SOCIEDAD › PRISION EFECTIVA POR ATROPELLAR A UN ADOLESCENTE

Un colectivero a la cárcel

Un colectivero fue condenado ayer a cuatro años de prisión efectiva por haber atropellado y matado a un adolescente de 14 años en el barrio porteño de Villa Devoto. Fuentes judiciales destacaron que el caso pudo ser esclarecido gracias a la tenacidad de la madre del chico, María Julia Cabrera, quien encontró a testigos del accidente luego de repartir volantes por el barrio y de subir a distintos internos de la línea 181 a la que pertenecía el conductor.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral Criminal Nº 28 contra Jorge Agosti. El chofer fue hallado culpable del delito de homicidio culposo, es decir sin intención, agravado por la conducción de un vehículo de transporte, pero a diferencia de otros casos en los que se aplican penas en suspenso, aquí se impuso prisión de cumplimiento efectivo. Ahora la defensa tiene cinco días para apelar la sentencia ante la Cámara de Casación. En caso de que sea confirmada, Agosti deberá ir a la cárcel.
El accidente ocurrió el 26 de marzo de 2004, cerca de las 18, cuando Ezequiel Ruiz salía de su primer día de clases en la Escuela Técnica Nº 35, en Villa Devoto. Al cruzar por la esquina de Lope de Vega y Marcos Sastre fue atropellado por la unidad conducida por Agosti. Según los testigos, el colectivero arrastró al adolescente con las ruedas traseras del colectivo y sólo se detuvo por los gritos de los vecinos, aunque nunca se bajó a auxiliarlo. Cuando llegó la ambulancia, el chico estaba inconsciente debido a las graves lesiones cerebrales que había sufrido y a las pocas horas murió en el Hospital Vélez Sársfield, de la ciudad de Buenos Aires. Durante el juicio oral, el chofer dijo que en ningún momento vio al adolescente porque cruzó “en diagonal” y negó haber realizado maniobras imprudentes. Sin embargo, varios testigos que declararon ante los jueces Carlos Chediek, Carlos Mirat y Alfredo Olivan desacreditaron sus dichos y afirmaron que “iba manejando mal, con imprudencia, frenando y acelerando de golpe”. También aseguraron que el alumno secundario cruzó por la senda peatonal.
La madre de Ezequiel se encargó de buscar testigos de la tragedia y para eso repartió volantes por el barrio y subió pacientemente a distintos internos de la línea 181. Es que los efectivos de la comisaría 44ª que intervinieron tras el hecho no interrogaron a ningún testigo. Además, la mujer reunió mil firmas y logró que el gobierno porteño colocara un semáforo en la esquina en la que su hijo fue atropellado.

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