EL PAíS › EL HOMBRE QUE RECORRE LOS MEDIOS RECLAMANDO SEGURIDAD ES TECNICO Y NO INGENIERO

El dilema de Blumberg es ser o no ser

Juan Carlos Blumberg dijo que se recibió de ingeniero textil en la Universidad de Röttingen, en Alemania. En ese pueblito de Baviera no existe una casa de altos estudios. En Reutlingen, sí hay universidad, pero el padre del joven asesinado en el 2004 no pasó por esas aulas. El y su entorno se escudaron en el silencio.

 Por Nora Veiras

“Pienso como ingeniero, hay que analizar todo. No soy un improvisado y no estoy acostumbrado a los fracasos”, dijo en noviembre del año pasado Juan Carlos Blumberg. Nada le impide “pensar” como tal, pero no tiene nada de pensamiento ingenieril hacer ostentación de un grado que no se tiene. “Soy ingeniero textil, recibido en la Universidad de Röttingen, en Alemania”, abundó en una entrevista por Radio 10 reproducida por Infobae en mayo pasado. Röttingen es un pueblito de apenas 1700 habitantes en Baviera donde no existe una casa de estudios. Siempre afecto a dar cátedra por los micrófonos, esta vez Blumberg se recluyó en el más absoluto silencio público mientras analizaba qué hacer con sus íntimos. Sus aliados PRO repetían que es “un tema privado” (ver aparte), tratando de sostener la imagen del hombre que estaban moldeando como seguro candidato a gobernador bonaerense. Sin embargo, a más de uno le retumbaron las palabras de Mauricio Macri al conocerse la denuncia contra Jorge Telerman por usurpación del título de licenciado: “Tampoco se me ocurre a mí firmar de ingeniero sin ser ingeniero, es raro”.

Siendo benévolo se podría pensar que la dificultad para pronunciar el alemán del padre de Axel le jugó una mala pasada: en lugar de Röttingen podría haber querido decir Universidad de Reutlingen. Página/12 consultó con esa casa de estudios y le respondieron que “no hay ningún estudiante/egresado con el nombre de Juan Carlos Blumberg de la entonces Escuela de Ingeniería”. En el estado de Baden-Wurtemberg, esa universidad cuenta con una escuela especializada en temas textiles, que imparte cursos universitarios desde 1855. La Escuela Nacional de Reutlingen fue convertida en universidad en 1971. La facultad de Textiles y Diseño ofrece el título de Bachelor of Engeneering desde el 2004. Ese grado, otorgado luego de tres años, podría llegar a ser equiparable al título de ingeniero en la Argentina. Entre 1995 y 2004, se dictaba un Curso Universitario en Tecnología y Gerenciamiento Textil. Antes de esa fecha se daban cursos técnicos de la especialidad. Para haberse recibido de ingeniero en esa universidad, Blumberg debería haber pasado al menos tres años en Alemania luego del 2004. Los primeros Bachelors of Engineering recibieron sus títulos el año pasado. Es obvio que no fue así: en el 2004 secuestraron y asesinaron a su hijo Axel y desde entonces su cruzada por la seguridad lo transformó en un actor político presente en la Argentina.

Confesión de parte

La estampa de este hombre pulcro, obsesivo, siempre munido de carpetas que dan prueba de su supuesto rigor, alcanzó el sitial de icono para la derecha ávida de seguridad. “Usted Juan Carlos es un hombre sabio”, lo engolosinaba Mariano Grondona cada vez que el padre de la víctima lo deslumbraba urgiendo por mano dura y más poder a la policía. Como un imán, Blumberg fue atrayendo a Roberto Durrieu, el ex subsecretario de Justicia del dictador Jorge Rafael Videla, al ex juez federal de la misma época Norberto Giletta, a los policías exonerados de la Bonaerense por hechos de corrupción, entre muchas otras figuras seducidas por los más de 5 millones de firmas que logró estampar en su primer petitorio gracias al tesón de los hombres y mujeres de la Iglesia. La masiva movilización de abril del 2004 tuvo un efecto inmediato en la dirigencia política que, acrítica, votó reformas incongruentes del Código Penal bajo la mirada acusatoria de Blumberg controlando desde los palcos del Congreso.

El fervor lo canalizó a través de la “Fundación Axel Blumberg. Por la vida de nuestros hijos”. La portada de la página web no deja lugar a dudas sobre las veleidades del hombre de las carpetas: “Ingeniero Juan Carlos Blumberg, presidente”. Un breve currículum también da cuenta del grado universitario del presidente: “empresario e ingeniero textil que ha desarrollado su vida en la construcción de fábricas textiles”.

En el libro Blumberg. En el nombre del Hijo, escrito por el periodista Lucas Guagnini –que contó con el apoyo del propio Blumberg–, se lee: “Al terminar el colegio industrial, Blumberg comenzó a estudiar Ingeniería Textil en la Universidad Tecnológica Nacional sin dejar de trabajar (...) en 1966, a los 21 años se sumó a Ranvyna, un conjunto de danzas típicas lituanas. Ese mismo año hizo su primer viaje internacional: fueron a los Estados Unidos para participar de un Congreso de Jóvenes Lituanos”. Poco después empezó a trabajar en La berlinesa y “alcanzó un cargo jerárquico luego de ser elegido entre 720 postulantes para un perfeccionamiento en empresas de los Estados Unidos y Alemania”. “En los setenta, Juan Carlos Blumberg ya era ‘el ingeniero’”, escribe Guagnini sin aclarar el por qué de las sugerentes comillas.

La consulta que realizó Página/12 en la Universidad de Reutlingen abarcó el período 1966-1971, siguiendo el derrotero laboral formativo del todavía no asumido candidato a gobernador bonaerense. La respuesta desde Alemania fue contundente: en ese lapso “pudo ser comprobado sin lugar a dudas” que no hubo ningún estudiante con ese nombre.

Ayer, Blumberg se escudó en un fuerte estado gripal para evitar responder a la prensa sobre el trascendido de su mentira académica, que había sacado en un recuadro de primera plana el diario Ambito Financiero. El 5 de febrero del 2003 cuando la tragedia irreparable del secuestro y asesinato de su único hijo no era ni siquiera imaginable, Blumberg registró la sociedad anónima Neutech y, en los papeles, asumió la realidad. En el Boletín Oficial Número 30.083, segunda sección, se lee “Juan Carlos Blumberg, técnico, casado, 57 años y Axel Damián Blumberg, estudiante, soltero, 21 años...” La sociedad se inscribió con fines comerciales e industriales que van desde la fabricación e industrialización de productos agropecuarios, construcción, turismo hasta computación, seguridad y vigilancia, entre otros. Eso sí “toda actividad que en virtud de la materia haya sido reservada a profesionales con título habilitante, será realizada por medio de éstos”, aclaró, precavido, el técnico Blumberg.

“Buena parte del entorno de Blumberg sospecha que el Gobierno está detrás de esta campaña sucia”, repetían sus nuevos voceros como única defensa. El ingeniero que resultó ser “El inyenieri” viene macerando desde hace meses su candidatura a gobernador bonaerense coqueteando con Macri. El predicamento que logró en las altas clases medias lo posiciona para dar el salto. El hombre riguroso que no suelta las carpetas desbordantes de papeles fue pescado in fraganti: el rigor de su formación, por lo menos teórico, entró en tela de juicio.

Después del ballottage porteño, Blumberg pensaba lanzar su campaña electoral en Buenos Aires. “No tengo un problema de indecisión. Lo que pasa es que en mi vida siempre he adoptado los actos con responsabilidad. Cuando defina en dónde uno puede ayudar a la ciudadanía, a la gente, lo voy a hacer”, dijo hace apenas dos semanas. Queda por ver “la responsabilidad” para afrontar públicamente el engaño de haber usado un falso título para instalar su dolor desde el lugar de víctima-calificada.

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El empresario Juan Carlos Blumberg quedó al descubierto en el uso de un título que no le corresponde.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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