EL PAíS › OPINION

La Noche de los Lápices

Por Remo Carlotto *

En la madrugada del 16 de septiembre de 1976 fueron secuestrados de sus domicilios, en la ciudad de La Plata, un grupo de jóvenes militantes de la UES que luchaban por un modelo de país distinto al instaurado por la dictadura militar que había tomado el poder en marzo de ese año. Seis de ellos, María Clara Ciocchini, Claudia Falcone, Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Ungaro y Francisco López Muntaner, que tenían entre 14 y 18 años, hoy continúan desaparecidos.
Veintiocho años después, es necesario comprometernos para mantener viva la memoria de aquella lucha e impulsar la defensa de los derechos sociales, como hicieron los jóvenes de La Noche de los Lápices.
El ejercicio de la memoria tiene que estar profundamente ligado a la reconstrucción y al sostenimiento de las historias de vida de cada uno de los compañeros desaparecidos. Tenemos que interpretar los hechos no solamente desde el horror, sino también desde la afirmación de la vida y desde la búsqueda de la transformación de nuestro país. La Noche de los Lápices es el emergente público de la persecución del movimiento estudiantil secundario nacional: centenares de estudiantes de nivel medio que tenían un compromiso colectivo de lucha por una Argentina con mayor justicia social continúan desaparecidos.
El Estado terrorista implantado por la última dictadura militar significó la instauración de un proyecto de no política, de supresión de los espacios públicos, de pérdida de los derechos de cada uno de los argentinos. Donde había lugares para debatir los problemas que nos eran comunes a todos, la dictadura dejó miedo, exclusión, inseguridad. Los argentinos quedamos con miedo para construir juntos un país más justo.
Por eso, hoy debemos reinstalar la política como un espacio plural, de generación de proyecto compartidos, recuperar la política como lugar de construcción, de debate, para resolver los problemas públicos, para transformar la calidad de vida de todos.
Los chicos que desaparecieron en La Noche de los Lápices eran estudiantes secundarios que hacían ejercicio de su ciudadanía, que luchaban para facilitar el acceso a las escuelas de cada uno de sus compañeros de aula. Veintiocho años después, desde la Secretaría de Derechos Humanos nos proponemos acompañar un proceso de revitalización de los centros de estudiantes de la provincia de Buenos Aires, en tanto espacios de iniciación en la construcción de ciudadanía, para que nuestros estudiantes de nivel medio ejerzan y difundan sus derechos sociales, civiles, económicos y culturales, para que los jóvenes puedan vivir la voluntad de trabajar con y para los otros en la transformación de nuestras vidas cotidianas, como lo hicieron aquellos jóvenes que luchaban por sus derechos en 1976.

* Secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.

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