La secretaria de Trabajo de los Estados Unidos, Hilda Solis, llegó con una pequeña comitiva al Hotel Four Seasons. La presidenta Cristina Kirchner la esperaba en el salón Mont Blanc. Durante 45 minutos, las dos mujeres coincidieron en la necesidad de encontrar fórmulas que permitan salir de la crisis. “Se alegró mucho al conocer el préstamo a la General Motors. Nos dijo que están empezando con reformas que tienen que ver con los tratados de los trabajadores, de los inmigrantes, con todo lo que hace al derecho de la mujer”, dijo CFK al comentar el encuentro con la primera mujer hispana que llega al staff de un presidente estadounidense.

–¿Cree que Barack Obama avalará el pedido para incorporar a la OIT al G-20? –le preguntó Página/12 a la Presidenta.

–Esperamos que sea un hecho. Recibí una carta de apoyo de Gordon Brown, Nicolas Sarkozy se pronunció en el mismo sentido. Lula está, por supuesto, impulsando la idea. No creo que Felipe Calderón esté en contra. Esperamos que sea un hecho que la OIT esté en el G-20 en la próxima reunión de septiembre en Pittsburg. Y si no es así, seguiremos insistiendo. Ustedes saben que tarde o temprano logro mis objetivos.

La Presidenta señaló que siempre existe la tentación de creer que se sale de la crisis con ajuste. “Ese es el camino equivocado, porque son los sectores vulnerables los que si preservan el trabajo, más consumen: con menor capacidad de ahorro gastan todo lo que ganan.” Con el encuentro con Solis, CFK terminó la visita a Ginebra. Antes se había reunido con la Central Sindical Internacional. La australiana Sharrow Barrow también destacó su papel en los foros internacionales. “Que me acaricien un poquito en el alma no está mal”, comentó la Presidenta. Unas horas después aterrizaría en Buenos Aires donde los mimos internacionales serían rápidamente superados por la coyuntura electoral.