EL MUNDO › AL MENOS NUEVE CIVILES MUERTOS POR EL TALIBAN

Atacaron un puente en Afganistán

Al menos nueve civiles murieron ayer en un ataque perpetrado por los talibán en la provincia de Herat, en el oeste de Afganistán. Los civiles –empleados por el Programa Nacional Solidario– construían un puente en la zona de Ganka, en el distrito de Karukh, según contó el director del departamento de Bie-nestar Social, Habibulá Tiamuri.

Fuentes policiales no identificadas, sin embargo, aseguraron que el ataque tuvo lugar en una comisaría local, a la que habían acudido los trabajadores de la construcción a protegerse después de que se registraran enfrentamientos con los talibán en el área. Un portavoz de los insurgentes, Mohamed Yousaf Ahmadi, se atribuyó la autoría del ataque, aunque especificó que en él habían muerto once policías y ningún civil.

De acuerdo con un informe difundido recientemente por la ONU, el número de civiles muertos durante la primera mitad de este año en Afganistán ascendió a 1319, un 14 por ciento más que en 2012, y el de heridos a 2533 personas, un aumento del 28 por ciento.

La mayor parte de las víctimas civiles, un 74 por ciento, son atribuidas por la ONU a acciones de la insurgencia talibán y otros grupos opositores, que luchan en Afganistán por expulsar del país a las tropas de la OTAN y derrocar al actual gobierno de Hamid Karzai. Las fuerzas internacionales tienen previsto concluir su retirada gradual de Afganistán el año que viene, coincidiendo con unos comicios que designarán al sucesor de Karzai al frente de la presidencia. El conflicto afgano se halla en uno de los momentos más sangrientos desde la invasión de Estados Unidos en 2001 que propició la caída del régimen talibán. Por este motivo, Polonia decidió comenzar la retirada de sus tropas y reducir su número a mil efectivos en octubre.

El primer ministro del país, Donald Tusk, anunció la decisión. “Hace varios días tomamos una decisión que de hecho significa el inicio de la operación ‘regreso a casa’”, señaló. Según explicó, el plan consiste en que para 2014 en Afganistán queden únicamente instructores y asesores militares polacos.

El primer ministro elogió la labor de los soldados polacos que han combatido en Afganistán, donde el Ejército del país ha sufrido 41 bajas mortales. “Su valentía y su presencia en Afganistán no han sido en vano. Gracias a ustedes, el Ejército polaco tiene una brillante reputación”, recalcó. La ola de violencia en Afganistán, reconoció el premier, precipitó la decisión.

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