EL PAíS › VIGILIA Y FESTEJO EN LA SEDE DE CONFEDERACIONES RURALES

Ruralistas de muy buen humor

 Por Alejandra Dandan

Mientras caían los primeros cómputos, alguien descorchó la botella de Terrazas alineada al borde de lo que parecía la mesa de una fiesta. Bocaditos de pizza casera pasaban en bandejas. Un chef lidiaba en el balcón terraza con la parrilla. El servicio de catering volvía a pasar. El chef lanzaba los chorizos al fuego y al menos por unas horas, sólo por unas horas, aquella recoleta sede de las Confederaciones Rurales Argentinas olió un poco a peronismo.

Los ruralistas esperaron el escrutinio en el segundo piso del edificio de la calle México. La sede de la poderosa CRA que funcionó como punto de reunión semanal de las patronales del campo enroladas en la Mesa de Enlace se transformó en bunker, como los de los partidos políticos, para esperar los resultados. El titular de la CRA Mario Llambías, intentó corregirlo apenas llegó: esto no es un bunker, es un “observatorio”.

La sede se abrió a las cuatro de la tarde. Una sala de reuniones, el lobby y el auditorio para unas cien personas se convirtieron dos horas más tarde en pequeñas escenas de celebración. Detrás de Llambías entró Hugo (Hugo Luis, como le dicen acá) Biolcatti, de la Sociedad Rural Argentina, con sonrisa de novia radiante. Eduardo Buzzi, de Federación Agraria Argentina, y Carlos Garetto, de Coninagro, esperaron el resultado en Rosario, pero enviaron delegados. Para que quedara claro que la Mesa sigue adelante, que nada ha cambiado, que están en posición de combate, a la nochecita dieron una conferencia en una ruidosa pero efectiva conexión de teléfono.

“Esto es lo que soñamos entre junio y julio del año pasado”, dijo Buzzi. “Recuerdo que con la 125 el Congreso fue eso pero fue un espejismo: porque votó tres veces en 2008, un par de veces en 2009 y ahora se llenaron los rincones de telarañas, hay que desempolvar el Congreso”, sentenció. Pero “para eso faltan diez meses, hay vacas con hambre, zonas afectadas con la sequía, rubros que no tienen certezas, el maíz, las inversiones, y no hay plata y hay desfinanciamiento. Por eso es importante que se valore que buscamos soluciones, diálogo y construcción y lo queremos en la primera quincena de julio”, apretó.

Desde temprano, una pantalla de plasma trasmitía el vivo de TN en el salón auditorio. Tensa espera en primera fila, cuchicheos frente a una pizarra de fondo, un marco colocado hace un año donde se leen los nombres y las marcas de las cuatro patronales del campo. Alfredo De Angeli no estaba. A la mañana temprano, el sojero entrerriano había dicho que lo primero que haría la Mesa de Enlace era pedir una reunión con la Presidenta. Todavía era temprano, los datos eran bocas de urna. Tanto envalentonamiento, entonces, no se permitía.

El campo puso en juego 258 candidatos propios. Unos 14 diputados nacionales, un senador nacional, candidatos provinciales y cientos de empresarios en los concejos deliberantes de cada pueblo. Anoche terminaron el día convencidos de que habían colocado por lo menos 10 diputados. En voz baja, disfrutaban de la nueva geografía legislativa: 60 por ciento de legisladores cercanos al campo, decían; 30 del oficialismo y un 10 por ciento neutrales. En ese escenario, explicó un vocero, otra 125 no sería posible. Por Córdoba entró Estela Garnero, de FAA; por Chaco Pablo Orsolini, de FAA; por La Pampa Ulises Forte, de FAA; por Formosa Ricardo Buryaile, segundo de CRA, y por Entre Ríos Hilma Ré, de SRA.

Y sólo es el comienzo.

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