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Desde que comenzó el juicio por el femicidio de Eli, declaró Mercedes Verón, quien esa noche fatídica recibió la llamada de su hermana advirtiéndole que Sosa García la estaba matando a golpes. También dieron testimonio otros dos hermanos de la víctima, Rita y Ramón Verón; una amiga del trabajo que contó las veces que vio a Eli con marcas de golpes y cómo ella contó sobre amenazas de muerte; las primeras personas en auxiliarla en la calle; el personal policial que elaboró informes médicos y socioambientales. La activista Caro González, integrante de Con Género, observó: “El imputado contrató para su defensa a dos abogados reconocidos de la ciudad, quienes despliegan su habilidad técnica y labia legal cruzando muchas veces el límite entre la defensa legal y el hostigamiento a testigos”.

Al declarar, Rita, la hermana confidente de Eli, relató los malos tratos, los celos, el control que ejercía sobre ella Sosa García. Los abogados de la defensa le preguntaron:

–¿Trabajaba Eli?

–Sí.

–¿Tenía su dinero?

–Sí.

–¿Tenía dónde vivir?

–Sí.

–¿Entonces por qué estaba con él?

–Y... porque estaba enamorada –contestó Rita.

–¿Y por qué estaba enamorada?

–Yo le puedo responder por qué estoy enamorada yo, no por ella.

“Preguntas de este estilo son cotidianas en el juicio”, advierte González. Por su parte, la querella la lleva adelante el abogado Salvador Pischeda, quien pedirá 35 años de prisión para Sosa García.

Al cumplirse cuatro meses del femicidio de Eli, su familia y organizaciones sociales y políticas la recordaron pintando un mural, en el cruce de las calles Belgrano y Catamarca, en un espacio verde pegado a la pared del Hospital Geriátrico. “La concientización social es el desafío más importante y es lo que de a poco va cambiando y a lo cual apuntamos para que cada persona desde su ámbito se comprometa y vaya haciendo la diferencia, que pueda acompañarnos en la lucha”, dijo González. En el mural, la hija de Eli Verón dejó escrita una frase de la canción “Ese maldito momento”, que canta la banda uruguaya No Te Va Gustar, y que dice así: “La ruta semivacía como mi vida sin vos/ quién hubiera imaginado que llegaría el momento/ ese maldito momento de mirar para un costado/ Y no verte en mis mañanas ni sonreír con tu voz...”