EL PAíS › LAS HIPOTESIS SOBRE EL TRIPLE ASESINATO DE EMPRESARIOS EN LA RUTA 6

La pista va de la medicina a la droga

Hay tres teorías principales: que traficaban remedios, que trabajaban con un cartel mexicano o que fue la parte dos del triple fusilamiento en el Unicenter.

Aunque por el momento ninguno ofrece pistas lo suficientemente firmes y contundentes, son varios los senderos que los investigadores tienen sobre la mesa y que sirven para explicar el móvil del triple homicidio de los jóvenes empresarios, cuyos cuerpos fueron encontrados sin vida el miércoles pasado a la vera de la Ruta 6, en la localidad bonaerense de General Rodríguez. Una de las hipótesis vincula a los tres muchachos con el tráfico ilegal de medicamentos robados y su relación con piratas del asfalto. Otras dos trasladan el caso al terreno del narcotráfico.

Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina –ninguno de ellos sobrepasaba los 40 años– aparecieron muertos el miércoles en un zanjón localizado en el kilómetro 11 de la Ruta 6, en General Rodríguez. Sus cuerpos fueron encontrados ubicados uno al lado del otro, con las manos atadas y con varios disparos. Estaban desaparecidos desde el jueves anterior.

La causa está radicada en la Justicia Nacional, y de ella participan el juez Rodrigo Pagano Mata y la fiscal porteña Ana Yacobucci. Además, el crimen está siendo investigado por la agencia antidrogas estadounidense DEA (por su sigla en inglés). Más allá de las numerosas manos que están interviniendo en el esclarecimiento del hecho, la realidad es que aún no existe una explicación certera. La primera hipótesis apunta hacia la comercialización ilegal de remedios y está apoyada varias patas. Por un lado, las por lo menos veinte causas que vinculan a Seacamp S. A. –razón social o nombre fantasma de la droguería Baires Med, cuya titularidad estaba a cargo de Forza– con la adulteración y venta de medicamentos prohibidos o robados, hecho señalado por el propio ministro de Justicia, Aníbal Fernández, es el dato que más fuerza le aporta.

Según las fuentes, los jóvenes serían el eslabón de la cadena ilegal encargado de “reducir” drogas provenientes de manera clandestina de programas estatales, de operativos llevados a cabo por piratas del asfalto y de laboratorios de medicinas falsificadas. Según esta teoría, Forza y sus amigos serían los encargados de ubicar esos remedios en el circuito comercial. Por otro lado, el dato aportado por la ministra de Salud, Graciela Ocaña, que involucró en el tráfico de medicamentos al ex socio de Forza, Rubén Romano, es otro elemento que colabora con la primera vía de explicación del triple crimen.

Una segunda vía de investigación coloca el caso muy cerca del narcotráfico de efedrina, un precursor químico que se utiliza para elaborar drogas sintéticas. Esta hipótesis es la que genera más interés entre los investigadores de la DEA, que hace un tiempo detectó en México un importante cargamento de ese precursor, proveniente de China. El dato llamativo es que, según fuentes, había argentinos entre los traficantes, que en su mayoría eran de nacionalidad rusa.

En tal sentido, la Justicia está investigando elementos que liguen a los jóvenes con el negocio de la efedrina, cosa que hasta ahora no ha sucedido. Lo que más se acerca a aquello son las denuncias por amenazas radicadas por Forza un tiempo atrás. Sin embargo, sus allegados aseguraron que las amenazas tenían como eje las deudas que el joven tenía al momento de su muerte. Cabe recordar que el titular de Seacamp contaba con casi mil cheques rechazados, por lo que se encontraba bastante comprometido económicamente.

Por su parte, hay quienes se inclinan por suponer que las amenazas que recibía Forza habrían provenido de un hombre al que la Agencia de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) está buscando por tráfico de efedrina, un precursor químico utilizado para elaborar drogas sintéticas. Esas fuentes suponen que el triple crimen pudo haberse tratado de una venganza perpetrada por narcotraficantes mexicanos que compraban ese precursor a los argentinos –aquí es legal– para llevarlo a su país, donde es ilegal. Según fuentes judiciales, “es posible que Forza y sus socios les hayan vendido efedrina de baja calidad o se hayan quedado con un anticipo de dinero, y los mexicanos los ajusticiaron”, sostienen. El subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal bonaerense, Paulo Starc, confirmó hoy que el más supuestamente comprometido empresario asesinado habría estado “vinculado a una red de narcotráfico”, y aclaró que todavía “no hay muchos elementos” para referirse a las otras dos víctimas.

La tercera hipótesis intenta unir los cabos sueltos de este crimen y el de los dos colombianos sucedido el mes pasado en el estacionamiento de Unicenter, quienes presuntamente estaban ligados al narcotráfico. La presencia de vainas calibre 40 sobre los cuerpos, un calibre poco usual en Argentina, llamó la atención. Los investigadores aguardan el cotejo balístico para ver si se utilizó la misma arma en estos asesinatos.

Si bien está comprobado que Forza y el único sobreviviente del doble asesinato del mes pasado, Julián Andrés Jiménez Jaramillo, mantenían contacto, el hecho de que este último se encuentre en libertad es un detalle que genera dudas respecto a la relación de Jaramillo con el narcotráfico. Y, por lo tanto, la de Forza mismo.

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La escena del crimen en el descampado de General Rodríguez.
Imagen: Alfredo Srur
 
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