EL PAíS › LOS SUELDOS EN BLANCO SUBIERON Y BAJARON LOS SUELDOS EN NEGRO

El drama de la escalera y el ascensor

Los trabajadores informales y los del sector público fueron los más afectados por la aceleración de la inflación de los últimos meses. El Indec informó ayer que la Canasta Básica Total (CBT) aumentó en noviembre un 2,34 por ciento respecto del mes anterior, por lo cual una familia tipo necesitó 828,65 pesos para no ser pobre. Más todavía se encareció la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que reúne sólo un conjunto de alimentos indispensables, al llegar a 385,42 pesos, un 3,34 por ciento más que en octubre. Contra esos incrementos de precios, los salarios de aquellos dos grupos de trabajadores quedaron retrasados.
Además de la inflación, para el Gobierno es indispensable conseguir una rápida caída del empleo en negro para mejorar los ingresos de la población. De lo contrario, el modelo de fuerte crecimiento económico seguirá dejando fuera de los beneficios a una franja significativa de trabajadores, que en la actualidad representa nada menos que el 47 por ciento del universo de personas ocupadas. Felisa Miceli ubicó este tema entre sus objetivos prioritarios.
El Indec dio a conocer ayer tanto la evolución de las canastas de pobreza e indigencia como el desempeño de los salarios. En este último caso, los datos son a octubre. En relación con septiembre, los sueldos subieron en promedio un 1,40 por ciento. Pero los movimientos fueron muy distintos según el encuadramiento de los trabajadores. Los del sector privado formal (en relación de dependencia) mejoraron 2,08 por ciento, mientras que los haberes de los empleados en negro cayeron 0,15 y los de los empleados públicos aumentaron 0,81.
Los resultados ratificaron la continuidad de una tendencia que se verifica desde el mismo momento de la devaluación. Entre diciembre de 2001 y octubre pasado, los salarios de los trabajadores formales subieron 84,6 por ciento, contra apenas 25,71 de los no registrados y 25,06 de los empleados públicos. En el mismo período, el Indice de Precios al Consumidor experimentó un ascenso del 72,2 por ciento.
La comparación también se puede hacer considerando qué pasó los últimos doce meses con los salarios y las canastas básica y alimentaria. La salvedad es que en el primer caso el período va de octubre a octubre y en el segundo, de noviembre a noviembre. Los haberes de los trabajadores en blanco aumentaron en ese lapso 23,7 por ciento, mientras que los de los no registrados lo hicieron 10,8 puntos y los de los empleados públicos, 13,1. La canasta básica, en tanto, subió el último año 12,6 por ciento y la alimentaria, 15,2.
El mayor salto de la canasta alimentaria impacta de lleno en los sectores de menores ingresos. La línea de indigencia en 385,4 pesos supera en más de dos veces y media el Plan Jefas y Jefes de Hogar que entrega el Gobierno a los sectores carenciados. Además, el costo de la canasta es para una familia compuesta por un hombre de 35 años, su esposa de 31, una hija de 8 y un hijo de 5. La estrategia oficial para combatir el problema en el corto plazo es el acuerdo con las cadenas de supermercados para reducir los precios de los alimentos y de un conjunto amplio de bienes en un 15 por ciento.
Miceli hizo una alusión a los datos difundidos ayer por el Indec: “Queremos que el crecimiento siga incrementando la oferta y la inversión, y que ese incremento sirva para crecer con estabilidad, que es la manera de cumplir los objetivos de reducir la pobreza y mejorar la distribución del ingreso”, afirmó.

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