EL MUNDO › HABLA DMITRI TRENINI DEL FONDO CARNEGIE PARA LA PAZ INTERNACIONAL

“Predomina la competencia”

El mundo bipolar de la Guerra Fría tenía como telón de fondo un enfrentamiento ideológico entre Estados Unidos y Rusia con repercusiones en distintas partes del planeta y la amenaza de un holocausto nuclear, factores hoy ausentes.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

La crisis en Crimea ha generado un aparente consenso sobre el nuevo momento histórico internacional que vivimos: la Guerra Fría II. En Occidente, diplomáticos, políticos y periodistas coinciden en que la era de cooperación entre Rusia y Estados Unidos en el marco de un mundo multipolar, visible con los atentados de las Torres Gemelas y la “guerra contra el terrorismo”, es cosa del pasado. La pregunta es si este consenso refleja una nueva realidad o es la simple posición por default que Occidente adopta en relación con Rusia. El mundo bipolar de la Guerra Fría tenía como telón de fondo un irreductible enfrentamiento ideológico entre Estados Unidos y Rusia con repercusiones en distintas partes del planeta (América latina, Africa, Medio Oriente, Asia) y la amenaza de un holocausto nuclear, factores hoy ausentes. Página/12 analizó el tema con el director en Moscú del estadounidense Fondo Carnegie para la Paz Internacional (Carnegie Endowment for International Peace), el ruso Dmitri Trenin.

–Se habla de la actual crisis como una Guerra Fría II. ¿Es simple titular de diario o una realidad concreta?

–Depende de cómo defina la guerra fría. Si usted la define cómo lo que pasó entre los ’40 y los ’90 es altamente improbable que haya una repetición de aquel esquema bipolar. Pero si usted lo piensa como una expresión del equilibrio entre competencia y cooperación que rige las relaciones internacionales, sí se puede hablar de una nueva guerra fría. En este momento tenemos un claro predominio de la competencia y la rivalidad internacional por sobre la cooperación.

–¿De qué tipo de rivalidad estamos hablando?

–La zona de conflicto es hoy Ucrania, el Este europeo, el Cáucaso. En términos más amplios lo que estamos viendo es un intento de Rusia de revisar el consenso internacional que siguió al fin de la Unión Soviética con un claro desafío a los Estados Unidos a nivel global. Ucrania es muy importante para Rusia y, en la visión del mundo de Vladimir Putin, forma parte de la civilización rusa, eslava y cristiana ortodoxa. Putin lo ha repetido en varias ocasiones: Rusia y Ucrania son un solo pueblo. Esto se opone por completo a la visión que tienen Estados Unidos y Europa respecto de las fronteras.

–¿Por qué se considera que Crimea es la ruptura del orden mundial post caída del Muro de Berlín y, en cambio, la invasión a Irak no?

–Rusia objetó la invasión de Irak y la política internacional hacia Siria y consiguió armar una alternativa a la política estadounidense respecto del régimen de A-ssad, pero la gran regla implícita que Rusia violó con Crimea es que no se usa la fuerza, salvo que esto haya sido autorizado por Estados Unidos y sus aliados. En otras palabras, se puede usar la fuerza, y se la ha usado en Africa u otras partes del planeta, pero tiene que contar con el beneplácito de Estados Unidos. Este es el consenso post Unión Soviética que Rusia está desafiando. Ucrania no es importante para Estados Unidos. Lo que es importante es el rol estadounidense en el mundo.

–¿Cómo ve la posición de la Unión Europea en esta crisis?

–La crisis ha endurecido la posición oficial y de los medios en relación con Rusia. En Europa del Este, Rusia es otra vez el adversario histórico y en Europa en general está descripta como una potencia del siglo XIX. Pero por otro lado no parece haber mucho entusiasmo por avanzar en el camino de las sanciones económicas porque los europeos están preocupados por el nivel de dependencia energética y no quieren comprometer sus exportaciones a Rusia en medio de la crisis económica de la Unión Europea.

–Pero la OTAN, es decir la Alianza militar entre Estados Unidos y Europa, ha endurecido su posición.

–La OTAN parece haber redescubierto su vieja misión histórica, que era neutralizar la influencia rusa. El saliente secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, que en 2009 hizo una audaz apertura a Moscú, ahora habla de las cosas pendientes que tiene la organización en relación con su ampliación hacia el Este, algo que incluiría a Georgia, Moldavia y Ucrania. Es posible que en la próxima cumbre de la OTAN se decida un despliegue militar más hacia el Este, a Polonia, Rumania y los países bálticos.

–¿Cuánto va a durar este nuevo escenario internacional?

–Estamos muy al comienzo de esta suerte de nueva Guerra Fría. Mi impresión es que va a durar años, pero no sé cómo, cuándo y dónde va a terminar. Todo dependerá de cómo se resuelva el status final de Ucrania y cómo se redefina el posicionamiento de Rusia a nivel doméstico, regional y mundial, y el rol protagónico internacional de Estados Unidos.

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Manifestantes prorrusos protestan en la ciudad de Lugansk, en el este de Ucrania.
Imagen: efe
 
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