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De Onganía a Macri

Santiago de Estrada comenzó su carrera política hace exactamente cuarenta años, cuando en 1967 fue nombrado subsecretario de Seguridad Social por el dictador Onganía. Duró en el cargo hasta 1970, cuando fue reemplazado por el siguiente dictador. Evidentemente más a gusto con los sectores más católicos que con los liberales, De Estrada volvió al mismo cargo con Videla y dio un ejemplo de continuidad durando de subsecretario la dictadura entera. Para entonces regularmente definido como “militante católico”, el ex funcionario de dos dictaduras se recicló en democracia como embajador de Raúl Alfonsín ante el Vaticano. Volvió a Seguridad Social con el primerísimo menemismo, en 1989, y hasta 1991 sirvió al riojano en el PAMI. En 1998, ya definitivamente peronista, volvió al gobierno de la mano de Palito Ortega, que era secretario de Desarrollo Social y lo llevó de segundo. Fue entonces que tuvo una memorable interna con algunos obispos, por temas de fondos. En 2000, hace apenas siete años, se presentó para que alguien lo votara a algo. Lo hizo como legislador porteño en la boleta Cavallo-Beliz. En 2003 fue reelecto a su banca, esta vez bajo la bandera de Mauricio Macri y para fines de ese año era vicepresidente primero de la Legislatura. Lo reciente de su llegada al macrismo, apenas cuatro años, explica que la lealtad y obediencia de De Estrada sea para otros mandos, más naturales.

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