La pelea entre los simpatizantes de Newell's y los policías comenzó cuando faltaban cinco minutos para el comienzo del segundo tiempo y tuvo como escenario el pulmón de seguridad que separaba a los plateistas de ambos equipos.

La gente de Newell's molesta con el 3-0 en contra empezó a arrojar objetos hacia el sector donde estaba ubicada la hinchada de Central.

Lejos de imponer la tranquilidad necesaria, la policía comenzó a utilizar sus armas y disparó balas de gomas hacia donde estaban los hinchas de Newell's, quienes a su vez respondieron arrojando piedras.

El árbitro Horacio Elizondo, quien ya se encontraba en el campo de juego, se dirigió a la zona donde se ubicaba la policía, pero disconforme con el procedimiento se alejó inmediatamente.

Elizondo, dirigiéndose hacia el otro sector de la cancha, responsabilizó a los efectivos de seguridad por el desarrollo que fueron tomando los hechos.

El comienzo de los segundo cuarenta y cinco minutos estuvo lejos de calmar los ánimos. A pesar de que la parcialidad de Central fue desalojada de la zona, la gente de Newell's continuó tirando piedras sobre el sector.

La policía se mantuvo expectante, pero la misión de calmar a la gente quedó en manos de los bomberos, quienes empezaron a tirar agua sobre los hinchas.

Una vez que terminó el partido la policia ingresó a la tribuna baja por ambos extremos y reprimió para sacar a los hinchas. Mientras tanto, los simpatizantes que estaban ubicados en la parte alta arrojaron piedras hacia la platea que ocupaban los aficionados de Central.

Fuente: DyN