EL MUNDO › A DOS AÑOS DEL SANGRIENTO
INICIO DE LA INVASION NORTEAMERICANA A IRAK

Alá nos libre de estos liberadores

Las encuestas en Estados Unidos muestran un marcado descenso del apoyo popular a la guerra desde que se inició la ocupación de Irak, pero la mayoría cree igual que la intervención debe permanecer hasta dejar un país estabilizado y en orden.

Hoy se cumplen dos años del comienzo de la guerra en Irak. El 20 de marzo de 2003, el mundo vio el cielo nocturno de Bagdad iluminarse con las bombas que marcaron el inicio de la invasión liderada por Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein y “liberar al pueblo iraquí”. Dos años después, Estados Unidos se encuentra en un intenso debate sobre si el costo humano, político y económico tuvo sentido y el apoyo a la guerra cayó en gran medida debido a los más de 1500 soldados que murieron en el conflicto. Bush, en tanto, dijo que no busca “una reivindicación” de su decisión de lanzar la guerra, cuyo juicio –dijo– corresponde a la historia. Su administración se autocongratula por la liberación del país árabe y por el inicio de una ola de reformas y democratización en la región pero prefiere olvidar que justificó la guerra por las armas de destrucción masiva (que luego se demostró que no existían) y por los lazos del régimen de Saddam con Al Qaida (que tampoco fueron demostrados con claridad). El secretario de Defensa y arquitecto de la invasión, Donald Rumsfeld, declaró ayer que “los capítulos finales (de la guerra) serán logros históricos: el final de uno de los principales estados terroristas y la expansión de la libertad por toda esa región”.
En Estados Unidos, las encuestas demuestran el aumento de la desaprobación sobre el manejo de la guerra por parte de Bush, aunque también indican que un número creciente de personas es optimista sobre un retorno del país a la estabilidad. Más de la mitad de los encuestados estima que el ejército estadounidense deberá quedarse por lo menos otros dos años en Irak. Steve Albertson, de 25 años, anarquista autoproclamado, refleja bien el disenso en las opiniones. Luego de haber participado de algunas manifestaciones antiguerra, no cree que Estados Unidos deba traer de vuelta a sus tropas rápidamente. “No fue una buena idea ir allá, pero sería una idea mucho peor partir”, dijo. El debate que se desarrolla sobre la oportunidad de la guerra y su justificación muestran un claro cambio de opinión. En mayo de 2003, un 74 por ciento de los consultados pensaba que la utilización de la fuerza era la mejor decisión a tomar, mientras el 93 por ciento pensaba que la operación militar evolucionaba bien. En febrero, aquel porcentaje se ha reducido a no más del 54 por ciento, según un sondeo de Pew. Además, menos de la mitad de los estadounidenses (45 por ciento) consideró justificada la guerra luego de que la medición arrojara un 70 por ciento en marzo de 2003, según una encuesta de The Washington Post/ABC publicada esta semana. El cambio de tendencia se adjudica al umbral psicológico de la muerte de más de 1500 soldados estadounidenses en dos años. Un 70 por ciento de las personas consultadas considera que se trata de un costo “inaceptable”. La sensibilidad sobre este tema quedó demostrada en la tapa de la revista estadounidense Newsweek, que dedicó su última edición a los 1043 niños en Estados Unidos que han perdido a uno de sus padres. Aunque el índice de aprobación de Bush se desmorona cuando se trata de su manejo del conflicto, su “guerra al terrorismo” le otorga un apoyo inesperado.
En el terreno, los iraquíes se enfrentan a diario a los ataques de la insurgencia, los puestos de control estadounidenses, los cortes de electricidad, la escasez de combustible y otras penurias cotidianas, muchos se preguntan si valió la pena. En cuanto a las víctimas militares y civiles iraquíes, no hay una contabilidad exacta. La base de datos británica Iraqbodycount estima que entre 17.000 y 19.000 civiles iraquíes perdieron la vida desde el inicio de la intervención militar, sin embargo, la revista médica británica The Lancet sitúa la cifra de iraquíes muertos en 100.000. La región vive el comienzo de una lenta democratización, pero sigue amenazada por la desestabilización política y el terrorismo. Por una parte, se ha extendido el radio de acción del terrorismo a países como Arabia Saudita o Kuwait, y por otra se ha producido una pequeña apertura democrática en Irak, Egipto, Arabia Saudita y las instituciones palestinas.
El conflicto comenzó a pesar de la firme oposición que Washington y Londres encontraron en la ONU y gran parte de la comunidad internacional,que causó una grave crisis en las relaciones entre Estados Unidos y muchos de sus aliados tradicionales, sobre todo los europeos, aunque luego fueron parcheadas en parte por la reelección de Bush, que significaba tener que convivir con él por cuatro años más. Sin embargo, Washington sigue sin convencer a muchos de sus aliados a que apoyen a fondo la reconstrucción de Irak. Actualmente, 25 países participan de la coalición, aunque varios países que enviaron tropas a Irak se han retirado (como España) o anunciado su retirada (Ucrania, Holanda y Bulgaria), pese a lo cual Bush asegura que su coalición no se está resquebrajando.

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Chiítas iraquíes rezan postrados ante la mezquita del imán Alí en la ciudad santa de Kufa.
 
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