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APOSTILLAS

- Fernando “Aíto” de la Rúa, hijo menor del ex presidente Fernando de la Rúa, ingresó ayer con paso cansino al patio del colegio ubicado en Libertad y Juncal. Mientras hacía oídos sordos a las preguntas de la prensa sobre su padre, un tanto desorientado pidió a los periodistas que lo “ayudaran” a encontrar la mesa asignada para emitir su sufragio. Minutos después, una vez que encontró la mesa de votación, “Aíto” gozó del privilegio de no hacer la fila, a pesar de que varios votantes aguardaban con paciencia su turno. “¿Por qué no hizo la fila? ¿Quién es para pasar primero?”, preguntó un señor con el DNI aún en la mano. El presidente de mesa reconoció que fue él quien autorizó a “Aíto” a “colarse” y justificó su decisión en una cuestión de seguridad.

- El ex gobernador militar de Malvinas, Mario Benjamín Menéndez, emitió ayer su voto en el Washington School de Belgrano. Al llegar a su mesa, protagonizó un duro cruce con una de las autoridades de mesa. “¡Qué bien que viene ahora a votar! ¿Se acuerda que ustedes no nos dejaban hacerlo?”, expresó Gabriel Puricelli, ex secretario de Derechos Humanos de la FUBA y fiscal de mesa. Evasivo, Menéndez se justificó: “Supongo que no le servirá de nada que yo le diga que me opuse a eso”. Puricelli insistió: “Claro, por eso se opusieron al golpe del ‘76...”. El militar, molesto, le pidió que se limitara “a hacer su trabajo”, a lo que el joven respondió: “Diciéndole esto, estoy cumpliendo con mi deber como ciudadano”.

- El candidato más madrugador fue Luis Zamora, de Autodeterminación y Libertad. Minutos después de las 8 de la mañana estaba junto a su hijo en el Colegio Buenos Aires, ubicado en Acevedo 357, del barrio de Villa Crespo. Debió esperar porque, al momento de su arribo, la mesa no había sido abierta. Aguardó estoicamente más de media hora. A las 8.40 pudo, por fin, cumplir con su deber cívico. Al momento de emitir el voto, los periodistas y fotógrafos presentes le pidieron que exhibiera la foto de su documento. Zamora se resistió y, en tono jocoso, comentó: “Me quieren mandar en cana”.

- “Es la primera vez que vienen las cámaras de televisión a ver mi voto.” Fue la frase de una emocionada Vilma Ripoll, candidata de Izquierda Unida a jefa de Gobierno y a primera legisladora porteña. Fue al momento de emitir su sufragio, pasadas las 10 de la mañana, en la mesa femenina 794 de la escuela ubicada en Río de Janeiro 986, del barrio de Almagro.

- La gente del ARI que acompañó a Elisa Carrió durante su campaña presidencial y que ayer estaba en el Hotel Hilton no salía de su asombro por el despliegue que se exhibía en el lugar que Aníbal Ibarra y su comando de campaña eligieron para aguardar los resultados de las elecciones. “A nosotros no nos daban ni sandwichitos”, decían por lo bajo mientras las jarras de jugos naturales, las medialunas y los chips de jamón, queso y tomate circulaban por cada uno de los salones sobre las bandejas de las mozas. En verdad, la diferencia de presupuesto entre su campaña y la de Ibarra es algo que sorprendió desde que la chaqueña empezó a acompañarlo en sus recorridas proselitistas.

- En el bunker de Ibarra no había ni una persona que no tuviera una credencial colgando en su cuello. Sin identificación no se podía entrar al hotel, ni subir un piso, ni nada. Quizás por eso, horas antes de la votación circuló la versión de que algunas de las credenciales habían sido falsificadas. Para resolverlo, los ibarristas apelaron a un recurso de último momento. Lo primero que se les ocurrió fue troquelar aquellas que permitían el acceso a los lugares vedados para la prensa y el público en general, como el piso en el que se encontraba Ibarra con sus colaboradores más cercanos. El troquelado se hizo con lo primero que encontraron a mano, y no fue otra cosa que un pin con forma de osito y otro con forma de corazón abrochados en la campera de uno de los chiquitos que jugaban en el salón. Había que ver a los grandotes de seguridad de traje, corbata y con el osito y el corazón troquelados en sus credenciales.

- Cada sector del hotel tenía una letra identificatoria y para ingresar era necesario contar con una credencial que tuviera la misma letra. Para acceder al piso donde el jefe de Gobierno seguía el escrutinio tenía que exhibirse una credencial con la letra H. Muchos se preguntaron, con cierta ironía, si la letra elegida tenía alguna relación con la línea de subte de Pompeya a Retiro que Ibarra empezó a construir durante su gestión y que tanto promocionó al cabo de su campaña.

- La performance de la lista de Jorge Giorno fue uno de los temas más hablados en el lobby del Hilton. Más de un socialista, resignado, llegó a confesar que si por el fuera se suicidaba. Es que el socialismo no logró meter más de dos legisladores contra siete u ocho que obtuvo la boleta de Giorno.

- Aunque estuvieron desde temprano, los Jóvenes K aportaron lo suyo en dos momentos clave. Primero cuando la diferencia se achicó a cinco puntos, arengando frente a las cámaras con canciones contra Macri. Pasadas las once de la noche llegó el cotillón para levantar el ánimo de los ibarristas que estaban en el Hilton.

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