EL MUNDO › EL FIN DE LA DECADA DE HU JINTAO Y WEN JIABAO

Crecimiento sin reformas políticas

Muchos de quienes habían esperado que el presidente chino, Hu Jintao, impulsara reformas políticas y económicas quedaron decepcionados por sus diez años en el poder, especialmente durante su último gran discurso como líder del Partido Comunista ayer, durante la apertura del XVIII Congreso en Pekín. En su intervención al congreso del partido, Hu destacó la necesidad de expandir la democracia bajo el socialismo con características chinas, lo que supone la promoción de una gobernancia más abierta y mayor competencia para ocupar los cargos del partido. La concepción científica del desarrollo de Hu ya fue consagrada en la Constitución del partido, cimentando su lugar junto con las ideologías de los anteriores líderes, Mao Zedong, Deng Xiaoping y Jiang Zemin.

Esa teoría se apoya en los últimos años de protección medioambiental y desarrollo sostenible, centrándose en la diversificación de una economía china que depende de las exportaciones, pero no hace hincapié en las reformas democráticas tan largamente prometidas por el partido. Hu es ampliamente considerado un burócrata capaz de tender puentes entre las diversas facciones dentro del partido, al tiempo que muestra poco de sí mismo, tanto en lo político como en lo personal.

“Sus discursos son famosos por genéricos y evitan cualquier huella de una voz personal”, escribió Kerry Brown, que encabeza el Centro de Estudios Chinos de la Universidad de Sydney, en su libro Hu Jintao: China’s Silent Ruler (Hu Jintao: El gobernante silencioso de China). “Hu ha sido, en primer lugar y principalmente a lo largo de su vida, un hombre dedicado a los procesos y reglas del partido”, afirma Brown. “Su régimen ha evitado el riesgo, siendo muy conservador en algunos aspectos, pero sorprendentemente audaz en otros.”

Desde que sucedió a Jiang en 2002, Hu presidió el país durante una época de crecimiento medio superior al diez por ciento anual. Pero ahora muchos analistas chinos se muestran críticos por la ralentización del crecimiento económico y las reformas políticas durante el mandato de Hu como presidente y Wen Jiabao como primer ministro. “El crecimiento económico sigue siendo bastante rápido, pero eso se debe más bien a una fuerza de inercia”, dijo Zhang Ming, politólogo de la Universidad Popular de Beijing.

“La transformación industrial y la modernización tenían que haberse hecho la década pasada, pero no se hicieron”, señala el experto. “Y la reforma del sistema político ni siquiera ha comenzado”, señaló. “Más bien el país fue marcha atrás. Sólo hicieron algunos arreglos técnicos. El sistema legal también fue marcha atrás.”

Zhang apuntó que muchos problemas económicos se acumularon debido a las lentas reformas, como enormes brechas en los ingresos, diferencias regionales, conflictos entre los funcionarios del gobierno y el pueblo y un deficitario sistema de salud. En un comentario sobre la década con Hu al mando del país, la agencia de noticias estatal Xinhua dijo que China hizo “enormes logros en diversos campos, como elevar la tasa de urbanización por encima del 50 por ciento, partiendo de menos del 40 por ciento”, o completar el proyecto hidroeléctrico de la presa de las Tres Gargantas o un ferrocarril hacia el Tíbet, los Juegos Olímpicos de 2008 o el lanzamiento de vuelos tripulados al espacio.

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