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Eduardo Bauzá comenzó a gestionar un encuentro entre Carlos Menem y Eduardo Duhalde. Así se lo solicitó el ex presidente en un intento de recuperar espacio en la escena política. No obstante, en el Gobierno descartaron de plano la posibilidad de una reunión y también la de su inclusión en el gabinete.
Bauzá recibió el pedido de Menem en Anillaco. El ex senador siempre fue uno de los operadores preferidos del ex mandatario, al igual que Carlos Corach y Alberto Kohan, quienes también ya hicieron su procesión a La Rioja.
En el menemismo se reproducen las voces sobre el “rol estratégico” que podría cumplir el riojano en la Casa Rosada. “¿Se imaginan a Menem viajando a Estados Unidos, en nombre del Gobierno, para lograr una ayuda del Fondo Monetario?”, razonó ante Página/12 uno de sus acólitos, sin dejar de recordar la “excelente” relación de su jefe con la familia Bush.
El propio ex funcionario menemista insistió en que existe un “deseo real” de Menem de tener participación en el Gobierno de quien fuera su principal adversario interno para evitar la “hiperinflación”.
“Con Duhalde siempre se puede arreglar, ya no es tiempo de peleas. Para Menem sería volver a la cancha. Para Duhalde, una chance impostergable de lograr un acuerdo con Estados Unidos”, lanzó, ignorando que hace apenas un mes el ex presidente calificó al actual de “inepto”.
En Gobierno dan por hecho que una foto sólo beneficia a Menem y no a Duhalde. Y que se trata de una operación para “saltar el corralito de La Rioja”, lugar del que el ex presidente no se anima a salir por temor –y así lo admitió en público– a un escrache.
“Menem está muerto, las encuestas lo dan por el piso, y no sabe qué hacer para revivir. Toda esta movida la hace para ver si cuenta con alguna mínima posibilidad de sobrevivir, porque no tiene ni la más remota chance en 2003”, dijo a Página/12 un secretario de Estado.