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El gobierno peruano de Alejandro Toledo declaró ayer el estado de emergencia en seis provincias del valle del Huallaga –la zona cocalera– tras la emboscada de Sendero Luminoso a una patrulla policial en Aucayacu, Huánuco, con un saldo de ocho policías muertos. Se trata del tercer ataque, en menos de un mes, del grupo guerrillero que se consideraba ya derrotado, y a sólo cuatro de las elecciones presidenciales. Y otro dato: con Fujimori está bajo arresto en Santiago. Toledo anunció que durante 60 días el Ministerio del Interior tomará el control de la convulsionada zona. “Esta es una decisión firme, porque no sólo necesitamos garantizar la estabilidad económica del país, sino que debemos respaldar la seguridad ciudadana, enfrentando a los remanentes subversivos y al narcotráfico”, afirmó. El martes pasado, una columna de 35 senderistas interceptaron un convoy de nueve efectivos policiales que luego de su patrullaje rutinario por la zona regresaban a su base. En apenas quince minutos los uniformados fueron muertos. Informes policiales indican que entre los cadáveres se encontró la bandera senderista con la hoz y el martillo.