EL MUNDO › TRAS EL INFORME MILITAR Y LAS FOTOS SOBRE IRAQUIES ABUSADOS

Sólo siete sanciones por las torturas

Siete militares norteamericanos recibieron sanciones a raíz de las denuncias sobre torturas infligidas a prisioneros en una cárcel iraquí. El gobierno de Bush trata de tomar distancia mientras los propios oficiales de la prisión dicen que hay más involucrados.

Por Andrew Buncombe *
Desde Washington

Otros siete soldados estadounidenses fueron sancionados por el Pentágono por el abuso y tortura de prisioneros iraquíes en la prisión de Abu Ghraib. El oficial que controlaba la famosa prisión dijo que probablemente haya muchos más soldados involucrados. Los funcionarios militares en Bagdad dijeron que seis de los soldados, todos ellos oficiales y oficiales no comisionados, recibieron el castigo administrativo más fuerte que hay. Aunque no enfrentarán a cortes marciales, sus acciones podrían terminar con sus carreras. Un séptimo soldado recibió una sanción menos severa.
Las reprimendas harán poco por tranquilizar la furia y el enojo generado en el mundo árabe por las revelaciones sobre el abuso y tortura de prisioneros iraquíes por parte de tropas y civiles contratados de Estados Unidos. Las fotografías que se dieron a conocer la semana pasada revelaron tropas burlonas de estadounidenses observando un abuso aparentemente sexual de prisioneros encapuchados.
Ayer, la brigadier general Janis Karpinski, el oficial superior a cargo de la prisión hasta que fuera relevada de sus deberes, repitió su declaración de que no sabía del abuso de los prisioneros mientras éste ocurría. “Eran actos despreciables”, dijo por ABC televisión. “De haber sabido algo así, hubiera reaccionado muy rápidamente”. La general Karpinski, comandante de la 800ª Brigada de la Policía Militar, dijo que en una fotografía de la prisión parecía que había más estadounidenses involucrados en el supuesto abuso que los seis policías militares que habían sido acusados. “Una fotografía no mostraba los rostros completamente, pero sí las 32 botas. Digo que había otra gente además de la policía militar.”
La general Karpinski dijo que ella creía que los comandantes militares estaban tratando de echar la culpa de los abusos a los reservistas. “Somos descartables”, dijo. “¿Por qué querría la gente en servicio activo declararse culpable? Quieren que la policía militar se haga cargo y esperar que todo desaparezca. Bueno, no va a desaparecer.”
Se están haciendo varias investigaciones sobre los abusos, que supuestamente tuvieron lugar el año pasado. Ayer, The New York Times informó que una investigación interna del ejército había descubierto un colapso virtual de la estructura de comando en la prisión en las afueras de Bagdad. Un informe sobre la investigación que se filtró dijo que a los funcionarios de inteligencia militar de nivel medio se les había permitido evitar la normal cadena de comando para emitir ordenes “cuestionables” al personal de la unidad de reserva de la policía militar que hacía tareas de guardia en la prisión.
Un segundo estudio fue ordenado por el teniente general James Helmly, el jefe de la Reserva del Ejército, para evaluar el entrenamiento de todos los reservistas, especialmente aquellos que probablemente tengan que tratar con prisioneros. Además de los siete soldados que han sido sancionados, seis miembros de una unidad de la policía militar del ejército de reserva asignada a Abu Ghraib enfrenta cargos de ataque, crueldad, actos indecentes y maltrato de los detenidos. El informe interno del ejército, extractos del cual fueron publicados durante el fin de semana en la revista New Yorker ha alimentado el escándalo de los abusos. En él, el general Antonio Taguba informa que los detenidos iraquíes eran sometidos a “abusos sádicos, sexuales y crueles”.
Ayer, en Bagdad, el canciller iraquí, Hoshyar Zibari, condenó los abusos y pidió una investigación independiente sobre los informes. “La posición de la Cancillería es condenar esta clase de conducta”, dijo. “En realidad, pedimos una investigación independiente para estudiar esas acusaciones para que los perpetradores sean llevados ante la justicia.” El escándalo no ayudó en nada a la Casa Blanca mientras ésta trata de cumplir con el 30 de junio como última fecha para la entrega de la soberanía a una autoridad iraquí. El presidente George Bush previamente había dicho que sentía unprofundo disgusto por los abusos. Un funcionario de la CIA declaró ayer que el inspector general de la agencia de inteligencia, junto con el Departamento de Defensa, investigan los maltratos infligidos a prisioneros iraquíes, en particular la muerte de uno en Abu Ghraib.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Miembros de asociaciones de defensa de los derechos humanos mostrando las fotos del escándalo.
 
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