EL MUNDO › ACUERDO DE INVERSIONES ENTRE URUGUAY Y ESTADOS UNIDOS

El tratado que hizo crujir al FA

Aunque la votación a favor fue casi unánime, el tratado de inversiones con Estados Unidos despertó fuertes críticas en Uruguay.

La ratificación del tratado de inversiones con Estados Unidos por el Senado uruguayo le podría costar muy caro al Frente Amplio. La coalición enfrentó en estos últimos días su primera crisis interna al no conseguir consensuar la aprobación del acuerdo a nivel orgánico y, por consecuencia, debiendo traspolar el enfrentamiento a la Cámara. En la noche del miércoles, el recinto fue testigo de una serie de incidentes inéditos: el ex candidato presidencial y actual senador blanco Jorge Larrañaga, dando la bienvenida a la banca oficialista al “club de serviles de Estados Unidos”, y manifestantes de sectores disidentes del FA gritándoles “traidores” y “vendepatrias” a sus legisladores. La votación fue casi unánime. Sólo faltó el apoyo del senador comunista, Eduardo Lorier. Ayer, las grandes figuras del FA intentaron bajarle el tono a la disputa; sin embargo, los rumores sobre posibles castigos o repercusiones contra el Partido Comunista (PC) todavía circulaban en Montevideo.
“Todo es chaucha y palitos,” minimizó el ministro de Ganadería y miembro del Movimiento de Participación Popular (MPP), José Mujica, después de la sesión parlamentaria más sacudida que ha experimentado hasta hoy el oficialismo. No todos sus correligionarios opinan como él. El también ex tupamaro, el senador Eleuterio Fernández Huidobro, habló ayer de la existencia de una “izquierda anquilosada”. Un importante sector del MPP había adoptado, en principio, la misma actitud que el PC en la Mesa Política de la coalición. Sin embargo, fue la intervención de dos de sus principales figuras, Mujica y Huidobro, los que lograron plegar al partido a la posición del presidente Tabaré Vázquez. Por su parte, Lorier no escondió su desilusión ayer al asegurar que le quedó “un sabor amargo”, porque “se aprobó el tratado y quedamos divididos”. El senador comunista, sin embargo, destacó que hasta el momento nadie se ha manifestado molesto. Lorier se animó a comentar sobre lo que la prensa local ya venía adelantando: el posible pedido de renuncia a la ministra de Desarrollo Social, la comunista Marina Arismendi, en reprimenda por la rebeldía de su partido. Aseguró que pareciera que se está desviando la atención con un supuesto “anticomunismo” porque, pronosticó, “puede ser que alguien esté interesado en alguna silla”. Asimismo aclaró que Arismendi ya le comunicó: “Si Tabaré me lo pide, a los dos minutos estoy afuera del Ministerio”. El líder de la oposición blanca, Larrañaga, aprovechó el mal momento de la coalición gobernante para resaltar las diferencias internas del FA, dijo que es “preocupante el pase de facturas dentro del FA” con respecto a la ratificación del tratado.
El controvertido Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con Estados Unidos fue firmado durante el gobierno colorado de Jorge Batlle, en febrero pasado, y fue luego renegociado durante la Cumbre de las Américas en Mar del Plata por Tabaré. El mandatario logró renegociar algunos de los puntos más cuestionados por las bases del movimiento, el MPP y el PC, y se comprometió a lograr la aprobación del acuerdo comercial antes de fin de año. No obstante, las modificaciones no satisficieron a los comunistas y a otros militantes del FA, que consideraron que en esencia seguía igual. Uno de los artículos que se renegoció fue el que otorgaba a Washington el derecho a vetar a empresas uruguayas que sean propiedad de inversores de países “enemigos” de la Casa Blanca. En la versión final el derecho es recíproco. El texto, además, no extiende a empresas estadounidenses los privilegios que acuerden los países del Mercosur.
Para la ratificación definitiva del tratado falta aún la votación en Diputados, pero el gobierno descuenta que allí se impondrá su posición. Sin embargo, las tensiones causadas por el tratado no desaparecerán tan fácilmente e incluso podrían teñir el debate en la Cámara baja. El oficialismo ya está alerta y por eso algunas de sus figuras como Mujica buscan restarle importancia al propio acuerdo comercial. “Es importante por la pinta hacia la sociedad internacional”, afirma el ministro, que agrega: “Desde el punto de vista práctico, si los gringos quieren, nos escupen para el costado, con tratado y todo. Los que mandan son ellos”.

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José Mujica minimizó el debate diciendo que “todo es chaucha y palitos”.
Imagen: Gonzalo Martínez
 
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