SOCIEDAD › EN VEINTE DíAS ENTRA EN VIGENCIA LA PROHIBICIóN DE LAS GRASAS TRANS

Se viene la comida más sana

Desde el 10 de diciembre, los alimentos industrializados no podrán contener grasas trans, ratificó Argentina en el marco de la Conferencia Internacional sobre Nutrición, que se realiza en Roma y que busca enfrentar el hambre crónica, la malnutrición y la obesidad.

A partir del 10 de diciembre próximo, regirá en su totalidad la prohibición de grasas trans en los alimentos industrializados en la Argentina para combatir la “creciente epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles”, ratificó ayer el Ministerio de Salud de la Nación. Lo hizo en el marco de la apertura de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2), que se reunió para combatir las graves consecuencias que tiene en el mundo el actual sistema alimentario. En una declaración, se alentó el apoyo a una nutrición sostenible y saludable que permita enfrentar problemas como el hambre crónica, la malnutrición y la obesidad.

“El 2014 es el año de ‘Argentina libre de grasas trans’: esto constituye una muy buena noticia para la salud cardiovascular, dado que a partir del 10 de diciembre de este año comienza a regir en su totalidad el cambio en el Código Alimentario Argentino a partir del cual la industria de alimentos no podrá fabricar ni comercializar productos que contengan grasas trans”, sostuvo ayer el viceministro de Salud de la Nación, Eduardo Bustos Villar, al disertar en la conferencia internacional que tuvo lugar en Roma.

La reunión fue organizada de manera conjunta por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), bajo el lema “Mejor nutrición, mejor vida”. Se celebra hasta el 21 de noviembre y participan representantes de más de 170 países.

En ese marco, el funcionario argentino señaló que esta decisión está acompañada por la implementación del Plan Nacional Argentina Saludable enfocado en “combatir la creciente epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles”, que tiene como prioridad prevenir los trastornos alimentarios, el sobrepeso y la obesidad, para lo cual ya se realizaron tres Encuestas Nacionales de Factores de Riesgo.

Bustos Villar destacó que “el estado nutricional de la población es la consecuencia de diferentes aspectos multidimensionales, entre los que se incluyen el acceso a alimentos en cantidad y calidad y su selección individual”.

Además, reivindicó el rol del Estado “que promueve la formación de estilos de vida y hábitos alimentarios saludables en la población en forma directa o a través de agentes de salud u otros actores de la sociedad, para que una vez asegurado el acceso a los alimentos, la selección de los mismos por parte de la población sea la adecuada”.

Durante la primera jornada, presidida por el ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación italiano, Paolo Gentiloni, y a la que asistieron los directores generales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, y el de la FAO, José Graziano da Silva, se aprobó un Plan de Acción que establece “potenciar el compromiso político y la participación social para la mejora de la nutrición, a través del diálogo político y la promoción de la salud”.

El documento plantea que la erradicación del hambre crónica, que afecta a 800 millones de personas, y el combate contra la malnutrición, con 161 millones de casos de niños menores de cinco años hasta 2013, pasan por el fomento de una “alimentación sostenible, donde los Estados elaboren o revisen los planes nacionales de nutrición, fortalezcan los marcos jurídicos y mecanismos nacionales entre distintos ámbitos gubernamentales, intersectoriales e integrados por múltiples partes interesadas relativos a la seguridad alimentaria y la nutrición”.

Como medidas para eliminar el problema del sobrepeso y la obesidad infantil se recomiendan dietas saludables, asequibles y a menudo ricas en productos frescos y propios de cada región. También se invita a los Estados a trabajar con la industria para llegar a consensos en la elaboración de alimentos con menos grasas o menos azúcares, y a promover la actividad física a fin de combatir el estilo de vida sedentario.

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La directora general de la OMS, Margaret Chan, y el de la FAO, José Graziano da Silva.
Imagen: EFE
 
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