EL MUNDO › DOS CASOS FUERON ENVIADOS AL FISCAL DEL VATICANO PARA QUE LOS INVESTIGUE A FONDO

Sospechas de fraude en el Vaticano

Seis actividades financieras sospechosas fueron localizadas en 2012 por la Autoridad de Información Financiera (AIF), organismo creado en 2010 para vigilar la transparencia financiera de la Santa Sede, y dos fueron enviadas al fiscal del Vaticano para que las investigue a fondo. Así lo señaló ayer el director general de la AIF, el suizo René Bruelhart, que presentó el informe anual 2012 del organismo.

La AIF es un organismo creado por el ex papa Benedicto XVI en diciembre de 2010 para controlar la aplicación de una ley para luchar contra el lavado de dinero en las instituciones financieras del Vaticano, que entró en vigor en abril de 2011. “Teniendo en cuenta la naturaleza, las reducidas dimensiones y la peculiaridad del sistema económico financiero del Estado de la Ciudad del Vaticano, los datos muestran un efectivo sistema de señalizaciones de las actividades sospechosas”, explicó también Bruelhart, experto en la lucha contra el blanqueo de capitales.

El director de la AIF destacó que en 2011 se registró una actividad sospechosa señalizada, lo que supone un reforzamiento del sistema de vigilancia, mientras que en ese año no se envió a la fiscalía del Vaticano ningún informe, en 2012 fueron dos.

Además, Bruelhart insistió en que el Vaticano es un aliado creíble en la lucha internacional contra el lavado de dinero, ya que los sistemas de vigilancia interna funcionan. En ese sentido, explicó que durante el pasado año pidieron información sobre movimiento de capital a un país extranjero y recibieron tres peticiones de autoridades extranjeras, frente a las siete de un año antes, lo que significa que los mecanismos internos vaticanos funcionan. La normativa vaticana establece que hay que declarar tanto las salidas como entradas de dinero iguales o superiores a 10.000 euros.

El titular de la AIF señaló que la crisis actual y la vulnerabilidad de los sistemas económicos y financieros pueden prestarse a abusos y a la actividad criminal de personas o de organizaciones que pueden infiltrarse en las dinámicas de las economías locales, nacionales y mundial. De ahí que la Santa Sede y la Ciudad del Vaticano hayan intensificado su compromiso en la prevención y lucha contra el blanqueo de dinero y el financiamiento del terrorismo.

Sin embargo, en julio pasado, el órgano de control del Consejo de Europa para la lucha contra el bloqueo de capitales y la financiación del terrorismo, Moneyval, pidió a la Santa Sede reforzar sus organismos supervisores, aunque celebró sus esfuerzos de transparencia. El Vaticano había cumplido nueve de las dieciséis recomendaciones centrales del Grupo de Acción Financiera Internacional del Consejo de Europa (GAFI), creado en 1989 para combatir el blanqueo de capitales. La Santa Sede aprobó puntos como prevención y lucha contra el reciclaje, medidas de confiscación y cooperación internacional. Sin embargo, Moneyval le pidió que elabore una evaluación de los riesgos en el marco del blanqueo de dinero y de financiación del terrorismo y que el Instituto de Obreras Religiosas (IOT), conocido como el Banco del Vaticano, sea supervisado por un organismo independiente.

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