EL MUNDO › SOSPECHOSOS DEL 11-M SE MATARON VOLANDO UN EDIFICIO EN MADRID

Cuando la venganza no tiene límites

Estaban buscados por la policía por los atentados del 11-M y el cerco se estaba cerrando sobre ellos. Pero, antes de dejarse detener, se inmolaron demoliendo parcialmente un edificio madrileño. Y hay más amenazas contra España que fueron recibidas por su embajada en El Cairo.

La tragedia y la venganza no cesan de abatirse sobre España. Tras un operativo vinculado a la investigación de los atentados del 11 de marzo en Madrid, ayer tres ciudadanos de origen magrebí atrincherados en una vivienda de la localidad madrileña de Leganés murieron tras “inmolarse”, informó el ministro de Interior, Angel Acebes. Además, se confirmó que el tipo de explosivos utilizado en el atentado frustrado antes de ayer contra un tren a su paso por Toledo es el mismo que el usado en las bombas detonadas el 11 de marzo.
Los tres sospechosos que la policía quería detener en las afueras de Madrid habrían muerto en la explosión que también mató a un policía y dejó varios heridos. Los individuos, que habían sido identificados por los servicios de seguridad españoles y eran buscados en el marco de los atentados del 11 de marzo, se habían tiroteado con los policías cuando éstos querían detenerlos poco antes del anochecer. Luego, se atrincheraron en un inmueble de la calle Irene Fernández de Leganés y amenazaron con volar por los aires el edificio de cuatro pisos, por lo cual la policía despejó éste y otros siete bloques de viviendas. La explosión se registró hacia las 9 de la noche cuando varios agentes policiales trataban de entrar en la vivienda. Se informó que posiblemente, justo antes de que intervinieran los agentes, los sospechosos activaron la bomba. Una espesa columna de humo salía del inmueble de cuatro pisos, uno de cuyos muros se desplomó parcialmente, según los vecinos.
Unas 15 ambulancias acudieron al lugar, donde se instalaron centros médicos para atender a los heridos, así como camiones de bomberos y varios helicópteros que sobrevolaron la zona, que fue ampliamente acordonada. Una vía de tren atraviesa la calle donde se encuentra este edificio, cercano a la estación de Zarzaquemada, que también fue desalojada.
En tanto, las fuerzas de seguridad españolas continúan las investigaciones sobre la autoría del atentado frustrado ayer contra un tren a su paso por Toledo, tras confirmarse que el tipo de explosivos es el mismo que el usado en las bombas detonadas el 11 de marzo. “Los explosivos son los mismos que los utilizados el 11 de marzo, pero en estos momentos se lleva a cabo la investigación con toda intensidad por parte de la Guardia Civil para intentar determinar los autores”, afirmó ayer el ministro del Interior, Angel Acebes. “Es muy precipitado establecer una organización respecto a la autoría del atentado de ayer”, añadió Acebes.
Las fuerzas de seguridad españolas creen que la red Al Qaida intentará nuevos ataques en España, país convertido en base principal de esta organización terrorista en Europa, según el diario español El País. “España es la principal base de Al Qaida en Europa y no sólo la retaguardia de los militantes que huían de otros países, como se aseguró durante años”, publicó ayer el periódico.
Según los especialistas consultados por el diario, los atentados del 11 de marzo no eran un intento de desestabilizar un país cuatro días antes de las elecciones sino la continuación intermitente, de una campaña de terror en Europa iniciada antes del 11 de septiembre. La prueba de que Al Qaida puede atacar dos veces en el mismo país en un breve lapso quedó reflejada en Estambul, donde el pasado 15 de noviembre dos coches bomba estallaron en forma simultánea frente a dos sinagogas, interpreta el artículo.
El 20 de noviembre fue cometido un doble atentado suicida contra el Consulado británico y el banco londinense HSBC, que fue atribuido por las autoridades al grupo integrista turco Frente Islámico de Combatientes del Gran Oriente (IBDA-C). En España los grupos que presuntamente integran Al Qaida han encontrado un terreno abonado de militantes, logística e infraestructura para “desarrollar grandes operaciones”, sostienen los especialistas. “El 11 de marzo no fue el final sino un nuevo impulso a la Jihad en Europa”, dice El País.
Y, para colmarlo todo, la Embajada española en El Cairo recibió ayer amenazas de nuevos atentados.

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Así quedó el frente del edificio después de que los tres sospechosos se inmolaran.
Los individuos se habían tiroteado con los policías cuando éstos querían detenerlos antes del anochecer.
 
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