SOCIEDAD › LA CIUDAD DE ROSARIO AMANECIó BAJO UNA CORTINA DE HUMO

Febo no asoma tras los muros de cenizas

El alivio llegó recién al mediodía. Ayer la ciudad amaneció tiznada por el humo y las gargantas no podían aclararse. La Municipalidad había dispuesto un operativo especial con 200 agentes, para evitar accidentes, que se extendió hasta la mañana. La inédita situación superó cualquier antecedente provocado por el fuego de las islas entrerrianas de Victoria. Sin embargo, el secretario de Medio Ambiente de la provincia, César Mackler, alertó: “Hace cuatro años que venimos diciendo que si las islas del Delta del Paraná no se delimitan como área natural protegida, vamos a tener incendios cada seis meses. Si no tomamos una medida de fondo, estaremos sentados periódicamente en la misma situación”. Al mismo tiempo, adelantó que tomaron muestras del aire para determinar el grado de toxicidad, y como posible prueba para una presentación judicial, que analiza la fiscalía de Estado de la provincia. El funcionario afirmó que la rotación de vientos significó un alivio, pero sólo la lluvia –pronosticada recién para el miércoles– acabará con el humo. “¿Cuál es la diferencia respecto de años anteriores? Que antes llovía tres días después del comienzo del fuego, Dios ayudaba. Pero ahora la lluvia no aparece”, expresó.

Mackler estaba en las islas de Victoria ayer por la tarde, cuando llegó la secretaria de Medio Ambiente Romina Picolotti, para evaluar la situación y dar aliento al equipo de trabajo. Los bomberos santafesinos colaboran con el combate a los incendios en las islas, pero nada alcanza. “Nosotros colaboramos en todo lo que podemos, pero éste es un problema de la provincia de Entre Ríos y debe solucionarlo”, puntualizó Mackler.

El funcionario relativizó la posible presentación de una demanda por incendios intencionales. “Desde la Municipalidad de Rosario, en 2005, entregamos la documentación a Entre Ríos para que denunciara a los propietarios de las tierras, pero la Justicia los sobreseyó a todos”, relató. Y afirmó: “A nivel mediático las denuncias judiciales pueden ser muy interesantes, pero a la gente no se la arregla con demandas, le tenés que solucionar el problema. Vale más el consenso, porque este problema no tiene que ver sólo con la quema de pastizales. Las islas deben ser áreas protegidas, que no es incompatible con la actividad productiva, pero significa unos recaudos para que no se provoque la quema. Y recordó lo mismo que se repitió hasta el cansancio en los últimos días: “El tema de base es que se promueve la actividad ganadera masiva en las islas. Hay 180 mil cabezas de ganado y debería haber 100 mil menos, como mínimo”.

Mientras tanto, Mackler apuntó a “dejar tranquila a la población” sobre el efecto del humo para la salud. “Estamos tomando muestras, pero la gente tiene que saber que si bien es molesto, no genera un impacto tan importante. Nadie se va a morir por inhalar humo”, dijo el funcionario, quien indicó que la humareda “puede haber causado problemas en personas con tendencia a enfermedades respiratorias, pero nada más”. El funcionario adelantó: “Estamos haciendo mediciones que se conocerán en los próximos días para ver el material, pero la población no corre peligro. También colectamos pruebas para una eventual presentación judicial”.

Si bien anteanoche, y ayer a la mañana, la nube de humo era intensa –de manera similar a lo ocurrido durante toda la semana en Buenos Aires– al mediodía la visibilidad aumentó. En el momento más álgido, no superaba los 100 kilómetros por hora, pero la rotación del viento –que ya no soplaba del norte– alejó la bruma. El puente Rosario-Victoria pudo abrirse, como así también la autopista Rosario-Buenos Aires.

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El Monumento a la Bandera, en Rosario, casi invisible.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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