EL MUNDO › RUSIA RECHAZO LAS CRITICAS ESTADOUNIDENSES A PUTIN

A tirar orejas a otra parte

Por Andrew Osborn *
Desde Moscú

Rusia reaccionó furiosamente ayer contra Estados Unidos, dejando claro que no estaba dispuesta a recibir lecciones sobre democracia o lucha contra el terrorismo luego de la masacre en la escuela de Beslán. Los comentarios del canciller ruso, Sergei Lavrov, fueron inusualmente fuertes y en respuesta directa a las declaraciones del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, a comienzos de esta semana.
Powell había expresado la inquietud de Washington por las amplias reformas antiterroristas propuestas por Vladimir Putin, que concentrarían aún más poder en las manos del líder ruso. Powell sugirió que Rusia parecía “estar dando marcha atrás respecto de las reformas democráticas”. Las nuevas reformas fueron presentadas como una panacea contra el terror, pero les quitarían a los ciudadanos rusos el derecho a elegir representantes regionales (serían elegidos por Putin en el futuro) e implicaría que todos los diputados serían elegidos en base a una lista sábana, una movida que, se teme, sofocaría las voces independientes anti-Kremlin. Lavrov defendió fuertemente las reformas ayer, sin embargo, y dijo que Moscú respondería a la amenaza terrorista como lo creyera necesario. “En primer lugar, los procesos que están en marcha en Rusia son nuestro tema interno”, declaró. “Y es al menos extraño que mientras habló de una cierta retirada, como él lo expresó, respecto de algunas reformas democráticas..., incluso haya intentado aseverar nuevamente que la idea de democracia puede ser copiada de otro modelo.” “Por nuestra parte, no hacemos comentarios sobre el sistema de elecciones presidenciales norteamericano”, agregó, en referencia al fiasco electoral de Florida en las últimas elecciones.
El enojo de Lavrov no fue suficiente, sin embargo, para apagar críticas internacionales de similar tenor. Chris Patten, comisionado de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, arremetió en el debate como hizo el subsecretario de Estado norteamericano, Richard Armitage. “Espero... que el gobierno de la Federación Rusa no concluya que la única respuesta al terrorismo es incrementar el poder del Kremlin”, dijo Patten al Parlamento Europeo. Por su parte, Armitage dijo que estaba preocupado de que Moscú se estuviera volviendo muy hermético a la hora de compartir información de inteligencia para luchar contra el terrorismo.
Alexander Dzasokhov, presidente de Osetia del Norte, donde está localizada Beslán, tomó ayer la iniciativa de designar un nuevo gobierno para reemplazar al que fue despedido luego del fracaso en el manejo de la tragedia. Lo más bizarro es que Dzasokhov no vio nada malo en promover a su anterior secretario de prensa, Lev Dzugaev –el mismo hombre que dijo a los medios mundiales que sólo había 354 rehenes en la escuela, contra los 1200 que estaban allí verdaderamente–, para que sea el ministro de Cultura y Comunicaciones de la República. Buscando generar controversia, el diario ruso Kommersant publicó ayer un grotesco fotomontaje de 30 rebeldes secuestradores muertos, cuyos rostros en blanco y negro estaban severamente desfigurados después del sangriento ataque de rescate de la escuela. Las autoridades dijeron que sólo 14 de las 30 imágenes tienen nombres propios. Creen que han identificado exitosamente a los líderes del grupo: tres hombres llamados Magomed Evloev (sobrenombre: Magas), Ruslan Khachbarov (sobrenombre: El Coronel) y Vladimir Khodov. Las imágenes de ayer mostraban incluso los rostros muy desfigurados de las dos mujeres suicidas con bomba y el rostro aplastado de un terrorista desconocido que fue cortado en pedazos por la furiosa multitud de Beslán.
El único terrorista que sobrevivió es un hombre de 24 años llamado Nurpasha Kulaev, quien ya ha sido procesado por nueve delitos criminales, incluyendo asesinato y terrorismo, y que se espera tendrá cadena perpetua.
Al mismo tiempo se divulgaron ayer detalles escalofriantes sobre el modo en que dos “viudas negras” chechenas o atacantes suicidas abordaron los dos aviones que estallaron en agosto, con pérdida de 90 vidas. Una de ellas pagó a un vendedor del mercado negro 170 dólares para poder entrar al vuelo en el último momento, en abierta violación de la reglas, y evitando así los controles de seguridad y el pago del resto del pasaje. Un empleado de aerolíneas corrupto recibió como pago 35 dólares para que hiciera la vista gorda. El servicio de seguridad, FSB, dijo ayer que otras dos viudas negras que llegaron a Moscú con las mujeres muertas todavía están sueltas y pidieron información sobre sus paraderos.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.

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