EL MUNDO › EL PARTIDO GOBERNANTE ESPAñOL SE PREPARA PARA SUFRIR UN REVéS ELECTORAL EL 22 DE MAYO

Mal pronóstico para los socialistas

Los sondeos prevén una caída del PSOE en feudos como Castilla La Mancha y Extremadura, y la pérdida de ciudades como Sevilla y Barcelona. El elector votará con el bolsillo en estas municipales.

 Por Oscar Guisoni

Desde Madrid

El Partido Socialista se prepara en España para una hecatombe electoral en las próximas elecciones municipales y regionales del 22 de mayo. Así al menos lo auguran todas las encuestas que pronostican una caída del PSOE en feudos tradicionales, como Castilla La Mancha y Extremadura, y la pérdida de ciudades emblemáticas como Sevilla y Barcelona. Los socialistas, anuncian los sondeos, pagarán caro en las urnas su falta de competencia para sacar a España de la profunda crisis económica que comenzó en 2008 y que ha disparado el índice de desempleo, la morosidad bancaria y la quiebra de pequeñas y medianas empresas.

La campaña, que comenzó oficialmente el jueves, estará marcada por tres temas fundamentales: la crisis económica que agobia al país, y que ha dejado ya 4,9 millones de personas sin trabajo –el 21,3 por ciento del total de la población activa–; la corrupción, que afecta a los dos grandes partidos que han incluido en sus listas a imputados por la Justicia sin inmutarse, y la participación en el País Vasco de la coalición independentista Bildu, aprobada in extremis por el Tribunal Constitucional en una sentencia histórica y que ha sido posible por la condena a la violencia y el terrorismo por parte de la izquierda tradicionalmente ligada a la ETA, que ha decretado una tregua al parecer definitiva.

Las elecciones municipales y regionales han sido por lo general un barómetro de los humores políticos de los españoles y éstas no serán la excepción. Se espera que estos comicios tengan la misma relevancia de los que se desarrollaron en 1995, durante el gobierno del socialista Felipe González. En esa ocasión los conservadores del Partido Popular arrebataron al PSOE su hegemonía histórica, obteniendo una diferencia tan arrolladora que sirvió para anticipar el triunfo electoral de José María Aznar un año más tarde y el fin del gobierno de González, que ocupaba la presidencia desde 1982. Si se confirman los sondeos más serios, entre ellos el que realiza el estatal Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el PSOE perdería bastiones tradicionales como Castilla La Mancha, que gobierna desde el regreso de la democracia, Baleares, cuyo gobierno arrebató al PP en las pasadas elecciones regionales, y su mayoría corre también riesgo en Extremadura, un semillero socialista en el que hoy por hoy depende del resultado de Izquierda Unida para garantizar su permanencia en el gobierno regional. Según el CIS, el PP ampliaría su mayoría absoluta en las comunidades que gobierna, Valencia, Madrid, Castilla León, La Rioja y estaría en condiciones de asegurarse el gobierno de Canarias, en coalición con los regionalistas locales y de Asturias, otro tradicional feudo socialista. De confirmarse las peores hipótesis, los socialistas sólo lograrían el triunfo en las islas Canarias, aunque su mayoría relativa no les resultaría suficiente para formar gobierno y en Aragón, donde deberá reeditar su alianza con los regionalistas si quiere mantenerse en el poder.

Una hecatombe similar sacudirá los cimientos del socialismo en las grandes ciudades. El PSOE perderá, según los sondeos, la emblemática Barcelona, luego de más de dos décadas de gobierno, en manos de los nacionalistas conservadores de Convergencia i Unió, y está a punto de perder Sevilla, uno de sus bastiones históricos. Los socialistas corren también grandes riesgos en Santiago de Compostela, Zaragoza y Vitoria, algunas de las plazas más importantes en juego. El PP aumenta su ventaja en sus feudos revalidando la mayoría absoluta en Valencia y Madrid, a pesar de los casos de corrupción que han implicado a sus dirigentes en estas ciudades.

Según coinciden en señalar diversos analistas políticos, los españoles se inclinan en estas elecciones por castigar a los socialistas, a los que hacen responsables de la crisis económica y del severo ajuste con el que el gobierno ha pretendido inútilmente superarla, y esta consideración se pone por encima de la corrupción que afecta más que nada al Partido Popular, en cuyas listas se encuentran algunos imputados por la Justicia, como es el caso del candidato a presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, involucrado en el llamado “caso Gürtel”. Y aunque estos comicios son municipales y regionales, la lectura política de su resultado será evidentemente nacional. Mariano Rajoy, líder del PP, pretende obtener una mayoría suficiente como para forzar a Rodríguez Zapatero a convocar a elecciones anticipadas, una opción que los socialistas prefieren postergar hasta 2012, cuando vence su mandato, a la esperad de que la situación económica mejore.

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Tomás Gómez, del PSOE, y su rival del PP, Esperanza Aguirre.
 
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