SOCIEDAD › CHILE ESPERO DURANTE TODO EL DIA “LA GRAN OLA”, QUE HASTA ANOCHE NO LLEGO

Con el recuerdo del tsunami de 2010

El terremoto y el tsunami en territorio japonés llevaron la alarma a toda la costa americana del Pacífico. Desde México hasta Chile se prepararon para recibir los efectos de las olas. Hubo evacuaciones en las zonas costeras.

 Por Christian Palma

Desde Santiago, Chile

No hay caso. El sino del gobierno de Sebastián Piñera son los temblores. Ayer, cuando su administración cumplía un año en el poder, el terremoto de 8,9 grados Richter que devastó buena parte de Japón activó todas las alarmas en Chile –que aún no se repone de un sismo similar ocurrido el 27 de febrero de 2010–, pues al estar conectado a través del Océano Pacífico con el epicentro, las posibilidades de que un tsunami afectara sus costas se acrecentaron. Sobre todo en la Isla de Pascua.

El 11 de marzo pasado, cuando Piñera se ponía la banda presidencial, una fuerte réplica del 27 de febrero decretó el alerta de tsunami. Por ello, el desastre de ayer en Japón planeó todo el día sobre la ciudadanía y las autoridades, que desplegaron una importante cadena informativa desde las 6 de la mañana. El discurso principal fue el llamado a la tranquilidad, pero a estar atentos a los comunicados oficiales que emanaron cada dos horas.

En principio, Piñera dijo desde la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) que se realizaría una evacuación preventiva en la zona costera de la Isla de Pascua. “Es mejor hacer de más que hacer de menos”, sostuvo y aseguró que se estaba monitoreando la situación en caletas y puertos e instó a la población a actuar con normalidad.

Sin embargo, a eso de las 18.30 hora local, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, informó que tras nuevos antecedentes recabados por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (SHOA), el gobierno decidió evacuar a la población que habita en la costa y que se encuentra en zonas calificadas como “potencialmente inundables”. Ya antes, los habitantes de la Isla de Pascua habían sido evacuados al aeropuerto del lugar para esperar la marejada que hasta el cierre de esta edición no registraba variaciones importantes (30 centímetros), según reportes de las redes sociales.

Con todo, a las 21 horas de anoche todo el territorio nacional continental susceptible de inundación fue evacuado, con la excepción de las sureñas ciudades de Puerto Montt, Puerto Williams y Punta Arenas, operativo que se realizaría a la 0 de hoy.

“Estamos preparándonos para lo peor, pero esperamos que el resultado de esta operación sea el mejor”, sostuvo Hinzpeter, quien reiteró el llamado a la población a mantener la calma y realizar el traslado con responsabilidad.

El secretario de Estado aclaró además que se cambió la calificación de “alerta” a “alarma” de tsunami para Isla de Pascua, donde –se dijo– las olas alcanzarían tres metros y no dos como se había pronosticado en un principio.

La autoridad sostuvo además que mientras se realicen las simulaciones, el Ejecutivo adoptará medidas para que se resguarde apropiadamente el orden público y la seguridad de la población para evitar los saqueos registrados tras el terremoto chileno.

La población, aún sensible por la tragedia del 27 de febrero, se mostró temerosa por el estado de alarma decretado en Rapa Nui. Las redes sociales como Twitter y Facebook sirvieron para intercambiar datos, donde se valoró la precaución adoptada por el gobierno, pero también se criticó la excesiva información y alertas que en muchos casos generaron más temor que ayuda.

El debate virtual se centró en la real necesidad de movilizar a la población, generando en algunos casos confusión y miedo o sí sólo se trató de un despliegue comunicacional como para recalcar que este gobierno sí trabaja, puede hacerse cargo de una tragedia y coordinar a todos los servicios en un país altamente sísmico, muy por el contrario de lo sucedido con la administración de Michelle Bachelet, cuya gestión del 27 de febrero sigue siendo fustigada por el oficialismo.

Al final del día, la frase “esperando la ola” se escuchaba en buena parte de los puertos y caletas de chilenas, mientras que los habitantes de zonas alejadas de la costa seguían atentos a las noticias.

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La frase “esperando la ola” se escuchaba ayer en buena parte de los puertos y caletas de chilenas.
Imagen: DyN
 
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