SOCIEDAD › LA JUSTICIA FRENO LAS OBRAS DE LA ESTACION DE SUBTE EN PLAZA FRANCIA

Un freno a la tala urbana

Ante el espectáculo de árboles de 120 años arrancados con topadoras, un juez porteño dio ayer un amparo que frena “la destrucción”.

 Por Sergio Kiernan

La Justicia porteña dispuso paralizar las obras de la estación Plaza Francia de la línea H del subterráneo, debido a la “destrucción” del lugar y que se están arrancando de cuajo árboles con 120 años de antigüedad. El juez Guillermo Scheibler aceptó el amparo pedido por la ONG Basta de Demoler, que ayer a la tarde realizó un abrazo a la plaza frente al obrador, y prohibió que se siga excavando o se toquen los árboles.

La medida cautelar fue dirigida específicamente al Ministerio de Desarrollo Urbano y a Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado, responsables de la obra. La línea H llegará a Recoleta, según el calendario oficial, en 2015, pero ya generó dos polémica fuertes relacionadas con los parques de la zona. Una fue la completa destrucción de la arboleda de la Plaza Emilio Mitre, en Las Heras y Pueyrredón, para la excavación de un garage subterráneo. Esta estructura fue presentada como la primera parte de las obras de la futura estación del subte, que incluirá locales comerciales bajo tierra. Un amparo demoró considerablemente los trabajos, pero no pudieron salvar los árboles, arrancados para bajar los costos.

La siguiente estación en la línea está planeada en medio de la Plaza Intendente Alvear, tierra adentro desde la esquina de Pueyrredón y Libertador. Basta de Demoler no pudo obtener información sobre por qué se eligió un lugar tan retirado físicamente de calles y veredas, opción que implicó destruir buena parte de la arboleda. La parquización de esta plaza es, de hecho, de las más viejas de la Ciudad. El entorno de Recoleta fue intervenido por primera vez por Bernardino Rivadavia, primer presidente de Argentina, que contrató al botánico Alexander Sacks. Varios de los impresionantes gomeros del lugar provienen de esos trabajos, hace casi dos siglos.

En 1883, el primer intendente porteño, Torcuato de Alvear, le encargó a su director de Paseos, el francés Eugene Courtois, crear un parque lineal que uniera Recoleta con el Parque Tres de Febrero. Este “boulevard” comienza frente a la iglesia de los Recoletos y se prolonga sobre Libertador hasta Avenida Sarmiento. La forestación, en su momento un ejemplo urbano, fue creada por Carlos Thays en la década de 1890, con lo que varios de los árboles hoy destruidos tienen por lo menos 120 años de edad.

La medida cautelar fue presentada por Santiago Pusso, como vicepresidente de Basta de Demoler, y por la arquitecta Sonia Berjman, miembros del Comité Internacional de Paisajes Culturales. El juez Scheibler destacó que Pusso y Berjman se presentan a defender “un derecho colectivo” y no como afectados personal o únicamente por los actos del gobierno porteño. En su fallo, el juez señala que la plaza donde se realizan las obras es parte del Area de Protección Histórica 14, ley 206, que protege con un régimen especial el cementerio de la Recoleta, sus edificios históricos y las plazas cercanas. Scheibler explica que habilita la feria judicial y da la medida de forma urgente porque en los “cuatro días inhábiles” que comienzan hoy pueden producirse “daños irreparables” en la Plaza.

Con precisión, el fallo destaca que el ámbito afectado por las obras es un jardín histórico en los términos de la Ley 1227, de Patrimonio porteño, lo que nuevamente crea un régimen especial para la plaza. Scheibler recuerda que la ley que creó el Area Histórica define a la Recoleta como “un hito urbano de alta calidad ambiental, con un espacio público que es referente a escala de la ciudad por su identidad y reconocimiento comunitario”. Este valor explica por qué la misma ley “prohíbe la tala o trasplante de las especies vegetales. Se deberán reponer las especies en caso de pérdida de algún ejemplar. Toda reposición y renovación de las especies vegetales existentes se hará atendiendo no sólo a criterios paisajísticos, sino también a valores históricos. La poda en caso de ser necesaria deberá ser realizada por personal especializado. Los jardines deben ser mantenidos y protegidos de su destrucción. Se mantendrán los senderos existentes; toda modificación y/o adecuación funcional será previamente sometida a la aprobación del Organismo de Aplicación”.

Los árboles que faltan ahora en la Plaza Alvear fueron simplemente arrancados con una topadora, la misma que está haciendo desaparecer la barranca de la plaza. El juez Scheibler le ordenó al gobierno porteño y a Subterráneos de Buenos Aires que expliquen sus actos y envíen “toda la documentación relevante a las obras”.

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La Plaza Alvear perdió hasta su barranca.
 
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