EL PAíS › DUHALDE ROMPIO EL SILENCIO PARA PRESENTAR SU LIBRO

“Yo le dije a Solá que no busque la re-re”

Alejado de la primera plana, el ex senador reapareció y consideró acertada la decisión del gobernador bonaerense de no intentar otro período. Criticó el desempeño argentino en el conflicto con Uruguay por las pasteras y adelantó que en el 2007 votará por un candidato “progresista”, sin definir si será Kirchner o Lavagna.

 Por Diego Schurman

El piso es un atascadero. Entran y salen periodistas, ex funcionarios y colaboradores. Con tanto vértigo es imposible saborear el café que gentilmente invitan en la sede del Iadi.

–Adelante –apura Carlos Ben. Y todo indica que el reportaje comenzará en hora.

Al entornarse la puerta se ve la figura inquieta de Luis Verdi, el otro histórico asesor de prensa de Eduardo Duhalde. Tanta adrenalina contrasta con la imagen serena que devuelve el ex presidente.

–Siéntese, conversemos –invita el hombre que hace más de un año se refugia en un silencio de radio. Está cómodamente apoltronado, en la cabecera de una mesa, con semblante y bronceado de vacaciones.

–Ojo que de temas nacionales no hablo –fija de entrada los andariveles de la charla, convenida para abordar su nueva criatura: un libro de más de 300 páginas sobre la Comunidad Sudamericana, donde cuenta, desde su experiencia como presidente del Mercosur, los “logros y desafíos de la integración”.

La muralla que levantó para no alterar los ánimos de la Casa Rosada será difícil de derribar. Pero con gestos, medias palabras y pausas dirá bastante más de lo que se propone.

–Empecemos por el libro.

–Son las experiencias de la integración. Sirve para mostrar cómo la Comunidad Sudamericana está reemplazando al Mercosur y a la Comunidad Andina más Chile, Surinam y Guyana. Es una etapa hacia la Unión Latinoamericana.

–¿Puede bajar a un hecho concreto la utilidad de la Comunidad Sudamericana?

–La propuesta de crear un anillo energético. En la Unión Europea hay muchas experiencias que son aprovechables para nosotros. La energética es un caso: yo tomé de modelo la carta energética de la Unión Europea.

–¿Se podría asegurar la provisión de energía para la Argentina?

–Claro. Tener garantías de provisión de energía para el país hace que la inversión aparezca. Tenemos gas en Perú, ¡cómo no aprovecharlo! Con Bolivia y Perú tenemos gas para 100 años. Había problema de inversión. Pero están apareciendo los fondos.

–¿Coincide con la idea de hacer un megagasoducto en la región?

–No es ninguna locura el megagasoducto que se pretende con Venezuela. Eso está muuuuuuy bien. Hay que pensar en grande para hacer grandes cosas. El que piensa en pequeño hace pequeñas cosas. Los sudamericanos tenemos 17 millones de kilómetros cuadrados: tenemos una potencialidad increíble.

–Recursos naturales no faltan.

–Dicen que el agua va a ser el petróleo del futuro: tenemos ríos sin par en el mundo: el Amazonas, el Río de la Plata y el Orinoco. Tenemos una potencialidad energética extraordinaria, minerales en las cordilleras. En este estado de subdesarrollo somos la primera potencia del mundo. Pero hay más que se puede viabilizar gracias a la Comunidad Sudamericana.

–¿Por ejemplo?

–En comunicación aparece Telesur y el canal de integración de Brasil. Más adelante habrá un medio más potente. Habrá instrumentos financieros para toda la región. Tenemos que avanzar sobre el más grave problema de la región, que es la pobreza y la desigualdad.

–¿La Comunidad Sudamericana busca equilibrar las relaciones de fuerza en la región?

–Si lo dice por el ALCA, el ALCA es una intención de asociación de libre comercio, que encima no es libre. Nosotros nos unimos para defendernos no de Estados Unidos, sino de todos los mercados emergentes del mundo. El comercio no tiene ideología.

–¿Cuánto afecta al proceso de integración el conflicto por las papeleras?

–Nada. No tienen ninguna entidad. Mire: mientras se discute el tema de las papeleras, nuestro Congreso vota fondos que son para Uruguay.

–Pero Uruguay llegó a poner en duda su continuidad en el Mercosur.

–Lo hizo porque las grandes economías, que son Brasil y Argentina, no han tenido en cuenta el tema de las asimetrías.

–¿Rescata la mediación del rey de España en el conflicto?

–Me parece bien que aparezca un facilitador. Pero a mí no me gusta para nada el tema de las papeleras –remarca con un gesto de disgusto.

–¿Qué quiere decir que “no le gusta para nada”?

–Yo no sé si contaminan o no, porque ya estoy mareado de tanta discusión. Pero ya por la contaminación visual de un lugar tan hermoso diría que las papeleras no tendrían que estar.

–¿Cree que Kirchner podría haber hecho algo?

–Faltó una propuesta concreta de Argentina para hacerse cargo de los gastos de traslado. No sé si estamos a tiempo. Hay fondos del Banco Mundial para traslado de industrias. Hubo inflexibilidad de los gobiernos.

–¿Lo consultaron por el tema?

–No. Lo bueno o malo de treinta años de participar en política ya lo he hecho. Fui el intendente, gobernador y presidente que se fue del cargo con mejor imagen de la que entró. Ya terminó esta etapa. Estoy en otra.

Duhalde, de traje azul oscuro y sonrisa fácil, hace una pausa para tomar un sorbo de café negro. Su mujer, Chiche, sale rauda hacia otra habitación. Pero vuelve sobre sus pasos para recuperar el equipo de mate.

Página/12 hace la acotación imprudente

–Muchos no le creen que se retiró de la política

–Ya no peleo por cargos. A eso me refiero con mi retiro.

–Para eso está Chiche...

–Ella va seguir los cinco años que le quedan en la banca. No creo que más. Bah, ella va a hacer lo que quiera.

–¿La asesora?

–Parloteamos todos los días. Pero las mujeres siempre tienen razón, ¿no?

–¿Con quién más parlotea?

–Con los que me acompañaron, incluso Ruckauf. El y otros, como Capitanich, Lamberto y... todos... hicieron una patriada muy difícil. Incluso algunos hombres del radicalismo, como Vanossi, que estaba desempacando en Cariló y le dije que venga y vino cuando todo era una picadora de carne.

–Algunos deben preferir que no los nombre, para que no le bajen el pulgar en la Rosada.

–Yo tampoco comprometo a nadie públicamente. Sólo hablo del libro.

–¿Toda su actividad se va a limitar al libro?

–Noo. Nooooo. Nooooo, para nada –se crispa–. Voy a trabajar, de manera itinerante, con la integración. De hecho hablé ayer con Lula.

–Hace dos años, usted dijo que de 1 a 10, a Kirchner le ponía 11 puntos ¿Hoy que puntaje le pone a Kirchner?

–No voy a poner puntaje. Le voy a decir que necesitamos diez años más de crecimiento. Los temas personales ahora los dejo de lado. Después de pasar momentos tan críticos en mi gobierno, creyendo que me llevaba la corriente, incluso hasta la muerte, lo demás tiene poca importancia.

–Alguno puede creer que usted quiere que le vaya mal a Kirchner

–Noooooooooo. Yo ya dije que un hipotético fracaso de Kirchner es un fracaso mío. Le deseo que le vaya bien al Gobierno. Que eso quede claro.

–Alguna vez dijo que si a Kirchner le va bien tiene que pelear por la reelección. ¿Hoy piensa lo mismo?

–Hoy le digo que el año que viene voy a votar al que me parezca que está en condiciones de mantener el crecimiento de la economía y la capacidad de transformar ese crecimiento en mayor justicia.

–¿Esa persona puede ser Lavagna?

–No voy a dar nombres. Sólo digo que voy a votar el que garantice más ese proceso económico que puse en marcha en absoluta soledad.

–Hay un grupo duhaldista detrás de Lavagna. Después de la pelea que tuvo con Kirchner es de suponer que usted podría apoyar al ex ministro.

–Lavagna tiene que armar y ver quién lo apoya. Yo quiero un gobierno progresista. Y un gobierno progresista tiene que modificar el Estado de injusticia que vive Latinoamérica, la región más injusta de Sudamérica. ¿Quién lo va a hacer? No sé, para a esa persona voy a apoyar yo.

–¿Está de acuerdo con las re-reelecciones?

–El sistema que tenemos es el más perverso: tenemos lo peor del presidencialismo y no tenemos la ventaja del parlamentarismo. El presidencialismo degenera los poderes. El sistema es malo.

–Usted habló recientemente con Solá por su re-re. ¿Qué le dijo?

–Le dije que no es conveniente la re-reelección. Que no era conveniente que la busque. Que no insista. Mire, para presidente yo estoy de acuerdo con el sistema americano: dos períodos consecutivos o alternados y listo. Pero no estoy de acuerdo con el sistema presidencialista. Alfonsín intentó avanzar con un sistema parlamentario. Pero no lo logró.

–Ahora que Solá se bajó, ¿a quién ve como gobernador bonaerense?

–Alguien con experiencia como intendente. El que gobierna tiene que saber hacer by pass permanentes. Y eso se aprende desde los municipios y también desde un ministerio.

–¿Nombres?

–Noooooooo. Ya le di el perfil. Algunos de ellos me han acompañado en los momentos difíciles de mi gestión.

–Pensé que estaba con bronca con gente como Aníbal Fernández o Pampuro

–No puedo decir que me gustaron cosas que dijeron. Pero lo que más me importa es que el crecimiento de la economía continúe.

–¿Qué le falta al gobierno de Kirchner?

(Piensa.) –Cada uno tiene su estilo. Yo insisto con la idea, aunque se vuelvan a reír, que estamos condenados al éxito. Y también que la única salida de la Argentina es pro-duc-tiva. Es una convicción que predomina en bonaerenses, santafesinos, cordobeses y mendocinos.

–Usted decía, al asumir su gobierno, que tenía que desactivar una bomba de tiempo. ¿Kirchner qué tiene que hacer?

(Silencio largo.) –El mío fue un gobierno de emergencia. Este es uno de transición. El país está creciendo. No están los mismos problemas de antes, donde muchos colegas suyos, y el establishment, decían que no íbamos a tener país. Hoy tenemos viento de cola, hay enormes posibilidades de salir.

–¿Cómo?

–Todo lo que produce Banfield... digo Argentina (se ríe del lapsus)...

–...y eso que hace un rato me dijo que hay que pensar en grande...

–...Es que Banfield tiene los colores verde y naranja de la tapa del libro (lo señala con el dedo). Me confundí. En fin, ¿en qué estábamos? Bueno, le decía que hay que producir más. La salida es teniendo un país productivo, hay que pensar un poquito más en eso, en un país productivo. Esa es la salida.

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“Lavagna tiene que armar y ver quién lo apoya. Yo quiero un gobierno progresista”, dijo sobre su ex ministro.
 
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