¿Cómo sigue la relación de la CGT con el Gobierno?

–Bien. El salario familiar, el mínimo no imponible, las obras sociales son temas que están pendientes y estamos atentos. El Impuesto a las Ganancias es un problema que termina por aplastarte la antigüedad, la categoría y el esfuerzo de la gente. El salario familiar hay que actualizarlo, y va a ser así. El tema de las obras sociales está encaminándose también. El Gobierno está respondiendo o va a responder pronto. El tema con Ganancias es más complicado porque sabemos que es dinero que se destina a los subsidios. Lo que pasa es que en el fragor del trabajo a veces cada trabajador defiende su interés personal. Venimos de una década del 90, en la que caló muy hondo el individualismo y está costando sangre, sudor y lágrimas llevar a la sociedad argentina por un camino solidario.

–Si yo hoy hago un paro en la industria automotriz, tengo a todas las empresas aplaudiéndome. Si yo estoy tratando de llevarle el 75 u 80 por ciento a la gente que por falta de trabajo tiene que dejar de venir un día, y les digo a las empresas que es un costo que tienen que asumir después de tantos años de bonanza, si yo hago un paro beneficio a las empresas. Eso no quiere decir que Smata no haga paros. Pero el paro se hace cuando la organización gremial decide, por objetivos supremos. ¿Y cuál es el objetivo supremo hoy? Mantener las fuentes de trabajo.