EL MUNDO › CHOQUEHUANCA DIJO QUE UN GRUPO DE INDIGENAS LO SECUESTRO, PERO ESTOS LO NEGARON

Un canciller boliviano en aprietos

Según fuentes gubernamentales, los manifestantes lo usaron de escudo humano para abrirse paso ante una barrera policial.

Los manifestantes indígenas acusados de secuestro marchan con el canciller Choquehuanca (centro).
Imagen: AFP.

En un episodio confuso, en medio de manifestaciones y contramanifestaciones, el canciller de Bolivia, David Choquehuanca, denunció por secuestro a un grupo de indígenas. Los manifestantes, que marchaban en contra de la construcción de una autopista, negaron haber secuestrado al canciller, pero el gobierno anunció que serán acusados por ese delito en una corte internacional.

Según fuentes gubernamentales, los manifestantes usaron de escudo humano a David Choquehuanca para abrirse paso ante una barrera de policías que mantenía bloqueada la marcha desde hace diez días, y lo liberaron cuatro horas después. Los indígenas consideran que la ruta interestatal proyectada para unir los departamentos de Cochabamba y Beni dañaría el medio ambiente del Territorio Indígena Parque Nacional Isíboro Sécure (Tipnis).

La marcha hacia La Paz partió desde la Amazonia hace cuarenta días. Los intentos del gobierno de Evo Morales para satisfacer las demandas de los manifestantes han probado ser, hasta ahora, infructuosos. Morales declaró tiempo atrás que si el proyecto fuera plebiscitado recibiría un apoyo abrumador, y vinculó la marcha indígena a intereses políticos de opositores.

En un gesto tendiente a la conciliación, el canciller se presentó ayer en Chaparina, departamento central de Beni, donde se encuentran los indígenas varados hace diez días por un cordón policial. A 10 kilómetros al sur, en Yúcumo, se encuentra un bloqueo impulsado por civiles y campesinos, que se oponen al reclamo y respaldan la realización de la autopista interestatal. Según el gobierno, cuando Choquehuanca se ofrecía a intermediar con los colonos que apoyan la construcción de la autopista y los manifestantes, el canciller fue tomado de rehén y utilizado como escudo humano para romper una barrera policial.

El viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, César Navarro –quien se encontraba junto al canciller–, habló de forcejeos y empujones. “Cuando nos disponíamos a dejar el lugar, luego de explicarles que debían conversar los indígenas con los colonos, nos secuestraron, ése es el término, y nos obligaron a marchar”, confirmó Navarro.

El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, dijo en conferencia de prensa que la policía fue enviada al lugar con instrucciones precisas de evitar enfrentamientos entre los pobladores y manifestantes. Llorenti dijo que acudirá ante la Comisión de Derechos Humanos (CIDH) para que se sancione a los responsables. “Hay gente que quiere beneficiarse políticamente de un enfrentamiento”, deslizó.

Por su parte, el canciller ratificó que fue obligado a caminar con los indígenas y que posteriormente volvió la calma, ya que los manifestantes evaluaron que esa acción podía empeorar el conflicto. “A pesar de esa situación hostil, yo voy a seguir intentando que podamos superar el conflicto mediante el diálogo. Es la única alternativa, haremos gestiones, tengo que hacer una evaluación”, afirmó Choquehuanca, de regreso en La Paz.

Sin embargo, los manifestantes indígenas negaron tajantemente la versión de los delegados del gobierno. En diálogo con Página/12, José Ortiz, de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz, habló desde la capital de Bolivia, donde se desarrolla una vigilia a favor de la marcha. “Nadie lo secuestró, no hubo agresión. Los marchistas caminaron dos kilómetros junto a Choquehuanca. Vino el canciller al bloqueo en Yúcumo para dialogar con los colonos. La marcha era pacífica y ya lleva más de cuarenta días y hace diez que está detenida por órdenes del gobierno, que la mantiene cercada”, dijo Ortiz.

En ese mismo sentido se expresó el dirigente de los campesinos de tierras altas que acompaña la marcha de indígenas de tierras bajas, Rafael Quispe. Dijo que el canciller aceptó marchar con la columna y adelantarse en Yúcumo para conversar con los colonos y convencerlos de que levanten el bloqueo y permitan el paso de la marcha. “Nosotros estamos dispuestos al diálogo. Es totalmente falso que se hubiera tomado rehenes. ¿Cómo habríamos podido hacerlo con tanto policía presente y nosotros desarmados?”, preguntó. Según Quispe, el canciller aceptó que el diálogo se haga más adelante de Yúcumo, y gestionar con los colonos el levantamiento del bloqueo.

Mientras tanto, ayer transcurrió el sexto día de la vigilia instalada en la iglesia San Francisco de La Paz para pedir que dejen avanzar a la marcha, y se realizó una protesta frente al magisterio. “Ya se hicieron vigilias en Santa Cruz, Cochabamba y Sucre. El lunes está llegando una movilización desde Oruro, con sindicatos”, dijo a Página/12 Mila Andrade, una militante del Colectivo Audiovisual Videourgente.

Más temprano, Morales había cancelado un acto en Santa Cruz por temor a un posible boicot. “Tenemos información de que grupos radicales quieren generar problemas. Debido a eso el presidente tomó la decisión de retornar a La Paz”, dijo el ministro de Comunicación Iván Canelas, sin imaginarse lo que ocurriría horas después en Beni.

Informe: Juan Nicenboim.

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