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El feriado bancario de casi una semana impactó de lleno en la actividad económica deprimiendo aún más los indicadores. Aunque el efecto alcanzó a todos los sectores de la producción, fue más fuerte en el comercio que en la industria. En el transporte fue notable la disminución de la circulación vehicular. Sin embargo, el sector más afectado fue el estatal. Los bancos cerrados motivaron que no ingresara parte importante de la recaudación de abril, lo que puede generar una caída record para el período. La merma de ingresos públicos estaría por encima del 15 por ciento.
“Solamente puedo decir que es más caída en un contexto de caída”, dijo a Página/12 el vicepresidente de la Cámara Argentina de Comercio, Juan Carlos Antonucci, quien prefirió evitar las cifras del feriado. No obstante, fuentes del sector indicaron que en shoppings la caída superó el 50 por ciento mientras que en supermercados fue de alrededor del 30 por ciento. Para el dirigente lo peor del feriado “fue que volvió a instalarse una nueva incertidumbre en los precios en la que no se sabe cual será el valor del dólar la semana que viene”. Por otra parte, Antonucci consideró insólita la actitud de algunas cámaras que invitaron a sus asociados a no aceptar tarjetas de crédito y débito. “Estamos sin crédito, no sabemos qué va a pasar con la economía y lo que no se vende hoy no se vende más”, describió. “En este contexto no aceptar tarjetas es una locura”, concluyó.
El presidente de la Cámara de la Industria Gráfica, Juan Carlos Sacco, dijo a este diario que el feriado significó una caída en la facturación del mes de “como mínimo un 15 por ciento”. “Esto fue nada más que llover sobre mojado, nuestra preocupación ahora es para adelante”, argumentó.
Juan Carlos Lascurain, a cargo del área Pymes de la Unión Industrial Argentina, consideró que los efectos del feriado fueron variados. “Hubo industrias que se paralizaron completamente por falta de insumos y otras que por su estructura productiva pudieron continuar sin alteraciones.” Para el dirigente, la principal preocupación en el corto plazo, “son las dificultades de abastecimiento y el quiebre en la cadena de pagos”. Y sobre todo, “que no hay valores de referencia ni para la producción ni para los insumos”, concluyó.
En el transporte, lo más notable fue que, frente a la restricción de efectivo y el rechazo de las tarjetas para la compra de combustible, muchos optaron por utilizar el transporte público. Manuel García, titular de la cámara que agrupa a las estaciones de servicio independiente, argumentó que “si vendemos con tarjetas cobramos en 15 días, pero para reponer lo que vendemos solo nos aceptan efectivo. No nos queda otra alternativa”, consideró. Por esta misma razón los colectiveros no registraron bajas en la demanda del servicio aunque, según dijo a Página/12, el dirigente de FATAP Osvaldo Canegallo, existía preocupación por la provisión de monedas.
Pero la mayor preocupación por el feriado está en la AFIP. Una parte de los impuestos, los vinculados a la actividad, ya no ingresarán. En tanto, muchos grandes contribuyentes pagarán en mayo lo que debían pagar en abril. La caída del mes, reconocieron a este diario voceros de la AFIP, será “muy grande”. Se estima que superará el 15 por ciento.
En conjunto, se trata apenas una muestra de los efectos destructivos sobre el aparato productivo de una política económica disociada de los problemas de la producción y focalizada en resguardar los intereses del sector financiero.