CIENCIA › DIALOGO CON HERNAN MURIEL, ASTRONOMO, PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA E INVESTIGADOR DEL CONICET

Galaxias que dan vueltas por ahí

Una galaxia como la nuestra (la Vía Láctea) tiene doscientas mil millones de estrellas, y el jinete-búho, o el búho-jinete, cabalga esta vez no entre galaxias sino entre cúmulos, que pueden reunir a muchas de ellas.

 Por Leonardo Moledo

–Antes que nada, quiero decirle que no tengo una foto suya, así que tendré que ilustrar el diálogo de otra manera.

–Ponga una galaxia.

–Buena idea. Ahora cuénteme sobre su tema de investigación.

–Mi área central son los sistemas de galaxias: grupos, cúmulos; y dentro de ésos hay varios subtipos. Cuando uno piensa en una galaxia, lo hace en general imaginando una galaxia aislada y eso es erróneo: la mayoría de las galaxias viven en grupos; de hecho la nuestra vive en un pequeño grupo, el grupo local, que aún no terminamos de conocer, ya que siempre aparecen nuevas galaxias.

–¿Cuántas son hasta ahora en el grupo local?

–Algunas pocas decenas, no sé el número exacto. Pero lo más interesante es que si nosotros pusiéramos el grupo local a la distancia en que hoy se hace la mayoría de los relevamientos de galaxias, sólo veríamos dos o tres galaxias y, por eso, no lo podríamos calificar como grupo dentro de nuestro concepto actual. Simplemente parecerían galaxias aisladas. Todas las demás galaxias del grupo son muy débiles, y sólo las podemos ver porque estamos adentro.

–Sacando la nuestra y Andrómeda.

–Sacando la nuestra, la Vía Láctea, y Andrómeda, que es todavía un poco más grande. Ahora, esas galaxias débiles son prácticamente imposibles de detectar en los sistemas más lejanos (y ni siquiera tan lejanos, puesto que están dentro del universo al que tenemos acceso). Eso quiere decir que, hoy en día, la mayoría de las conclusiones que sacamos en base a sistemas de galaxias se basa en las galaxias brillantes y soslayan a las galaxias enanas: cuando uno habla de grupos o de cúmulos de galaxias se refiere a aglomerados de galaxias brillantes. Las débiles son todavía una gran incógnita, por una dificultad observacional.

–¿Y los cúmulos qué son?

–Son los sistemas más espectaculares de acumulación: son cientos de galaxias brillantes, en los casos más ricos, como por ejemplo en el Cúmulo de Virgo (que, al estar bastante cerca, puede estudiarse muy en detalle) y tienen una característica muy particular, que es que la cantidad de materia oscura termina siendo un pozo de potencial suficientemente profundo (o denso) como para que el gas que normalmente está alrededor de las galaxias se caliente a temperaturas muy altas como para que emita en rayos X.

–Y ahí, en rayos X, las pescan.

–Claro. La imagen de un cúmulo, si uno la ve en rayos X (algo que se hace con telescopios en órbita, porque la atmósfera no deja ver los rayos X) es la de un gran halo de emisión (en X), superior al tamaño de galaxias enteras, que no es otra cosa que el gas que está caliente. Los cúmulos son, en ese sentido, muy espectaculares. Probablemente lo más espectacular de los últimos años es que hay tanta masa que producen distorsión de las luces de galaxias que están detrás...

–Porque deforman el espacio...

–Claro; por supuesto que nos movemos en el marco teórico de la relatividad general y uno ve espectaculares arcos, deformaciones de la imagen de las galaxias que están detrás. Los cúmulos son los sistemas que han logrado la mayor madurez y espectacularidad en el universo. Después uno tiene dentro de eso a los grupos de galaxias. Acá, en Córdoba, estamos trabajando en dos tipos particulares de grupos. Unos son los “compactos”, que son sistemas de pocas galaxias muy próximas.

–¿Qué tan próximas?

–Depende de sus tamaños. Pero lo interesante es que plantean una serie de interrogantes como, por ejemplo, por qué no se fusionan y todo eso. En realidad, uno de los trabajos que se están realizando acá tiene que ver con determinar si son verdaderos sistemas o si, en realidad, no son más que efectos de proyección. Hemos logrado determinar cuántos de ellos son reales, y encontramos que un buen número lo es.

–¿Y entonces?

–Pero falta revelar cuál será el futuro de esos sistemas, cómo evolucionarán, puesto que nos puede servir como modelo para predecir la evolución de otros sistemas de galaxias. Recientemente, en los últimos años, se han puesto de moda otros sistemas, que son los “grupos fósiles”.

–Un término sugestivo.

–Sí. Hace pensar que se trata del final de algunos grupos de galaxias. Básicamente, un fósil es una galaxia muy brillante, roja, vieja, elíptica, que revela la ausencia de otras galaxias, pero evidencia que hay un halo de materia oscura como el de los cúmulos, que se ve a través de imagen en X.

–¿Y qué es?

–La idea original es que se trata de un ex sistema de galaxias en el cual la galaxia central se comió a las demás. Pero estudios que hemos realizado recientemente con simulaciones numéricas refutan un poco esa conclusión: es más probable que se trate de un tipo de sistemas un poco particulares, pero no es necesariamente el resultado de un proceso evolutivo hacia el cual se dirigirían inexorablemente todos los sistemas de galaxias.

–¿Esos son, entonces, los temas en los que trabaja?

–Sí. En realidad, nuestro interés particular son las propiedades de las galaxias en los sistemas. Es decir: si uno mira galaxias “de campo” que no están en los sistemas de muchas galaxias y las galaxias de los cúmulos ricos, nota una diferencia muy grande. En el campo abundan las galaxias espirales, mientras que en los cúmulos abundan las elípticas. La primera gran pregunta es por qué. ¿Es un proceso evolutivo o las galaxias saben cuál será su lugar en el universo y adquieren esa forma?

–¿Y usted qué piensa?

–Hoy en día, uno está más inclinado a los procesos evolutivos. Las galaxias, cuando empiezan a vivir en entornos de alta densidad, evolucionan distinto a las que viven en entornos de baja densidad y terminan transformándose de una galaxia espiral a una galaxia elíptica. De todos modos, aún quedan muchos interrogantes acerca de cuáles son los procesos físicos que alteran las propiedades de esa galaxia y cuándo eso ocurre. Hasta ahora, al menos mi idea (que está cambiando en los últimos tiempos) es que la etapa final de los cúmulos podía jugar un rol muy importante, porque es un lugar realmente muy hostil.

–¿Por qué?

–Porque hay velocidades muy grandes, encuentros próximos entre galaxias. Una galaxia que tiene gas se mueve en un gas caliente que también la puede afectar. Es como el centro de la ciudad en un día complicado: una persona que va manejando el auto siente que el lugar es hostil, a diferencia de lo que podría ser manejar en un lugar solitario. Pero la impresión que tengo es que, a pesar de ser un lugar un poco hostil, buena parte de las propiedades que la galaxia tiene las ha ido adquiriendo antes, no necesariamente en esa fase final del cúmulo.

–¿Desde el inicio?

–Algo así. Es como si las empezaran a adquirir casi desde los inicios, desde que se empieza a formar a través del proceso de fusiones jerárquicas. Lo que hoy vemos como galaxias viene de la unión de muchas galaxias más chiquitas, o protogalaxias. El crecimiento de las galaxias ha ido ocurriendo en distintos entornos, y es ahí donde va adquiriendo aparentemente buena parte de sus propiedades. Llega a un entorno hostil, pero llega preparada para sobrevivir a eso, y no se modifica tanto como en general se pensaba hasta hace poco. El tema sigue abierto: yo, al menos, he cambiado en los últimos tiempos.

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La galaxia Sombrero, a 28 millones de años luz.
Imagen: Hubble (NASA)
 
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