EL MUNDO › EL PRESIDENTE PALESTINO DISOLVIO EL GOBIERNO E IMPUSO EL ESTADO DE EXCEPCION

Hamas controla una Gaza en llamas

El grupo islamista palestino en el poder, Hamas, se apoderó de todos los cuarteles y de la sede presidencial en la Franja. Su facción rival, Al Fatah, se atrincheró en Cisjordania y respondía con la detención de decenas de integristas.

 Por Sal Emergui *

Desde Jerusalén

Anoche, el brazo armado de Hamas, las Brigadas Ezzedin al Qassam, anunciaron triunfantes que controlaban todos los cuarteles de seguridad de la Franja de Gaza, incluyendo la residencia presidencial. Horas, antes el presidente palestino, Mahmud Abbas, disolvía el gobierno y el Parlamento e instalaba el estado de excepción, con el apoyo de Estados Unidos y algunas potencias europeas. El primer ministro y dirigente de Hamas, Ismail Haniye, rechazó la decisión de Abbas y aseguró que ellos seguirán dirigiendo el gobierno de unidad nacional. “El presidente ha tomado decisiones precipitadas que traicionan todos los acuerdos firmados”, aseguró el premier en un discurso televisado. Tras 24 horas de tiroteos, centenares de proyectiles, 25 muertos y 80 heridos, Hamas se apoderó de la sede de la Seguridad Preventiva, cuyo jefe era su enemigo más acérrimo, el jefe de Al Fatah en Gaza, Mohamed Dahlan. “Es la segunda liberación de Gaza. La primera vez fue de los colonos y hoy echamos a los colaboracionistas”, gritaba exultante el dirigente de Hamas, Sami Abu Zhuri.

Con besos en el suelo y gritos de “¡Alá es grande!”, los miembros del brazo armado de Hamas irrumpían en el principal feudo de Al Fatah en Gaza, la sede la Seguridad Preventiva. “Es un día histórico, comparable a la huida de los israelíes de nuestras tierras en 2005”, decía uno de los encapuchados, más abrumado por las cámaras de televisión que por la resistencia de los agentes del presidente Abbas, que ayer en Ramalá ordenó, por primera vez y en un intento desesperado, “aplastar el golpe de Estado en Gaza y perseguir a los milicianos”.

Como toda contienda bélica que se precie, ésta también tiene su símbolo, la ocupación de este cuartel, que desde 1994 es fuente de humillación para los milicianos integristas, muchos de los cuales fueron interrogados y torturados por los agentes de Dahlan. “Aquí me encerraron y me cortaron la barba hace 13 años. Hoy ha llegado la venganza”, decía un veterano miembro de Hamas, antes de subir al tejado para rezar. Rezar y anunciar “el inicio de la era islámica en Gaza”. Rezar y estudiar los miles de documentos secretos que ayer confiscaron de los servicios secretos palestinos. Según una fuente de Inteligencia occidental consultada por este diario, “hay muchos papeles que describen acciones y tácticas de la CIA y los servicios secretos israelíes”. El ataque contra el cuartel ofreció también una de las imágenes que refleja con mayor exactitud lo que ocurre estos días en Gaza: la humillante salida de decenas de efectivos de Al Fatah, con las manos en alto, muchos en calzoncillos y el torso descubierto, conducidos por encapuchados con fusiles y lanzagranadas al hombro. Yihad Abu Iyad, que estaba cerca de los combates, explicó: “He visto cómo han matado a muchos policías. A uno le han disparado en la cabeza”. Hamas sólo reconoció ayer haber dado muerte a Samir Mudhan, dirigente del brazo armado de Al Fatah.

Mientras el brazo armado de Hamas iba arrancando de cuajo los últimos resortes de poder de Al Fatah, como la ciudad de Rafah, Abbas se reunía en Ramalá con la plana mayor de su movimiento para ordenar a sus hombres que respondan con dureza. Sus consignas se cumplieron sólo en Cisjordania, donde sus fuerzas leales arrestaron a decenas de militantes de Hamas. Los detenidos suponen un elemento poderoso para una eventual negociación. “No permitiré el golpe de Estado de Hamas”, dijo Abbas a sus compañeros de partido, entre ellos Dahlan, que tras ser operado en Egipto ha vuelto a la escena palestina, quizá demasiado tarde para él y su grupo en Gaza. Incluso, en el seno de Hamas no esperaban que en sólo tres días podrían conquistar todos los enclaves militarizados de las fuerzas leales a Abbas. En Ramalá ya asumieron que el gobierno de unidad fracasó y hubo desconexión entre Cisjordania de Gaza. La llamada “visión para Medio Oriente” del presidente norteamericano, George W. Bush, basada en “dos Estados para dos pueblos” –Israel y Palestina– quizá se cumpla, pero sólo para los palestinos: un Estado en Cisjordania y el otro en la Franja de Gaza (ver aparte). Haniye aseguró anoche que no piensa instalar un Estado en la Franja de Gaza y que los territorios palestinos siguen siendo indivisibles.

Pero la verdad es que el control absoluto de una Gaza en llamas por parte de Hamas es la primera y gran asignatura con que deberá lidiar el nuevo ministro israelí de Defensa, el laborista Ehud Barak. Los organismos de seguridad le informan continuamente de los acontecimientos que están convirtiendo Gaza en lo que llaman Hamastán. “Hemos de evitar que en este territorio vecino Hamas construya un poder militar y político similar al que tenía el grupo chiíta Hezbolá en el sur de Líbano”, es la consigna escuchada en el despacho del primer ministro, Ehud Olmert.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Los detenidos de Fatah, de Abbas, suponen un elemento poderoso para una eventual negociación.
Imagen: AFP
 
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