Un joven de 25 años fue detenido por el crimen de Noelia Akrap, la adolescente de 15 años hallada asesinada el domingo en un descampado de Ezpeleta. El acusado es novio de una amiga de la víctima. Conocidos tanto de la chica como del apresado provocaron incidentes frente a su casa y golpearon el patrullero en el que creían que era llevado. La policía les dejó ver el interior de la casa para que se convencieran de que no estaba en ese lugar y que ya había sido detenido.

La detención y los incidentes se produjeron en calle 1 número 3798, esquina calle 138, de la vecina localidad de Berazategui, a unos 150 metros del domicilio de la víctima.

Dos testigos declararon en las últimas horas ante la Justicia que ellos le compraron al ahora detenido un teléfono celular que luego descubrieron que pertenecía a la adolescente asesinada, por lo que se asustaron y lo descartaron en una calle céntrica de Berazategui. Por ello, la policía de Quilmes realizó una serie de diligencias en procura de hallar el aparato, presumiblemente recogido por alguien que desconocía de quién era.

Los investigadores también allanaron la casa del acusado, donde secuestraron una camiseta roja del club Independiente y un pantalón bermudas, las mismas prendas que un testigo le vio puestas al joven la noche en la que lo vio junto a Noelia. La remera incautada tiene manchas pardorrojizas que podrían ser de sangre, aunque esto recién va a ser confirmado en laboratorio.

Además, los policías secuestraron una CPU con la que el acusado ingresaba a su cuenta de Facebook “Lucas Cai II”, desde la que mantenía contacto con la víctima. “La muerte esta detrás de mí en este momento, el bao flota en el ambiente, yo, perdiendo aliento, el final es inminente, espero y fumo un cigarro, estirado en la bañera, solo, mientras me desangro” (sic), es el comienzo de una canción completa que escribió ayer en su muro. El joven también escribió ayer: “He notado la vergüenza al mirarme en el espejo mamá. Perdóname, te lo suplico!” y en otra publicación agregó: “No merezco ni una lágrima”.

En tanto, y mientras la policía allanaba la casa del sospechoso, varios jóvenes del barrio que lo conocían, tanto a él como a Noelia, provocaron incidentes cuando arrojaron piedras contra el inmueble y atacaron a patadas un vehículo en el que creían que los efectivos trasladaban al detenido, aunque éste ya se encontraba alojado en la DDI Quilmes. Muchos de los manifestantes coincidieron en que el joven, quien ya había declarado en la causa como testigo, robaba, amenazaba y agredía a los vecinos en la calle.

La principal hipótesis que manejan los investigadores apunta a que Noelia se encontró con el joven en inmediaciones del kiosco al que había concurrido a comprar cigarrillos para su hermano, a unas cuadras de su casa, y que él se ofreció a acompañarla a una estación de servicio de la zona. En el trayecto hasta esa estación de servicio la habría atacado, aunque se desconocía si el ataque se produjo porque se resistió a una agresión sexual o si fue consecuencia de un robo. Noelia murió asfixiada por sofocación, al aspirar la tierra con la que el homicida intentó cubrirla tras golpearla en el cráneo.