SOCIEDAD › INVESTIGAN A UN JUEZ, DOS JEFES POLICIALES Y UN ABOGADO

La fábrica de armar causas truchas

Una cámara oculta mostró un sistema jurídico-policial para armar causas falsas con fines extorsivos. Hay dos pedidos de juicio político contra el juez Mahdjoubian. Su secretario ya fue separado. Y también dos jefes de la Federal.

Mientras el juez Juan José Mahdjoubian enfrenta ya dos pedidos de juicio político en el Consejo de la Magistratura por las acusaciones de coima en el programa “Telenoche Investiga”, Osvaldo Cabral y Fabián Luna, los dos capos de Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal, fueron puestos en disponibilidad ayer por el mismo escándalo. Lo del secretario del juez, Daniel Mauro, fue más duro: fue suspendido y es el centro de la investigación de la jueza María Angélica Crotto, que apunta también a Mahdjoubian, su colega de apellido armenio. Del mismo origen es José Seyahian, el señor mayor que en el informe aparece ofreciendo sus contactos con la Justicia para armarle una causa a un estafador y sembrarla en el turno de Mahdjoubian. Los nuevos protagonistas de esta historia argentina de corrupción “están en serios problemas”, según le dijo uno de los investigadores a Página/12. Aunque el juez negó mediante una denuncia contra su secretario su responsabilidad en la trama, una alta fuente judicial aseguró a este diario que “es amigo íntimo de Mauro”.
El caso viene a poner en tela de juicio a la Justicia en la que según ahora reconocen los profesionales de la ley “hacía rato que había ruido sobre ellos”. “Existe una lista de buenos y de malos, la corporación judicial debería ser más controlada”, opinó ante este cronista un alto funcionario, cercano a la Cámara del Crimen. Otra fuente señaló como conocida y pública las buenas migas entre juez, secretario y estudio jurídico. Si se le suma a estas dos patas, la tercera y fundamental de la policía, el triángulo que denunció el periodista Luis Otero ante el fiscal Norberto Quantín termina de armarse. Lo que ayer comentaban varios de los integrantes del Consejo de la Magistratura, y era el debate de abogados penalistas y funcionarios judiciales, es la dimensión que puede tener la coima en los tribunales. Sucede que en el Consejo de la Magistratura, la semana pasada ingresó una denuncia contra el juez federal Juan María Torino, acusado de pedir coimas a una banda narco para favorecerlos en un juicio oral. Y el martes se sentará ante el pleno el juez Alberto Murature, también acusado de coimero.
La primera presentación en el Consejo fue hecha ayer a la mañana por el fiscal Quantín, que además transfirió la denuncia a la Cámara del Crimen. El sorteo determinó que la causa cayera en las manos de la jueza María Angélica Crotto y en la fiscalía 7, cuyo titular es Justo José Rovira.
Ayer, Crotto y Rovira le tomaron declaración al periodista que investigó el tema para “Telenoche”, Luis Otero.
Otero debió reconstruir minuciosamente cómo el equipo de periodistas logró contactar al ex juez en lo criminal de la dictadura y hoy abogado José Seyahian y los sucesivos pasos que dio para conseguirles lo que le pedían un hombre y una mujer con una cámara oculta: que inventara una causa a un estafador para perjudicarlo. Ayer, en el noticiero se mostró cómo Seyahian mismo, ante una complicación que obligó a inventar un delito mayor como la extorsión para retener el expediente en el juzgado amigo de Mahdjoubian, dictaba una carta amenazante a su supuesta asistida: “Zorra hija de pé: –dicta el correcto abogado– me enteré que me vas a denunciar. Si lo hacés te vas a arrepentir porque voy a empapelar con tus cheques Buenos Aires y te van a embargar todo. Ojo con tu hijo. Vas a terminar en cana”.
“Desde el juzgado de Crotto requirieron todos los videos. Y la investigación privada de la policía –contó Otero a Página/12–. El propio juez Mahdjoubian nos pidió el material para un sumario administrativo que le habría iniciado a su secretario, pero tendrá que pedírselo a la jueza que lo investiga a él mismo”. Unas de las versiones no confirmadas oficialmente ayer en el Consejo de la Magistratura era que, desesperado, Mahdjoubian denunció penalmente a Mauro. Según la versión del funcionario, su secretario y amigo le habría dado el “giro” que en la jerga “es que lo han pasado por encima, que lo durmieron”. Pero el consejero Eduardo Orio le dijo a este diario que al presentar el pedido de investigación “si bienes cierto no fue mencionado en forma directa” evaluó que “varias veces el abogado dijo que ya hablaría con el de arriba del secretario, y arriba del secretario no está otro que el juez”. Este diario pudo saber de altas fuentes judiciales que la jueza Crotto avanza sobre la responsabilidad de su colega: existirían documentos que demuestran la relación entre el abogado y el juez en otras causas en las que hubo “arreglos”.
Así de complicados juez y secretario, lo de los policías a cargo de inventar el expediente para incriminar al estafador tiene sus propios dramas. Pasados a disponibilidad preventiva ayer, deberán responder por los delitos de cohecho, negociaciones incompatibles con la función pública y por lo menos tentativa de fraude procesal. El secretario Mauro sería copartícipe en el cohecho y el juez Mahdjoubian podría ser investigado por tentativa de cohecho agravado por su función de magistrado. Ayer, la jueza supo algo que no salió al aire en el programa que lo investigó: el ex juez de la dictadura Seyahian se lamentó ante la cámara oculta porque “este es un momento en que conseguir la prueba es muy difícil” porque “ahora con esto de los derechos humanos no se los puede ni torturar”.

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El juez Juan José Mahdjoubian, en el centro de la polémica.
 
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