SOCIEDAD › REVELACIONES SOBRE LA ACUSACION DEL FISCAL POR EL CRIMEN DE CANDELA

Detalles “más que llamativos”

El fiscal Tavolaro quedó impactado por la revelación de la madre de una de las parejas del acusado Bermúdez. Sostuvo que acostumbraba realizar juegos sexuales en los que tapaba la nariz y la boca de sus parejas. La niña murió por asfixia por sofocación.

Una de las causas por las que el fiscal Marcelo Tavolaro incrimina a Hugo Bermúdez por el crimen de Candela es la declaración de la madre de una de sus parejas. Al fiscal le resultó “más que llamativo” que la mujer “reconoció haber mantenido relaciones sexuales con el acusado, siendo su juego sexual preferido el de someter a su pareja a la compresión de la nariz y la boca para lograr su satisfacción, sin importarle las consecuencias que a su pareja producía”. A Tavolaro le llamó la atención, ya que en el informe forense se dictaminó que la causa de la muerte de la niña fue “la compresión con un elemento suave, como pueden ser las manos, de las narinas y boca, que llevaron al óbito de la niña a través de un paro cardiorrespiratorio traumático, secundario a asfixia por sofocación”.

La revelación forma parte de las fundamentaciones que el fiscal utilizó para su pedido de preventivas para seis de los siete imputados en el caso, tal como se informó en la edición de ayer. Tavolaro sostuvo que a Bermúdez “sus parejas anteriores lo han definido como un psicópata sexual, con preferencias a someter a sus juegos sexuales a menores de edad cautivándolas con provisión de ropas y drogas, según sea el caso”.

En la reconstrucción del caso, Tavolaro sostiene que el 22 de agosto, alrededor de las 15.30, Candela salió de su casa de Coraceros 2552 de Villa Tesei, “por medios propios” para reunirse con amigas, saludó a un vecino y luego se perdió contacto con ella hasta que su cadáver fue dejado entre las 13.30 y 15.30 del 31 de agosto a la vera de la Autopista del Oeste.

Sostuvo que la salida de Candela fue “voluntaria”, ya que “no se han detectado acciones o manifestaciones que permitan vislumbrar que la menor se hallara bajo una situación de presión”. Luego quedó en un cautiverio no prolongado, durante el que no se hallaron “señales compatibles a una defensa en situación de una privación de movimientos” y no se le dio ninguna sustancia para dormirla. “Todo ello hace presumir necesariamente que se ha utilizado como herramienta inicial algún mecanismo de captación o vinculación desde lo afectivo o emocional, por ejemplo, bajo la directriz de un engaño, promesa, etcétera, que permitiera a la víctima vincularse a los protagonistas criminales necesarios, de una manera no involuntaria, no violenta ni agresiva.”

Estas señales, y la falta de comunicaciones reclamando el pago de un rescate hicieron descartar al fiscal la figura del secuestro extorsivo e incluso la no mención de un secuestro. En cambio, para Tavolaro, “existen sobrados elementos indicativos de que Candela, en gran parte de los acontecimientos previos a su muerte, ha permanecido en una situación voluntaria, tal vez inconsciente del contexto que la sometía, bajo engaño u otra forma no advertida por ella”. Algo más débil aparece la explicación (en base a testigos de identidad reservada) de que se trató de una venganza que en el mundo marginal se manifiesta como ajuste o vuelto. La llamada analizada, según Tavolaro, fue realizada por el imputado Gabriel Fabián Gómez cuando “el futuro de la menor ya estaba definido, es decir, ya se había concebido la decisión de terminar con su vida” y la idea era transmitir que si a la niña le ocurría algo el responsable era el padre.

“Potencialmente nos encontramos frente a una concatenación de conductas delictivas, que se enmarcan dentro de la modalidad de un ‘ajuste de cuentas no tradicional’, que tal vez en su concepción no implicaba necesariamente la muerte de la menor”, señaló el fiscal.

Por otro lado, Carola Labrador, mamá de Candela, se reunió con el juez Alfredo Meade, a cargo del caso. Poco antes, familiares de algunos de los detenidos organizaron un reclamo ante los Tribunales de Morón para expresar que fueron detenidos porque tienen antecedentes y no porque tuvieran una relación con el caso. Al salir de Tribunales, Labrador se mostró conforme con la marcha de la causa, pero no quiso opinar sobre los detenidos ni el reclamo de sus familiares.

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La casa de Kiernan donde según el fiscal habría sido asesinada la niña Candela.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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