EL MUNDO › EL PAPA SE REUNIO CON 220 PERSONAS SIN TECHO EN WASHINGTON

Visita pastoral a los homeless

Tras arribar a Estados Unidos el martes, proveniente de Cuba, el Papa buscó alternar sus compromisos oficiales –reunión en la Casa Blanca y el Congreso y una misa de canonización– con encuentros con personas desfavorecidas.

El papa Francisco criticó la injusticia provocada por la falta de acceso a la vivienda al reunirse en Washington con 200 personas sin techo, a quienes pidió que lo acompañen. “No encontramos ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese para aceptar la falta de alojamiento. Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas a nuestro lado. No nos deja solos”, señaló Jorge Bergoglio. Justo después de pronunciar un discurso ante la elite política estadounidense en el Congreso, el pontífice argentino se dirigió al centro caritativo de San Patricio, en el centro de Washington. Con ritmo lento y en español, el pontífice argentino parecía medir sus palabras: “Hoy quiero unirme a ustedes, necesito su apoyo, su cercanía”. Además, les confesó que le recordaban a una persona que él quería, que es y ha sido muy importante a lo largo de su vida. “Ustedes me recuerdan a san José”, afirmó.

El Pontífice intentó consolar a las personas sin hogar y los invitó a rezar con él. Tras arribar a Estados Unidos el martes, proveniente de Cuba, el Papa buscó alternar sus compromisos oficiales –reunión en la Casa Blanca y el Congreso y una misa de canonización– con encuentros con personas desfavorecidas. Ese contexto fue el que llevó a Francisco a visitar el centro caritativo de Washington, donde recordó que la situación que deben atravesar los homeless le recordaba a aquel momento en la vida de San José, cuando la Biblia indica que, estando de paso por Belén, no encontró alojamiento para él ni para María, que dio a luz a su hijo y tuvo que acostarlo en un establo.

Con esa parábola mística, Jorge Mario Bergoglio trazó un puente entre los sin techo y el personaje bíblico, que se preguntaba por qué no había alojamiento para él y su familia. “Sus preguntas siguen presentes hoy, acompañando a todos los que a lo largo de la historia han vivido y están sin un hogar”, rescató el santo padre. Y señaló que ante situaciones injustas o dolorosas, la fe aporta esa luz que disipa la oscuridad. “Al igual que a José, la fe nos abre a la presencia silenciosa de Dios en toda vida, en toda persona, en toda situación. El está presente en cada uno de ustedes, en cada uno de nosotros”, aseguró.

El centro para personas que no tienen donde vivir está vinculado a la parroquia de San Patricio, templo que carga con la distinción de haber sido la primera de Washington. Creada en 1794 en memoria del cardenal James Hickey, que eligió pasar sus últimos años en una casa de ancianos desahuciados, fue fundada para brindar servicio pastoral a los irlandeses que trabajaban en la construcción de la Casa Blanca, y desde 2001 se conoce como el centro James Cardinal Hickey, que presta asistencia sanitaria a indigentes y migrantes.

El Distrito de Columbia acoge el mayor índice de sin techo de todo el país en comparación con la media de los otros estados, y es una de las metrópolis que encabeza el ranking de ciudades con alta concentración de pobreza. Según un estudio difundido por State of Homelessness in America, Washington tiene una media de 113 sin techo por cada 10.000 habitantes, muy por encima de los 20 de la media nacional. “Siempre se ha intentado ver esta ciudad como un modelo para todo el país, pero la realidad es que hay otras preferencias y éstas no son ocuparse de los sin techo”, indicó Michel Stoops, director de la organización National Coalition for the Homeless (NCH).

La comunidad de los sin techo en Washington la engrosan la minoría negra, personas con problemas mentales, discapacitados o veteranos de guerra, colectivo que se benefició en los últimos años de algunas políticas especiales. Mientras Obama centra su discurso económico en la clase media y los republicanos piden recortes en gasto social, cientos de pobres deambulan por Washington pidiendo algo de change (cambio) en las puertas de tiendas o hacen fila para recibir el almuerzo que donan organizaciones caritativas. La capital se convirtió en la historia de dos ciudades: una que vive con los mejores sueldos del país que se cruza cada día con otra, la de la pobreza olvidada en los parques.

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“No encontramos ningún tipo de justificación para aceptar la falta de alojamiento”, dijo Bergoglio.
Imagen: AFP
 
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