SOCIEDAD › DIEGO LERMAN CUENTA EXPERIENCIAS REALES DE MUJERES QUE UTILIZó PARA SU FILM REFUGIADO

“Me transmitían su terror físico”

Lerman, director del film Refugiado, cuenta a Página/12 cómo abrevó en la realidad de la violencia de género para el relato. Recorrió refugios para mujeres víctimas, conoció casos reales de cuyos protagonistas algunas fueron víctimas de esa violencia.

 Por Mariana Carbajal

“¿Dónde esconderse de la persona que más te conoce?”: esa es la pregunta que instala Refugiado, la nueva película del director Diego Lerman, protagonizada por Julieta Díaz, y que cuenta el derrotero de Laura, una mujer víctima de violencia doméstica que transita los momentos iniciales de un embarazo y que se ve forzada a dejar su casa, con su hijo de 7 años (Sebastián Molinaro) tras otra agresión de su marido y padre del niño. El film, que se estrena el próximo jueves, tiene la particularidad –y ese seguramente es su gran aporte– de mostrar ese deambular en busca de un lugar donde sentirse protegidos y amparados –frente a un terror tan cercano y conocido– desde la mirada de un chico. Y pone el foco en que ellos, los hijos e hijas que crecen en hogares atravesados por la violencia machista, también son víctimas.

Para la investigación que derivó en el guión, Lerman se contactó con organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la temática y junto con Díaz y otras actrices recorrieron refugios que brindan albergue a víctimas de violencia de género y casas de medio camino, donde realizaron talleres con las mujeres que estaban allí viviendo temporariamente para conocer sus experiencias de vida. Cinco sobrevivientes de violencia participan de la película. “Lo revelador fue que durante los talleres, que se hicieron con técnicas de psicodrama, las actrices empezaron a contar situaciones personales de violencia, algunas muy íntimas. Para mí fue muy revelador de lo extendida y a la vez invisibilizada que está esta problemática”, contó a Página/12 Lerman, director y co-guionista del film. Una de las actrices convocadas, muy joven, “me dijo que participar del proyecto la había ayudado mucho, porque en ese momento estaba viviendo una situación de violencia sexual. Ella pensaba que yo la había llamado porque me había dado cuenta. Y yo no tenía idea. Otra contó una situación muy dramática de violencia con su pareja, se angustió mucho, y se descompuso”, apuntó Lerman.

“La película, además de ser una obra de arte, es una preciosa herramienta para abordar la temática en muchos aspectos y un insumo para política pública”, destacó Esther Mancera, psicóloga, de la ONG Enlaces territoriales para la equidad de género, que asesoró a Lerman, acercándolo al proceso que atraviesa una mujer en situación de violencia, y terminó también ella haciendo un papel menor durante el rodaje como otras profesionales que colaboraron con la película. Como parte de ese recorrido, visitaron la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, que funciona las 24 horas los 365 días del año, recibiendo denuncias. Ahí también estuvo Julieta Díaz, para conversar con la titular de la OVD, Analía Monferrer, y ver cómo funciona ese dispositivo de atención, su sala de espera, sus equipos técnicos.

“La película aborda desde ese lugar de inocencia y extrañeza que representa la mirada de un nene de 7 años una situación conflictiva y por ende dramática”, señala su realizador. Lerman escribió el guión junto a Maria Meira. El elenco se completa con Marta Lubos, Silvia Baylé, Sofía Palomino, Sandra Villani, Paula Ituriza y Carlos Weber. Refugiado es el cuarto film de Lerman, después de La mirada invisible, Tan de repente y Mientras tanto. Llega después de un largo recorrido por festivales donde fue muy bien recibido (ver aparte).

“Había filmado la serie para televisión La casa, que se estrena en 2015, y en uno de los capítulos trabajé con Julieta (Díaz). Ahí comenzó el vínculo con ella”, explica Lerman y agrega: “En esta película ella tuvo una doble demanda: actuar y ayudarme con el nene. En ese sentido fue una película compleja porque ese viaje de tres días, ese escape, está contado desde el punto de vista del nene y se filmó en orden cronológico para poder ver el recorrido que hacía él. De hecho, hubo reformulaciones de guión que se hicieron en el set de acuerdo a cómo funcionaba el nene y la película no tenía el final, porque yo quería un final que fuera consistente con lo que iba pasando en el rodaje”.

Lerman cuenta que hubo un hecho puntual que lo llevó a interesarse por la problemática de la violencia de género: un intento de femicidio que ocurrió en pleno Palermo, en la puerta de la escuela Manuela Pedraza, y que tuvo amplia repercusión en los medios por las características del caso. “Un día llegaba a la productora Campocine y vi que en la puerta había policías y manchas de sangre en el suelo. Ahí me enteré de que un tipo disfrazado de viejo le había disparado a su mujer, cuando sus hijas estaban entrando a la escuela. Le había vaciado un cargador”, recordó. La víctima, Corina Fernández, se salvó de milagro: dos balas impactaron en el tórax y un tercer proyectil, en el abdomen, pero sobrevivió. Todavía tiene dos balas en el cuerpo. El ataque sucedió el 2 de agosto de 2010, a las 8 de la mañana, cuando Javier Weber, de 53 años, disfrazado con peluca, impermeable, gorro y bastón, para simular ser una persona mayor, trató de matarla. “Te dije que te iba a matar, hija de puta”, le dijo, le apoyó un revólver en el pecho y le disparó. Durante años había maltratado a su esposa, hasta que se habían separado. Weber fue condenado por “tentativa de femicidio” a 21 años en 2012, y falleció preso.

A partir de ese episodio, Lerman se embarcó en un trabajo casi periodístico: visitó refugios para víctimas de la violencia de género –incluso algunos ocultos–, entrevistó a mujeres golpeadas, se informó con especialistas en la materia. Mancera fue clave en ese camino. Conseguir el guión e Refugiado, dice Lerman, le llevó tres años de trabajo más las reformulaciones que hizo durante la filmación. Visitaron el refugio que tiene la Dirección de la Mujer de la Ciudad de Buenos Aires, en una dirección que no se difunde para proteger a las mujeres que llegan ahí escapando, como Laura en el film, de una pareja o ex pareja violenta, en situaciones límites. También estuvieron en otros de los municipios de Moreno y de Lomas de Zamora. “Esas entrevistas me permitieron entender la complejidad de la problemática”, subrayó.

“El refugio que se ve en la película es un refugio posible y muchas de las mujeres que participaron en el rodaje y otras que aparecen en roles menores son mujeres a quienes conocí durante la etapa de investigación y vienen de una historia de violencia. Para ellas participar actuando fue catártico porque la película genera un espacio de mucha identificación. Tal vez porque Refugiado está narrada con una crudeza natural, es estéticamente humana”, detalla el director y, en efecto, la estética cruda y realista pero sin golpes bajos de Refugiado es un dato destacable de la película, que por un lado, permite ver lo que le sucede a una mujer, en una situación de violencia doméstica. Y por el otro, pone en el centro que las víctimas no son sólo las mujeres: también los niños y niñas, que como sus madres, sufren angustia y terror.

–¿Qué quisiste transmitir con la película? –le preguntó este diario a Lerman.

–La premisa de persecución y terror físico que me transmitían las mujeres en los refugios en su testimonio. La violencia no se muestra. Pero está presente a través de ese hombre que está al acecho. Me hice las preguntas más básicas: ¿por qué sucede? ¿por qué no se puede cortar? Refugiado también cuenta esa toma de posición del niño, que entiende lo que está viviendo, ese es el viaje que atraviesa Matías y la película.

En el film queda en evidencia, agrega Mancera, “la dificultad de protección que enfrentan las mujeres cuando salen de un refugio, la ausencia de ese lugar intermedio”. Aunque “se avanzó mucho en esta década en relación con esta problemática, necesitamos que haya más presupuesto para implementar la Ley 26.485 contra la violencia hacia las mujeres y que se implemente un plan nacional, como establece esa norma”, concluyó Mancera. Refugiado, seguramente contribuirá, a poner el tema en agenda y para reflexionar sobre las vías para brindar efectiva protección y ayuda, frente a un problema complejo, social, de salud pública y de derechos humanos.

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La psicóloga Esther Mancera, que asesoró durante la filmación, y el director Diego Lerman.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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