de la ONU encargados de vigilar su programa nuclear.

Según Richardson, Pyongyang también había aceptado negociar la venta de barras de combustible nuclear a un tercer país, “como Corea del Sur”, así como discutir la creación de una comisión militar y la puesta en marcha de un teléfono rojo entre las dos Coreas. Corea del Norte había retirado todo el material de vigilancia de Yongbyon en abril de 2009 y pidió a los inspectores de la ONU que abandonaran el país.

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Residentes se ponen las máscaras en un refugio en la Isla Yeonpyeong.
Imagen: EFE
 
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