EL PAíS › MURIO MARIO MIJIN, DESPLAZADO TRAS LA MASACRE DE AVELLANEDA

Una bala en la cabeza del comisario

Pasó a disponibilidad después de que Página/12 revelara su participación en la represión ilegal. Investigan si fue un suicidio.

El comisario inspector Mario Mijín –desplazado en la Bonaerense tras el asesinato de Darío Santillán y de Maximiliano Kosteki en Puente Pueyrredón; llamado “El Verduguito” cuando sirvió en un campo de detención clandestino durante la dictadura– apareció muerto, con un balazo en la sien y una pistola en la mano, en su cama. “Averiguación de suicidio” es hasta ahora la carátula del crimen. Según fuentes judiciales, además de los problemas sufridos en su carrera, el policía atravesaba una situación depresiva luego de su separación conyugal. Mijín era segundo jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, de la que dependía el comisario Alfredo Fanchiotti, actualmente detenido por aquellos crímenes. Separado de sus funciones como consecuencia de su responsabilidad institucional en la “masacre de Avellaneda”, su situación en la fuerza terminó de complicarse cuando Página/12, en julio del año pasado, reveló su participación personal en la represión ilegal de la dictadura militar.
Mijín, que tenía alrededor de 48 años, fue encontrado ayer, pasadas las siete de la tarde, en su casa ubicada en Mitre y Pringles, en Florencio Varela. Estaba en su cama y la denuncia fue formulada por “un amigo personal”, que lo encontró ya sin signos de vida, según fuentes de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) Río de la Plata Sur.
Según los voceros de esa delegación policial, el arma que Mijín tenía en la mano era “similar a la reglamentaria” y no se encontraron signos de que hubiera habido otra persona en la vivienda.
La investigación está a cargo del fiscal de Quilmes Alfredo Samprón Noel y se caratula “Averiguación de suicidio”. Intervienen la comisaría de Florencio Varela y la policía de investigaciones de Quilmes. Fuentes judiciales sostenían anoche el suicidio como principal hipótesis. “En la casa de Mijín no hay señales de desorden ni de violencia; apareció con un tiro en la cabeza y el arma en la mano”. Además, “sabemos que estaba en tratamiento con antidepresivos y que se había separado de la mujer. Habrá que buscar las razones de lo ocurrido en su desvinculación de la policía, en las denuncias en su contra y en su situación personal”.
El 26 de junio del año pasado, los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán fueron asesinados en la estación Avellaneda, en el marco de la represión policial a una movilización en el Puente Pueyrredón. Mijín era segundo jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, de la que dependían el comisario Alfredo Fanchiotti –a cargo del operativo–, el cabo Alejandro Acosta y el sargento primero Carlos Leiva, actualmente presos y a la espera de juicio por esos crímenes. El fiscal de este caso, Juan José González, imputa por encubrimiento al comisario mayor Juan Vega, que en ese momento era jefe de la Departamental de Lomas de Zamora. Mijín no fue imputado penalmente pero sí separado de su cargo, como segundo responsable de la actuación policial.
La situación de Mijín se complicó todavía más cuando, el 2 de julio del año pasado, Página/12 reveló que, durante la última dictadura militar, había integrado el grupo de torturadores del campo de detención “Destacamento Arana”, que dependía directamente del general Ramón Camps. Según denuncias que la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos presentó ante la Justicia argentina y ante el juez español Baltasar Garzón, “Mijín, Mario, Alias El Verduguito”, como oficial ayudante de la Policía Bonaerense, se desempeñaba como oficial de servicio en Arana a cargo de los prisioneros. “Era muy cruel en su trato. Usaba un pañuelito blanco.”
Según fuentes judiciales, “un tiempo después de las muertes de Santillán y Kosteki, a Mijín lo volvieron a poner en función policial, pero, cuando se conoció su supuesta vinculación con campos de concentración en la dictadura, esto motivó que lo separaran de la fuerza de manera definitiva”.
Hace dos semanas, Alfredo Fanchiotti, entrevistado por Página/12, acusó a Mijín en relación con la “masacre de Avellaneda”. Según el detenido, tanto Vega como Mijín sabían con anticipación “lo que iba a pasar” y poreso se negaron a estar presentes en el terreno y permanecieron “en la jefatura departamental, mirando los incidentes por televisión”.
Los asesinatos de los dos piqueteros precipitaron la decisión del entonces presidente Eduardo Duhalde de adelantar las elecciones y la transferencia del mando, que se efectuaría el 25 de mayo de este año; también fue causa de diversos relevos en la Policía Bonaerense.
La semana pasada fue detenido el sargento primero Carlos Leiva, que estaba prófugo: durante la masacre de Avellaneda había sido fotografiado mientras apuntaba con armas a piqueteros y reporteros gráficos. Están procesados también, aunque en libertad, el comisario Vega y los policías Carlos Quevedo, Héctor de la Fuente, Lorenzo Colman y Gastón Sierra.

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Mijín fue uno de los jefes de la represión en el Puente Pueyrredón, pero no estuvo en el lugar.
“Estaba en tratamiento con antidepresivos y se había separado de la mujer”, dijo una fuente.
 
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