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Jueves, 15 de octubre de 2015

CULTURA / ESPECTáCULOS › DEBUT DE H. QUAGLIARDI

Escribir en sepia

 Por Beatriz Vignoli

Hoy a las 18.30 (horario rosarino) o a las 19 (horario real), en el bar La Favrika (Tucumán 1816) se presentará la novela Respirar en Secreto, de Hernando Quagliardi, que acaba de salir de imprenta por la colección Contracorriente de Río Ancho ediciones. La novela fue ganadora en la Categoría Novela del II Concurso de Narrativa Río Ancho Ediciones, con un jurado integrado por Beatriz Actis, Osvaldo Aguirre y Juan Carlos Martini. La presenta Matías Magliano, autor del prólogo.

Hernando Quagliardi nació en Buenos Aires en 1969. Pasó su infancia y adolescencia en San Nicolás y luego se trasladó a Rosario, ciudad donde se recibió de abogado y colabora en la sección Contratapa de Rosario/12. Hay interesantes cruces entre esos textos publicados y esta primera novela. El misterioso "R. G." de una de sus contratapas ("Instrucciones para olvidar el tabaco", publicada el lunes 27 de julio de este año) no es otro que Robinson, personaje de Respirar en secreto que acumula saberes y opiniones sobre el tabaco en el cine y en la literatura: por ejemplo, cómo compone el actor Paul Giamatti sus personajes a partir del tabaco en diferentes películas. Robinson va llevando un diario que circulará de mano en mano entre los demás personajes. Ellos son Noé, Celia y el profesor Roberto Frost, cuyo nombre es un guiño a la literatura: la obra del poeta laureado Robert Frost, según ciertos críticos, fue el modelo literario que Vladimir Nabokov tenía en mente cuando compuso el paródico poema que el crítico Kinbote lee como criptograma en su novela experimental, Pálido Fuego.

Coqueteos con la telepatía, una novia eterna, ingenieros con un sentido del honor tan arraigado que se suicidan cuando los envuelve el escándalo y salones públicos de café donde acude la policía al menor atisbo de desorden: todo eso configura el universo decimonónico de Respirar en secreto, ambientada en la Buenos Aires victoriana paralela de intrigas secretas que habitan sus abogados. La acción transcurre en la actualidad pero la recubre una pátina vintage, sepia, steampunk, como si los personajes se deslizaran por la Londres de las novelas de Stevenson; anacrónico estilo que reescribe al creador del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde, encubierto bajo la confesada influencia de Borges.

La acción de la novela, hasta donde el breve pero complejo desarrollo de la trama permite comprenderla, reproduce en cierto modo las operaciones sigilosas que la arquitectura metaficcional del texto efectúa respecto de la tradición literaria de la que busca apropiarse.

Los personajes mismos son criaturas de pura literatura, fantasmales autómatas que el destino mueve a su antojo para que hagan funcionar un relato que alberga otro texto: el diario de Robinson (referencia a otro diario, el que escribe Robinson Crusoe en la novela homónima de Daniel Defoe). A espaldas de Noé, Robinson y Celia juegan a las escondidas, en un submundo oficinesco que evoca el cuento "Bartleby", de Melville (autor de "Wakefield"; otra influencia). Quagliardi escribe con toda su biblioteca, pero crea un mundo propio.

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