EL PAíS › ANDRES FERRARI*.

Ojalá nos contagiemos de ellos

Cuando se dictaba el curso de economía brasileña organizado por el Instituto de Estudios Brasileños de la UNSAM, el profesor brasileño se sorprendió cuando algunos alumnos le sugerían que Brasil, para estabilizarse, debía abrir su banca al capital extranjero. Ocurrió mientras el Banco Río estaba siendo comprado por la banca extranjera, lo que llevó al azorado brasileño a remarcar: “Si eso llega a suceder en Brasil, hay un golpe de Estado”. La anécdota viene al caso por lo que está sucediendo en Brasil. O por cómo entenderlo: Brasil es Brasil, no es Argentina. La manera de analizar dos países distintos como si no lo fuesen por “los fundamentos macroeconómicos” es, justamente, el correspondiente al análisis mercadista-neoliberal. Brasil, seguramente, está sufriendo un embate del gran capital internacional, que en ciclos ingresa y se retira de países como los nuestros. Y é es un momento de retirada, más allá de lo que haga cada país para evitarlo. Pero en Brasil reaccionan como brasileños, y eso significa que no necesariamente sucederá que la “nota del riesgo-país” se convierta en una realidad cotidiana.
Si el tema son las elecciones, hay varios puntos a considerar. Lula no es un candidato arribista que gana votos por medio de un discurso “populista”. No es un Menem que llega a esta instancia por afirmar que ‘no va a defraudar’. Es el candidato de un partido orgánico que lidera las encuestas una vez más y que luego de un largo proceso de formación y combate político se presenta por cuarta vez a las elecciones presidenciales, igual que Allende en Chile y Mitterrand en Francia. El PT es el partido de cuadros y de masas de izquierda seguramente más importante de Occidente. No basa su candidatura en una campaña publicitaria o en un slogan pegadizo, sino en un discurso actual y coherente que viene desarrollando desde hace más de dos décadas. Actualmente, el PT gobierna la ciudad de San Pablo y cogobierna el segundo estado más importante de Brasil (Minas Giras) y gobierna el tercero (Rio Grande do Sul). Y es el partido que tiene una fortaleza tal que se permite llevar como candidato a vicepresidente a uno de los más poderosos industriales de Brasil, José Alencar. Vaya de paso que el candidato oficialista, José Serra, aquí estaría considerado un nacionalista e industrialista y ubicado mucho más a la izquierda que, probablemente, muchos de nuestros representantes del espectro político, además de ser un reconocido académico por su seriedad y no por decir pavadas ignorantes al estilo FIEL, CEMA o Cavallo.
¿Brasil se contagia de Argentina? Más que hablar de un contagio argentino para Brasil, ojalá podamos subrayar alguna vez que la Argentina se contagia de Brasil.

* Director académico del Instituto de Estudios Brasileños, coordinador de ¡Mafaldaresiste! (www.mafaldaresiste.com.ar)

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