En España hay alrededor de cuatro millones de inmigrantes legales y según cálculos de distintos organismos gubernamentales y del principal partido de la oposición, la cifra de sin papeles podría rondar los 500 mil, aunque la administración Zapatero la considera un tanto exagerada. En total, suman cerca del 10 por ciento de la población, de 44 millones de habitantes. El colectivo más numeroso lo forman los marroquíes, con 544 mil inmigrantes, seguidos por los ecuatorianos, que suman unos 380 mil. Los ciudadanos europeos son el 25 por ciento del total, algo más de un millón, de los cuales hay que resaltar comunidades numerosas como la de los rumanos, seguidos por ingleses, alemanes, franceses e italianos, que son algo más de 100 mil. Los africanos suman en total 700 mil personas, la mayor parte provenientes de Marruecos y del Africa Subsahariana, mientras que los asiáticos no pasan de 200 mil, 100 mil de los cuales son de origen chino. Los latinoamericanos son 1.100.000 (apenas el 2,5 por ciento de la población) y después de los ecuatorianos el grupo más numeroso proviene de Colombia, con 227 mil inmigrantes y Perú con 93 mil. De Argentina provienen 92 mil, aunque hay que sumar a este colectivo la gran cantidad de personas que tienen también la ciudadanía europea y que no están incluidas en esta cifra. Según fuentes consulares argentinas, el número de residentes llegaría a los 200 mil, 48 mil de los cuales se encuentran en situación irregular y sujetos a ser deportados. Además, hay aproximadamente 60 mil dominicanos, 52 mil bolivianos, 40 mil cubanos, 32 mil brasileños, 30 mil venezolanos, 27 mil uruguayos y 22 mil chilenos. Las ciudades con mayor presencia de inmigrantes son Barcelona, Madrid y Valencia. En algunos pueblos y periferias pobres la proporción de extranjeros es superior al 50 por ciento. En esos núcleos es donde más episodios de xenofobia se registran.