EL MUNDO › DIEZ PERSONAS FUERON DETENIDAS, SUPUESTAMENTE POR INTEGRAR UNA CELULA TERRORISTA VINCULADA AL ESTADO ISLAMICO

El show antes de los Juegos Olímpicos en Brasil

Los detenidos intercambiaban mensajes en las redes sociales, donde exaltaban el terrorismo y citaban a los Juegos Olímpicos como una oportunidad, pero por ahora no pueden ser acusados de terrorismo, dijo el juez que lleva el caso.

El anunció con bombos y platillos hecho por el gobierno de Brasil sobre la captura de diez terroristas que según informó inicialmente planeaban al menos un ataque durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, como gesto de lealtad al Estado Islámico, fue relativizado por el juez que ordenó las aprehensiones, quien atribuyó los arrestos a la necesidad de realizar averiguaciones sobre las conductas de los detenidos. “Se trata de una supuesta célula terrorista, una primera célula, que pasó de mensajes sospechosos por Internet a actos preparatorios de un supuesto atentado. Los detenidos tuvieron al menos un contacto con el Estado Islámico (EI)”, reveló el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes. “No estamos haciendo un prejuicio. Nadie fue condenado. No se está afirmando que hay una célula terrorista brasileña en plena actividad”, dijo el juez federal 14to. de Curitiba, Marcos Josegrei da Silva, a cargo del operativo.

Los diez supuestos simpatizantes del EI son investigados por los delitos de “integración o promoción de organización terrorista” e “iniciación de actos preparatorios para la práctica del terrorismo”, crímenes tipificados en la Ley Antiterrorista que entró en vigor en Brasil en marzo pasado. Los capturados se conocieron por Facebook, se identificaban con nombres árabes falsos y usaron redes de intercambio de mensajes por teléfonos móviles. Según precisó la Policía Federal, la operación fue realizada en los estados de Amazonas, Ceará, Paraíba, Goias, Minas Gerais, Río de Janeiro, San Pablo, Paraná y Río Grande do Sul.

Además de las detenciones, se realizaron diez allanamientos, en los que las autoridades incautaron computadores y teléfonos móviles que, según el ministro de Justicia, pueden ofrecer más datos sobre las actividades de los sospechosos. La policía y los servicios de Inteligencia seguían ayer la pista de otros dos sospechosos contra quienes fueron libradas órdenes de prisión desde la Justicia del estado de Paraná, en la región sur. El cabecilla del grupo tendría residencia en Curitiba, capital del estado de Paraná.

Por la tarde de ayer, el juez Marcos explicó en conferencia de prensa que los detenidos intercambiaban mensajes en las redes sociales donde exaltaban el terrorismo y citaban los Juegos Olímpicos, que comenzarán en dos semanas, como una oportunidad, pero que por ahora no pueden ser acusados de terrorismo. “No estamos diciendo que son terroristas, que van a cometer esos atentados, que van a cumplir sus amenazas, pero un juez, en una situación de esas, no tenía otra alternativa sino ordenar las detenciones”, afirmó el magistrado.

El anuncio impactó de lleno en los medios brasileños e internacionales que observan con expectativa la situación en Brasil, que le permite al cuestionado gobierno de Michel Temer mostrar iniciativa en un tema sensible, cuando se espera la llegada de miles de personas al país durante los Juegos Olímpicos. Aunque la información sobre los apresados dio cuenta que se trataba de un grupo falto de organización y con integrantes –todos brasileños, uno menor de edad– sin contacto personal directo, quedó probado que se comunicaban a través de redes sociales como Whatsapp y Telegram, e incluso que llegaron a entablar comunicación directa con el EI por esos mismos medios.

A poco de asumir en su cargo, De Moraes dijo que las protestas que rechazaban el impeachment impulsado contra Dilma Rousseff debían ser considerados actos de guerrilla urbana. “Algunos (de los presos) tuvieron al menos un contacto con el Estado Islámico para una especie de bautismo, para un juramento de lealtad”, indicó el ministro, que aunque explicó que se trataba de una célula absolutamente aficionada, desorganizada, no dejaba de ser una amenaza. “Ninguna fuerza de seguridad seria puede ignorar ese asunto”, evaluó el funcionario, ponderado por sus críticos como la nueva estrella del poder policíaco de Brasil, y, tal vez, un actor con capacidad de proyectarse como referente de la derecha brasileña.

Las autoridades vigilan a los miembros del grupo capturado ayer desde hace algunas semanas, debido a que intercambiaban mensajes y videos en los que exaltaban al EI; aumentaron los controles luego de descubrir contactos directos con esa organización. “Los imputados realizaron ese juramento patrón que repite algunas palabras en árabe, que aparece en una grabación (distribuida) por el estado islámico y la persona la repite. No hubo una interacción directa de estas personas con el Estado Islámico, pero a partir de eso, de ese rito, la persona pasa a creer que es del Estado Islámico, pero eso no significa que van a recibir financiamiento del grupo extremista”, explicó De Moraes.

Además, el grupo había establecido negociaciones vía internet con vendedores de armas clandestinos que operan en Paraguay, con la intención de obtener al menos un fusil AK 47, aunque finalmente no se constató ninguna compra. El operativo de detención fue ordenado una vez que, en los mensajes que circularon entre ellos, los miembros del grupo acordaron comenzar entrenamientos en artes marciales y tiro, lo que fue interpretado por las autoridades como una amenaza real y el inicio de preparativos de un posible acto terrorista durante los Juegos Olímpicos.

De Moraes detalló que parte de la pesquisa, como la comprobación del intento de compra del fusil, se hizo en cooperación con agencias de inteligencia de otros países. “No hay confirmación de que lo hayan logrado”, aseguró el magistrado. Para el ministro, la maniobra para comprar armas a través de las redes sociales revela el carácter de aficionados del grupo, porque cualquier célula terrorista organizada no compraría armas por internet.

El juez Da Silva, en tanto, explicó que los elementos recogidos en los registros hechos en las residencias de los acusados y los interrogatorios a los que serán sometidos ayudarán a determinar si el grupo constituye en efecto una amenaza. “Lo que decimos es que, ante los elementos que surgieron y teniendo en cuenta que consideraban los Olímpicos como una oportunidad, la mejor medida para facilitar la investigación era ordenar su arresto. No puedo decir que es un grupo organizado con finalidad de cometer un atentado terrorista contra los Olímpicos en dos o tres semanas, no lo puedo decir”, enfatizó.

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Soldados brasileños revisan un auto cerca de la villa olímpica en Río de Janeiro después del anuncio de la detención de una célula terrorista.
 
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