EL MUNDO › TORMENTA DE CONFESIONES Y EMOCIONES EN LA CRISIS BRASILEÑA

El blindaje de Lula a los escándalos

En un emocionado discurso, el presidente brasileño defendió su integridad, mientras seguían las denuncias y los lamentos.

“La elite brasileña no es lo que me va a hacer bajar la cabeza.” El mismo día en que el ex secretario general del Partido de los Trabajadores (PT) Silvio Pereira abandonó el partido tras admitir un caso de corrupción, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en un encendido discurso, recordó que era hijo de analfabetos, que su madre no sabía hacer nada y que lo único que le enseñaron era que una persona debía andar siempre “con la cabeza erguida”. Agregó ayer que “todavía no ha nacido nadie capaz” de enseñarle nada sobre ética. Pereira, quien a comienzos de mes había abandonado la Secretaría General del PT ante la avalancha de acusaciones de corrupción que derribó a la cúpula de ese partido, envió ayer una carta a la nueva dirección en la que pide ser “retirado de los cuadros partidarios”.
La renuncia de Pereira tuvo como detonante la comprobación de que en 2004 recibió un todo-terreno como regalo del empresario César Oliveira, vicepresidente de GDK, una compañía que tiene contratos con la petrolera estatal Petrobras, en los cuales supuestamente influyó el ex dirigente del PT. En el interrogatorio a que fue sometido esta semana en la comisión legislativa que investiga la corrupción en el seno del PT, Pereira se negó a informar cómo había adquirido el vehículo. Sin embargo, ante las constantes denuncias de la prensa, el empresario que hizo el regalo admitió que había obsequiado el vehículo al político “a título personal”.
“Consciente de los daños que provoqué con mi error, pido disculpas a la militancia del PT y mi desvinculación de los cuadros partidarios. También informo que ya tomé las medidas necesarias para devolver el automóvil que me fue obsequiado”, señala la carta enviada por Pereira al nuevo presidente del PT, Tarso Genro.
Pereira dice en la misiva que cuando recibió el vehículo de Oliveira no ofreció nada a cambio ni el empresario le pidió favor alguno, pero admite que “falló” al “aceptar esta situación”. “Aunque esté fuera del PT, seguiré como un luchador social y un militante de las causas populares”, agrega en la carta. La admisión de culpa de Pereira es la segunda que hace un alto ex dirigente del PT, pues hace unos días el ex secretario general Delubio Soares confesó que el partido de Lula tenía una contabilidad paralela para financiar sus campañas electorales. Las denuncias de corrupción en el PT, que comenzaron con acusaciones de sobornos a congresistas de otros partidos, han crecido como una bola de nieve y tienen entre la espada y la pared al partido de gobierno. Las acusaciones han provocado la renuncia del ministro jefe de la Presidencia, José Dirceu, hasta el mes pasado considerado el brazo derecho de Lula y el poder detrás del trono, así como de la antigua cúpula del PT.
Por otra parte, Lula apoyó el trabajo de las comisiones especiales del Congreso que investigan los casos de sobornos en la empresa nacional de correos y una red de pago de comisiones a legisladores con dinero de dudosa procedencia por parte del gobernante Partido de los Trabajadores.
“Siempre fui defensor, y luché tantas veces favorablemente por la creación de las comisiones de investigación en este país, que no puedo ser contrario a ninguna de ellas”, dijo el presidente sobre las investigaciones del Congreso.
“Pero el pueblo brasileño no puede verse afectado por el debate político, que debe quedarse en el Congreso Nacional”, dijo Lula en un acto en Río de Janeiro, donde asistió a la inauguración de un nuevo laboratorio farmacéutico del gobierno. Poco después, al visitar una refinería petrolera, en un encendido discurso que por momentos evocó sus tiempos de sindicalista, Lula recordó que es hijo de analfabetos y que lo único que le enseñaron es que una persona debe andar siempre “con la cabeza erguida”. “Andar con la cabeza erguida es lo más importante que un hombre puede tener en la vida. Yo he conquistado ese derecho y no va a ser la elite brasileña la que me haga bajar la cabeza”, aseguró.
El presidente ha sido duramente criticado por quienes le reprochan una supuesta pasividad en esta crisis política que ha provocado la salida de toda la cúpula del PT y de varios ministros del gabinete. El propio PT intentó bloquear la creación de las comisiones parlamentarias de investigación que han terminado destapando una interminable y enmarañada red de supuestos negocios ilícitos, desvío de fondos, cuentas paralelas y corrupción dentro del partido de origen socialista. Otros partidos de la base de sustento político del gobierno en el Congreso también están implicados en el escándalo. Sin embargo, los sondeos de opinión han revelado que el presidente mantiene un alto nivel de popularidad y que gracias al “blindaje personal” labrado con un historial honesto, los escándalos no lo han arrastrado.

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El presidente Lula ha sido escasamente afectado por las evidencias de sobornos.
 
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